Ladrones de altos vuelos
La lluvia evita el robo de un helic¨®ptero en un helipuerto de Sevilla
Los cacos pegan fuerte, por lo menos en Sevilla el t¨ªpico puente en los autom¨®viles ha quedado obsoleto. El Vaquilla, el Lute y tantos otros no pod¨ªan imaginar que sus haza?as en barrios perif¨¦ricos iban a pasar al Pleistoceno delictivo con el intento de robo de un helic¨®ptero, la madrugada del pasado lunes.
Los ladrones descartaron la opci¨®n de llev¨¢rselo v¨ªa a¨¦rea al darse cuenta de que el ruido de las h¨¦lices hubiese alertado a la seguridad. As¨ª que elaboraron un plan en dos fases digno de David Copperfield. Primero robaron un cami¨®n de gran tonelaje, sustra¨ªdo de la empresa Transportes A¨¦reos del Sur. Despu¨¦s, deb¨ªan cargar el helic¨®ptero en el trailer.
La cosa se complic¨® cuando comprobaron que el aparato sustra¨ªdo pesaba 1.600 kilos. Pero no contaban con otro elemento: la meteorolog¨ªa, y en concreto la lluvia. Y es que en Sevilla cay¨® tal tromba de agua que las ruedas del trailer se quedaron atascadas en el barro de la pista de c¨¦sped del helipuerto cuando todo estaba a punto para consumar el hurto.
Con un cami¨®n hundido en el barro con un helic¨®ptero en su interior se encontraron los empleados de la empresa del helipuerto cuando a las 8.00 del lunes acudieron a sus puestos de trabajo. Los ladrones dejaron el cuerpo del delito para salvar su pellejo y renunciaron al robo. As¨ª que ni la seguridad, ni las alarmas sino una trampa de barro fue la culpable de frustrar sus planes.
La Polic¨ªa Nacional se ha puesto manos a la obra para desvelar quien se encuentra detr¨¢s de este macro-robo. Entre otras hip¨®tesis barajan la posibilidad de que los ladrones pertenezcan a una banda de narcotraficantes. Lo ¨²nico que tienen claro es que el suceso debi¨® ocurrir entre las 20.00 del pasado domingo, hora en la que el aeropuerto cierra sus puertas, y las 8.00 del lunes, hora en la que abre.
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