Berlusconi pide perd¨®n
El ex primer ministro italiano se disculpa p¨²blicamente ante su esposa por flirtear con otras mujeres en una gala televisiva
El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi se ha disculpado p¨²blicamente ante su esposa por su comportamiento sexista. Berlusconi ha escrito una carta a los medios de comunicaci¨®n en la que pide a su mujer que le perdone porque su actitud en una gala televisiva en la que flirte¨® con otras mujeres fueron "ocurrencias dichas sin pensar, palabras galantes y frivolidades de un momento".
"Hemos pasado juntos toda una vida, hemos tenido tres hijos a quienes hemos criado con mucho amor y cari?o gracias a la gran persona que tu eres", ha escrito el jefe de la oposici¨®n italiana. Berlusconi ha a?adido que el estr¨¦s de su actividad "abre espacio a las peque?as irresponsabilidades de un car¨¢cter juguet¨®n, autoir¨®nico y a veces irreverente".
Su esposa, Ver¨®nica Berlusconi, se hab¨ªa saltado su tradicional discreci¨®n y hab¨ªa escrito una carta al director del diario italiano La Repubblica para exigir p¨²blicamente a su esposo que le pidiera disculpas por unas afirmaciones “inaceptables” que realiz¨® hace unos d¨ªas en una gala en la que pirope¨® a un par de estrellas cat¨®dicas. A una le dijo que con ella “ir¨ªa a donde fuera” y a otra, que “si no estuviera casado, me casar¨ªa con usted de inmediato”.
Ver¨®nica comienza recordando que en 27 a?os de matrimonio con Berlusconi, siempre ha mantenido la “reserva” y un papel “circunscrito a la dimensi¨®n privada” para “aportar serenidad y equilibrio a la familia”. Pero esta vez, dado lo singular del caso, “vence con dificultad” esa reserva, para “expresar mi reacci¨®n a las afirmaciones de mi marido en el curso de la cena de gala tras la entrega de los Telegatti, donde, dirigi¨¦ndose a algunas de las mujeres presentes, mi marido ha soltado afirmaciones para m¨ª inaceptables”.
Estas “afirmaciones”, debidas a la pasi¨®n que Il cavaliere siente por las mujeres, fueron dos. A Aida Yespica, modelo y estrella televisiva a la que se ha podido ver en Espa?a en el programa La selva de los famosos, le dijo que ir¨ªa con ella “a donde fuera”, despu¨¦s de que ella le dijera “Presidente, ir¨ªa con usted a una isla desierta”. No qued¨® ah¨ª la cosa. En el transcurso de la cena, tuvo ocasi¨®n de soltar otra de sus perlas. A Melissa Satta, que llevaba un vestido que dejaba poco a la imaginaci¨®n, le espet¨®: “Veo que su sastre ha escatimado la tela”. Finalmente, rodeado de Micaela Biancofiore y Mara Carfagna, dice con respecto a esta ¨²ltima: “Miradla, si no estuviera casado, me casar¨ªa con ella de inmediato”.
Esto ha sido demasiado para Ver¨®nica, que por ello ha decidido hacer p¨²blico su enfado en las p¨¢ginas de La Repubblica. Para la esposa de Berlusconi, con el que tiene tres hijos ?hay otros dos de un anterior matrimonio del pol¨ªtico- son afirmaciones “lesivas para mi dignidad” y que “por la edad, el papel pol¨ªtico y social y el contexto familiar de la persona de la que provienen, no pueden ser tomadas como simples bromas”.
“A mi marido y al hombre p¨²blico le exijo p¨²blicamente disculpas, no habi¨¦ndolas recibido en privado” dice la ofendida esposa, para no sentirse “como el personaje de Catherine Dunne, la mitad de nada”.
Termina la carta Ver¨®nica exponiendo las razones familiares que le empujan a demandar las excusas de su marido de forma tan p¨²blica, m¨¢xime cuando siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano. Dice que siempre ha intentado evitar el “conflicto conyugal”, incluso cuando el “comportamiento” de su marido ha dado razones para ese conflicto, y todo por su devoci¨®n a un “proyecto familiar estable”, que ha podido verse afectado por el crecimiento de la dimensi¨®n p¨²blica del esposo. Dice que siempre se ha cuidado al expresar sus opiniones porque podr¨ªan afectar a su marido y tener “influencia sobre sus hijos”.
“Pero esta l¨ªnea de conducta tiene un ¨²nico limite, mi dignidad de mujer que debe constituir un ejemplo para los hijos”, dice. As¨ª, con esta carta, da a sus “hijas, ya adultas, el ejemplo de una mujer capaz de defender su propia dignidad respecto a los hombres”. Asimismo, espera que esta defensa de su dignidad “ayude a mi hijo a no olvidar el valor fundamental del respeto a la mujer, con lo que podr¨¢ establecer con ellas relaciones siempre sanas y equilibradas”.
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