La naturaleza asalta la ciudad

En tiempos de grandes fastos y exposiciones multitudinarias, es un lujo ir andando por el Madrid tranquilo y entrar en la galer¨ªa Balboa (N¨²?ez de Balboa, 13), donde expone estos d¨ªas Inmaculada Naranjo, una gaditana que hoy ha cumplido 40 a?os. Con cierto aire a Frida Kahlo pero sin sufrimiento, personajes cargados de simbolismo que forman parte del paisaje y una naturaleza que asalta la ciudad y aspira a reinar en ella. As¨ª son los cuadros de esta mujer t¨ªmida, a la que le "da verg¨¹enza posicionarse" ante su obra porque no puede ser objetiva.

T¨¦cnicamente, su obra es ¨®leo sobre lienzo, aunque tambi¨¦n ha experimentado con acr¨ªlicos. La exposici¨®n no tiene t¨ªtulo -no se lo pone nunca, aunque a los cuadros s¨ª y le resulta esencial- pero si guardan una tem¨¢tica parecida. Naranjo nos habla de soledad -tan s¨®lo en uno de la docena de obras que expone hay m¨¢s de un personaje-, de intimidad retrospectiva -hombres y sobre todo mujeres leyendo, descansando, pensando, tratando de tomar decisiones-, de las ra¨ªces del mundo que ascienden de la tierra y se enredan en los pies sujetando a los hombres y de c¨®mo habitar (mejor) la ciudad.

Porque ella apuesta por llevar la naturaleza al mundo urbano, por plantar tiestos en las calles y las ventanas y las farolas, por sacar el sill¨®n de lectura al parque, por sentarse en medio de un paso de cebra, por escapar por una escalera, por llegar a la gran urbe y no perderse... En otras obras, una serie de cuatro, la protagonista es la naturaleza misma, de cuyas manos nacen las estaciones. Su pintura, sutil, simbolista e influenciada por la tablas medievales, tambi¨¦n juega con el que la mira, como el cuadro del coleccionista de miradas o la mujer que toma caf¨¦ y de cuyo aroma surge la decoraci¨®n del local.

Una lectura por encima de la mirada

Esta gaditana estudi¨® en la Escuela de Arte de C¨¢diz y asisti¨® a multitud de cursos, con Antonio L¨®pez entre otros, aunque considera que pintar es el mejor modo de aprender a pintar. Es la primera vez que expone en Madrid, pero no se siente intimidada por la capital porque "le importan todos los sitios por igual". Le gusta mucho la poes¨ªa, pasi¨®n que transmite a sus cuadros, "que son m¨¢s de sentir que de ver". "Hay una lectura por encima de las palabras, sutil y abstracta, que es lo que provoca el sentimiento", explica. Su pasi¨®n por la naturaleza -"me sale sin querer, pinte lo que pinte"- viene de los veranos de su infancia, que transcurr¨ªan en la sierra de Grazalema.

Sobre sus influencias, admite su admiraci¨®n por Frida Kahlo, aunque no es, ni de lejos, su pintora favorita. Le gusta, sobre todo, Guillermo P¨¦rez Villalta, uno de los pintores m¨¢s representativos del posmodernismo espa?ol, gaditano como ella e integrante de la nueva figuraci¨®n madrile?a. Tambi¨¦n asegura estar muy marcada por las tablas medievales y g¨®ticas, de ah¨ª la rigidez de sus figuras. Y de ella misma, sus cuadros han heredado su sensibilidad y timidez (en los colores, en las miradas de soslayo).

Para sus ¨®leos suele usar "modelos de fotos para no perder el contacto con la realidad". Porque su pintura se ha ido volviendo figurativa con los a?os, ya que antes "parec¨ªan mu?ecos". Le serv¨ªan para "representar situaciones", pero ahora "son personajes singulares". De grandes dimensiones, sus obras cuestan entre 800 y 1.000 euros. Cuando deje Madrid y regrese a C¨¢diz, empezar¨¢ a preparar una exposici¨®n conjunta sobre la Semana Santa, "desde el respeto pero desde una ¨®ptima ajena total a la religi¨®n". Para saber m¨¢s sobre su pintura, en su blog [http://inmanaranjo.blogspot.com/].