Un inmigrante pierde el brazo izquierdo y su patr¨®n lo abandona en las cercan¨ªas del hospital
La Guardia Civil tuvo que acudir a la empresa para poder recuperar el miembro amputado. "Nunca imagin¨¦ que me pudieran hacer algo as¨ª", afirma Franns Rilles
"Esto no se lo perdono". Franns Rilles Melgar pronuncia frases cortas y en un tono muy bajo, cercano al susurro. Est¨¢ cansado y aturdido. Apenas lleva 24 horas fuera de la UCI, donde ha estado ingresado despu¨¦s de que el 28 de mayo una m¨¢quina de amasar le segara el brazo izquierdo en la panificadora donde trabaja, en Real de Gandia (Valencia), desde octubre de 2007. "Nunca imagin¨¦ que pudiera hacer algo as¨ª, que fuera capaz de hacerlo", afirma Rilles, de origen boliviano y de 33 a?os. Los reproches van dirigidos hacia el jefe de su empresa, para quien fabricaba pan durante 12 horas al d¨ªa a cambio de 23 euros diarios. Y quien tras el incidente lo subi¨® en un veh¨ªculo hasta el hospital Francesc de Borja de Gandia y, seg¨²n su relato, lo "abandon¨®" a 200 metros de la puerta de acceso despu¨¦s de lanzarle una advertencia:
-Si te preguntan, comenta que tuviste un acciente, pero no digas nada de la empresa.
En plena calle y con el hombro ensangrentado, una persona lo acompa?¨® hasta la sala de urgencias del centro sanitario, donde, siguendo las instrucciones de su jefe, no aclar¨® la causa del incidente. Pero no pudo ocultarlo mucho tiempo. Debido a la inconsistencia de su relato, los m¨¦dicos llamaron a la polic¨ªa y entonces fue cuando explic¨® c¨®mo hab¨ªa perdido el brazo y, sobre todo, d¨®nde estaba. Esta informaci¨®n era vital para intentar recuperarlo y tratar de volver a implant¨¢rselo, la opci¨®n que se baraj¨® al principio. La Guardia Civil se desplaz¨® hasta el lugar del accidente para recuperarlo. Mientras, se condujo al paciente al hospital Virgen del Consuelo de Valencia por si hab¨ªa alguna posibilidad de reimplantarlo, pero se deshech¨® la idea al estar el miembro en muy mal estado: "Los due?os lo hab¨ªan tirado a la basura y hab¨ªan limpiado todo para no dejar restos" apunta su hermana Silvia.
Mientras, la empresa niega los hechos. Juan Rovira, propietario de la panificadora familiar en la que trabajan tambi¨¦n sus hijos, asegura que el trabajador "miente" en el relato de los hechos. Molesto por la repercusi¨®n de la noticia, manifest¨® ayer a este diario que fue su hijo quien traslad¨® al empleado al hospital de Gandia, y que "le dej¨® en manos del personal de urgencias". Seg¨²n su versi¨®n, su hijo sufri¨® "un ataque de nervios" y fue atendido en el mismo centro m¨¦dico. Rovira asegura disponer del parte m¨¦dico de urgencias que corrobora su versi¨®n, y que su abogado dispone de toda la informaci¨®n en su defensa. El empresario s¨ª que admite, sin embargo, que el empleado "se encontraba ilegal" y carec¨ªa de contrato. Niega asimismo que percibiera 23 euros al d¨ªa y que realizara jornadas de 12 horas como denuncia el trabajador y su familia. "Cobran entre 900 y mil euros al mes, y las jornadas son de 6 a diez horas", afirmaba ayer Rovira indignado por las acusaciones del trabajador y del sindicato CCOO.
Respecto a las circunstancias en las que se produjo el accidente laboral, Rovira asegura que Franns Rilles "se encontraba ebrio" en el momento de los hechos y "cay¨® en la m¨¢quina amasadora". El brazo, a?ade el empresario, seg¨²n le relat¨® su hijo que se encontraba en la f¨¢brica cuando sucedi¨® el accidente, "qued¨® en tan mal estado que decidieron meterlo en bolsas y tirarlo a la basura". No pensaron que fuera posible su recuperaci¨®n para su posterior reimplantaci¨®n, relata. Los responsables de la panader¨ªa industrial aseguran sentirse "tranquilos" y han buscado un abogado para su defensa en la causa.
Los hechos sucedieron el 28 de mayo, pero no fue hasta el martes pasado cuando el sindicato y la familia del trabajador decidieron hacerlo p¨²blico y anunciar que CC OO se personar¨¢ en el procedimiento abierto por la fiscal¨ªa por omisi¨®n de ayuda. El comportamiento del empresario "nos remueve el est¨®mago", declar¨® el responsable del sindicato en la comarca de la Safor, que tambi¨¦n denunciar¨¢ a la empresa por "delito contra el derecho de los trabajadores" ya que las condiciones laborales de los operarios de la empresa eran de "explotaci¨®n pura y dura", con sueldos de 23 euros por jornadas de 12 horas.
El empresario ha negado todos los hechos -dice que paga entre 900 y 1.000 euros mensuales-, excepto que se el inmigrante se encontraba en situaci¨®n ilegal y que no estaba dado de alta en la Seguridad Social.
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