"Por esta hermosa c¨¢rcel, sigue todo tranquilo..."
Arranca en un pueblo de Burgos la exhumaci¨®n de un chico de 25 a?os fusilado en 1936
Salom¨®n Ortega ten¨ªa 24 a?os cuando fue fusilado y por su cabeza no pasaba la idea de la muerte. Al menos, eso es lo que se desprende de la ¨²ltima carta que escribi¨® a su familia, desde la prisi¨®n de Burgos, el 12 de septiembre de 1936, tres d¨ªas antes de ser ejecutado con otros dos compa?eros. Su sobrino, del mismo nombre, lo busca desde hace mucho tiempo. Reunidos todos los permisos y un equipo de m¨¢s de 15 voluntarios, espera poder encontrarlo hoy en una fosa com¨²n en el t¨¦rmino de El Pic¨®n de Valdeabejas, en Rabaneda (Burgos).
Lo hab¨ªan detenido el 31 de julio de 1936 con otros dos compa?eros, que lo fueron hasta la muerte: Leopoldo Velasco y Victoriano Sanz. Ocurri¨® en Hontoria del Pinar, un municipio de Burgos que en aquellas fechas se comport¨® como los dem¨¢s, con ejecuciones, paseos y vecinos que aprovechaban la coyuntura para resolver insignificantes rencillas con falsas denuncias que terminaban en ejecuci¨®n. Salom¨®n ni si quiera viv¨ªa en aquel pueblo. Estudiaba en Madrid, y el d¨ªa en que fue detenido estaba de visita, ayudando a su padre, secretario del ayuntamiento de Hontoria del Pinar.
Su ¨²ltima carta no es la de un hombre con temor a morir asesinado. Quiz¨¢ s¨ª sean las ¨²ltimas l¨ªneas de un joven valiente que no quiere que los suyos lloren antes de tiempo. Es una carta que habla de futuro en la que un hombre con todo el tiempo del mundo se detiene a hablar de las cosas m¨¢s cotidianas, como pedirles a sus hermanos, que le guarden jam¨®n para cuando vuelva.
Salom¨®n les advierte de que en la ¨²ltima carta que le han escrito han cometido faltas de ortograf¨ªa: "salud se escribe con d al final y a la Aurorita le dices que olvida se escribe con v, que est¨¢ mejor, procura arreglar un poco la letra y ser¨¢s un "tio" sabiendo escribir..."
Les informa de que no podr¨¢ llevarles regalos: "querido, te has pensado que estoy ahora en Am¨¦rica o poco menos. No hijo no, ahora estoy en la c¨¢rcel y no s¨¦ si para cuando me suelten tendr¨¦ alguna perra disponible para llevarte algo..."
Se preocupa por su madre: "?est¨¢ contenta?, que no llore y dile que ya ser¨¢ cosa de poco tiempo, que pronto la dar¨¦ muchos besos..."
Y por el comportamiento de "Juanito": "que se porte bien, que me supongo ser¨¢ ya un hombre formal ?no? Y sobre todo, que te ense?e a escribir a m¨¢quina..."
Intenta tranquilizarles: "Por esta hermosa c¨¢rcel todo sigue tranquilo y sin nada digno de menci¨®n, los compa?eros de Hontoria y yo seguimos estupendamente y con una salud formidable; a sus familiares les dais recuerdos, como a todos los vecinos".
Y se despide con un deseo: "a ver si para San Cosme, nos podemos gastar juntos las 17 pts que me mand¨¢is ahora" y "un fuerte abrazo de vuestro hermano que os quiere y no os olvida nunca".
A ese hombre buscan hoy en la tierra de Ramaneda su sobrino y un grupo de voluntarios coordinados por el experto forense Francisco Etxeberria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.