Solchaga arremete contra "el presidencialismo" de Zapatero
El ex ministro socialista de Econom¨ªa asegura que el jefe del Ejecutivo trata a los ministros como si fueran secretarios
El ex ministro socialista de Econom¨ªa y Hacienda Carlos Solchaga acusa a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero de concentrar la actuaci¨®n pol¨ªtica en su persona "minusvalorando el papel del Gobierno y la Administraci¨®n", y opina que nombra a sus ministros con incentivos que no son su competencia o personalidad.
As¨ª lo afirma el ex ministro en una entrevista en la revista Vanity Fair, que se publica este lunes en Madrid y el martes en el resto de Espa?a.
Solchaga cree que decir que la orientaci¨®n pol¨ªtica de Zapatero es equivocada "no ser¨ªa justo", pero sostiene que su error es otro: "concentrar la actuaci¨®n pol¨ªtica en su persona, minusvalorando de manera impl¨ªcita el papel del Gobierno y de la Administraci¨®n p¨²blica como parte de los instrumentos de gobernaci¨®n de un pa¨ªs". "Y quiz¨¢, al disponer de menos instrumentos, corre el riesgo de producir una imagen de poca consistencia pol¨ªtica, con ciertos toques populistas", advierte.
Bajo su punto de vista, el "mundo" en el que vive el actual presidente del Gobierno "es un mundo presidencialista, en donde el ¨²nico agente pol¨ªtico relevante es ¨¦l y trata a todos los dem¨¢s como secretarios: el secretario de Sanidad, el secretario de Cultura...".
No esquiva la pol¨¦mica suscitada hace unas semanas sobre la falta de cr¨ªticas de los ministros o de los dirigentes socialistas hacia Zapatero o, incluso, sobre el nombramiento de ministros que no se le enfrenten en la toma de decisiones.
Esto, seg¨²n el ex ministro de Econom¨ªa y Hacienda, no suced¨ªa con Felipe Gonz¨¢lez, una persona "con grandeza de ¨¢nimo a la hora de escoger colaboradores sin temor a que le hagan sombra" o a que tuvieran "perfil propio".
Frente a ello, ahora "son otros los incentivos para nombrar ministros o para elegir colaboradores, y esos incentivos tienen que ver con otra cosa distinta de la competencia o de la personalidad del colaborador elegido", insiste.
Hace otra recomendaci¨®n, y es cultivar una buena relaci¨®n del presidente con su ministro de Econom¨ªa para evitar problemas como la "evidente" confrontaci¨®n que tuvo Zapatero con su ex vicepresidente econ¨®mico. "Yo me hubiera ido mucho antes que Pedro Solbes", subraya.
Carlos Solchaga ve riesgos en un r¨¦gimen "muy presidencialista", porque la toma de decisiones ha de ser colegiada y no unipersonal, porque la complejidad del ejercicio de gobernar exige buenos equipos, y porque cuando se est¨¢ en el Gobierno al presidente, que es el "mascar¨®n de proa del partido" para ganar las siguientes elecciones, hay que preservarlo. Tambi¨¦n advierte al actual Ejecutivo de que es "psicol¨®gicamente peligroso" pensar que "lo est¨¢s haciendo tan bien, salvando a tanta gente, que te tienen que querer por fuerza". "Si s¨®lo gobiernas para que te quieran, est¨¢s perdido".
De la tregua de ETA a los Presupuestos
Otros de los asuntos a los que se refiere es a la aprobaci¨®n del Estatuto de Catalu?a o al malogrado proceso de tregua con ETA, temas que impidieron a Zapatero lograr una mayor¨ªa absoluta en 2004 "cuando todo iba a favor del Gobierno" y que ahora obliga a afrontar la crisis con mayor dificultad parlamentaria.
Por otro lado, sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2010, Solchaga critica una cobertura de la situaci¨®n de desempleo "muy generosa", que la ciudadan¨ªa se toma como si fuera una "beca" que "espera agotar antes de buscar otro trabajo".
Las cuentas p¨²blicas para 2010 son las "m¨¢s dif¨ªciles de la democracia, porque nunca antes se hab¨ªa vivido una recesi¨®n tan profunda", y sugiere como receta para la actual coyuntura evitar la utilizaci¨®n de impuestos o gastos para conseguir objetivos de "corte populista".
Una receta que incluye medidas para reactivar la econom¨ªa, liberalizar los sistemas de alquileres "reequilibrando una legislaci¨®n que est¨¢ a favor del inquilino" y una reforma laboral.
Reitera que ¨¦sta es "inevitable", y sugiere "redistribuir" el coste del despido, de manera que "los que no tienen ning¨²n d¨ªa por tiempo trabajado, tengan ocho o diez, y los que tienen 45 tengan alguno menos".
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