"La reconversi¨®n de algunos sectores hacia una econom¨ªa sostenible va a ser muy dif¨ªcil"
Entrevista con Guy Rider, secretario general de la Confederaci¨®n Sindical Internacional
El ecologismo destruye puestos de trabajo. Las centrales t¨¦rmicas crean empleo. Estos argumentos han enfrentado a menudo al sindicalismo con el movimiento verde. De hecho, la organizaci¨®n mundial de los sindicatos mantuvo una posici¨®n esc¨¦ptica frente al protocolo de Kyoto, adoptado en 1997. Doce a?os despu¨¦s, el secretario general de la Confederaci¨®n Sindical Internacional, Guy Rider, quiere que el acuerdo que sustituya al de Kyoto marque objetivos de reducci¨®n de emisiones de gases contaminantes ambiciosos. Para ello ha acudido a Barcelona, donde los Estados tratan de limar diferencias antes de la pr¨®xima cumbre del clima, en diciembre en Copenhague. Pero Rider rechaza las im¨¢genes id¨ªlicas de un futuro verde y harm¨®nico. "No hay un automatismo" entre defensa del medio ambiente y los intereses de los trabajadores, opina.
Pregunta. Los sindicatos hablan de cambio clim¨¢tico y defienden en Barcelona una reducci¨®n ambiciosa de las emisiones de gases contaminantes. ?Ha habido un cambio respecto a hace un lustro?
Respuesta. S¨ª. En los ¨²ltimos a?os los sindicatos han comprendido, a nivel internacional, que la lucha contra el cambio clim¨¢tico es tambi¨¦n la lucha por el empleo del futuro. Pero no es una relaci¨®n autom¨¢tica; tenemos que formular una transici¨®n justa, que permita luchar contra el cambio clim¨¢tico a la vez que se crean nuevos puestos de trabajo verdes y decentes. Y los Gobiernos deben implicarse. Necesitamos, de nuevo, Gobiernos nacionales intervencionistas y Estados que cooperen a nivel internacional.
P. ?Qu¨¦ factores han producido el cambio?
R. Dos cosas. Primero, el problema es cada vez m¨¢s evidente. Todos se dan cuenta que el cambio clim¨¢tico es una realidad y de que hay que actuar ya. Segundo, el trabajador ya no tiene que elegir entre su puesto de empleo y la protecci¨®n del planeta. Estamos en condici¨®n de superar esta contradicci¨®n aparente. Y por eso es tan importante que el acuerdo de Copenhague se comprometa con la transici¨®n justa. Las cuestiones sociales y de empleo deben ser una parte integral de la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Si no, ser¨ªa muy dif¨ªcil tener una lucha ambiciosa contra el cambio clim¨¢tico. El apoyo popular desaparecer¨ªa muy r¨¢pidamente.
P. ?Qu¨¦ significa transici¨®n justa?
R. Que las pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico tengan en cuenta las cuestiones de empleo, el di¨¢logo social y la pol¨ªtica industrial. Estamos ante una necesidad de replantear el sistema de producci¨®n que no hemos visto desde hace 80 a?os. Es una revoluci¨®n productiva, y la transici¨®n justa coloca al empleo en el centro de este proceso.
P. ?Existe una dicotom¨ªa entre los puestos de trabajo verdes, por ejemplo en el sector de las energ¨ªas renovables, y los convencionales?
R. Tenemos que tener cuidado. Queremos promover el empleo verde, pero no debemos descalificar el trabajo convencional. Lo importante es que hay un movimiento generalizado hacia los puestos de trabajo sostenibles. Hemos de reducir las emisiones globales, pero los distintos sectores seguir¨¢n coexistiendo. Habr¨¢ procesos de reconversi¨®n sectorial que van a ser muy dif¨ªciles y tenemos que trabajar en ellos. No es una cosa f¨¢cil, ni autom¨¢tica. La mejor garant¨ªa es que los Gobiernos impliquen a los sindicatos y a la patronal. Espa?a tiene una experiencia muy positiva.
P. Habla de reconversiones dif¨ªciles. ?C¨®mo de dif¨ªciles?
R. Algunos puestos de empleo van a desaparecer, creo que es inevitable. No es algo ¨²nico; todos los d¨ªas desaparecen puestos de empleo.
P. ?Cu¨¢l es la posici¨®n de los sindicatos ante las negociaciones del clima?
R. La CIS pide que los pa¨ªses desarrollados, los del Anexo I, reduzcan un 85% de sus emisiones de gases contaminantes en 2025 respecto a 1990, y entre un 20 y un 45% para 2020. Es cierto que se trata de un objetivo ambicioso, pero otra cosa no ser¨ªa realista. Y un no acuerdo no es una opci¨®n.
P. ?Creen que su presencia en las negociaciones es suficiente?
R. Actuamos como un lobby que intenta influir en las negociaciones. En Barcelona hay unos 30 representantes del CIS, y en Copenhague esperamos ser unos 200. Queremos asegurar que la justicia social forma una parte central del acuerdo final. Y no es un secreto que hay Gobiernos que opinan que eso se debe mantener al margen, porque dificulta el acuerdo. Nosotros sostenemos lo contrario.
P. C¨¢ndido M¨¦ndez advierte que el mercado de derechos de emisiones de CO2 puede ser v¨ªctima de la especulaci¨®n de determinados fondos financieros, como ocurri¨® con las empresas Puntocom o las hipotecas subprime. ?Lo comparte?
R. Estoy a favor de que haya un mercado de derechos de emisiones. Es un instrumento ¨²til. Sin embargo, es cierto que existe la especulaci¨®n financiera entre en ese mercado y lo contamine. Para evitarlo, hay que dise?ar medidas reguladoras.
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