El hotel m¨¢s peque?o del mundo
En un extremo de la isla de El Hierro , en el municipio de Frontera, se alzan unos cantiles afilados que parecen rasgar el cielo. Son los riscos de la Fuga de Gorreta, una de las mayores verticales volc¨¢nicas de una isla en donde abunda m¨¢s el plano inclinado que el horizontal. Por incre¨ªble que parezca, los pastores herre?os se mov¨ªan por estos abismos con la misma soltura con que la el resto de los mortales lo hacemos por un paseo enlosado. Se ayudaban con el ?palo?, una p¨¦rtiga de madera con la que se apoyaban, saltaban y vadeaban abismos con la soltura de un trapecista.
En 1974, uno de estos pastores funanbulistas localiz¨® en mitad de esta pared cortada a pico varios ejemplares de lagarto gigante de El Hierro , una especie de saurio aut¨®ctona de la isla que llega a medir hasta 60 cent¨ªmetros de longitud y que hab¨ªa sido dada por desaparecida d¨¦cadas atr¨¢s. El hallazgo revolucion¨® la historia natural del archipi¨¦lago y confirm¨® una vez m¨¢s que, por fortuna, la tozudez de la naturaleza es mucho m¨¢s persistente que la capacidad destructiva del hombre.
Muy cerca de all¨ª, en el pago de Las Puntas, hubo durante muchos a?os un viejo almac¨¦n portuario casi en ruinas. En los a?os setenta Noem¨ª Chinosi, una italiana enamorada de este fin del mundo, se instal¨® en ¨¦l y lo rehabilit¨® como el ?hotel m¨¢s peque?o del mundo? , seg¨²n recog¨ªa en una de sus ediciones el Libro Guinnes de los R¨¦cord. En realidad no es el m¨¢s peque?o, pero la operaci¨®n de marketing fue un ¨¦xito y hoy los conocen hasta en la China. Sus cuatro ¨²nicas habitaciones son sencillas y sin pretensiones. Lo que hechiza del hotel Punta Grande es su emplazamiento, aislado en medio de unos acantilados de basalto negro -tan negro como una noche de pesadilla- sobre los que la gubia incesante del oc¨¦ano golpea d¨ªa y noche, horadando la base hasta crear un gruyere de piedra pulida por el que caracolean los rizos de espuma del Atl¨¢ntico. Sentarse una noche de cielo estrellado aqu¨ª, en los cantiles de Las Puntas, mientras el runr¨²n del oleaje amansa el esp¨ªritu, imaginado esa interminable masa de agua que se extiende sin obst¨¢culo ya entre nosotros y la costa americana, es una experiencia metaf¨ªsica que te reconcilia con el mundo.
PD: Tengo el placer de contar con la amistad de ?ngeles Mastretta, una escritora mexicana a la que admiraba ya mucho antes de conocer M¨¦xico. Y tengo el honor de que haya escrito el pr¨®logo para "Pedro P¨¢ramo ya no vive aqu¨ª" . "Treinta l¨ªneas", se excusa ella, pero que engrandecer¨¢n la obra como si fueran 300. Gracias, ?ngeles. Adem¨¢s tiene un blog cuya lectura es una delicia diaria.
M¨¢s PD: si quereis saber m¨¢s de El Hierro, no perderos Diario El Hierro , unos de los primeros peri¨®dicos digitales de Canarias. Lo fund¨® y dirige mi buen amigo Serrgio Guti¨¦rrez y es toda una demostraci¨®n de c¨®mo las nuevas tecnolog¨ªas pueden ser una revoluci¨®n en lugares tan aislados como esta isla volc¨¢nica, la isla del final.
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