El problema de los Ni Nis
Hoy 7 millones de j¨®venes mexicanos ni trabajan ni estudian, ?c¨®mo ser¨¢ su futuro?
?Estudias o trabajas? Es la cl¨¢sica pregunta que se hacen los j¨®venes mexicanos al momento de conocerse y presentarse.
Bien, pues hoy en M¨¦xico hay por lo menos 7 millones de j¨®venes que tienen que contestar a esa pregunta diciendo que no hacen ninguna de las dos cosas. Estamos ante el fen¨®meno de los "ni nis". ?Qu¨¦ son los "ni nis"? Son un segmento de la poblaci¨®n de j¨®venes que ronda los 18 a?os y que sencillamente, ni estudia, ni trabaja.
Es un problema muy grave que recientemente se puso de manifiesto con el debate del presupuesto de las universidades p¨²blicas en M¨¦xico. Se trata de j¨®venes que no hacen nada. No estudian y no trabajan, pero no porque no quieran, sino porque no pueden. Porque no encuentran donde hacerlo. Los "ni nis" son una condici¨®n social de verdadera marginaci¨®n y exclusi¨®n social. Son un problema grave de segregaci¨®n y discriminaci¨®n.
Son chicos que se ven obligados a mantener una situaci¨®n forzada de ocio. Un ocio frustrante, obligatorio, impuesto, inc¨®modo, improductivo y, por supuesto, angustiante y doloroso.
Son j¨®venes desocupados que buscan acomodo. Que tratan de encontrar un lugar en la sociedad. Que luchan, pero que sencillamente no lo logran. Son j¨®venes que aplican a trabajos y a universidades. Que hacen filas, que llenan formularios, que acuden a entrevistas, a ex¨¢menes, a oposiciones, a concursos, pero que s¨®lo reciben negativas.
Los "ni nis" est¨¢n en una etapa muy delicada de la vida. Es el inicio del desarrollo profesional, es la etapa de formaci¨®n para el trabajo, es la fase de los primeros proyectos, de los sue?os y en esos a?os, los "ni nis" est¨¢n a la deriva. Est¨¢n atorados. No est¨¢n en nada. No est¨¢n en ruta hacia ning¨²n lugar cierto.
Son chicos que esperan una oportunidad. Son angustia de padres y familias, que los apoyan y que no se explican qu¨¦ pasa. Es un fen¨®meno que sin duda toca la autoestima de los chicos, que por supuesto, se sienten deprimidos y desorientados.
La semana pasada, el rector de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, el doctor Jos¨¦ Narro Robles, alert¨® de manera enf¨¢tica el riesgo que significa para M¨¦xico que haya 7 millones de "ni nis." Se?al¨® el rector: "Necesitamos que nuestros j¨®venes est¨¦n estudiando o est¨¦n trabajando y no que se encuentren en esa situaci¨®n en lo que algunos han llamado las generaciones o los grupos 'Ni-Ni', ni estudian ni trabajan".
Los "ni nis" son un tema que merece atenci¨®n y reflexi¨®n. El fen¨®meno tiene por supuesto dos vertientes. Una por cada ni. Una es la educaci¨®n, la otra es el mercado laboral. Echemos un vistazo a ambas.
El problema educativo, en el que todos sabemos que vivimos un embudo. Tenemos exceso de oferta en los niveles m¨¢s bajos de la pir¨¢mide poblacional y una gran carencia de recursos, profesores e infraestructura educativa en los niveles m¨¢s altos.
No preparamos demogr¨¢ficamente el sistema educativo para el crecimiento de la poblaci¨®n. No tenemos la oferta en donde est¨¢ la demanda y no tenemos la agilidad para reaccionar ante este problema.
Nuestros nudos sindicales, la falta de acuerdos, la falta de preparaci¨®n de profesores y la falta de planeaci¨®n educativa por d¨¦cadas, nos llevaron a un escenario en el que hoy no es posible ofrecer el servicio de educaci¨®n superior a todos los j¨®venes que lo demandan.
Seg¨²n un estudio muy pol¨¦mico presentado el mes pasado por la asociaci¨®n "Mexicanos Primero", s¨®lo el 13% de los estudiantes que ingresan a primaria en M¨¦xico concluyen una licenciatura.
Para dar un ejemplo, en el proceso de selecci¨®n de este a?o 2009, la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, la universidad p¨²blica m¨¢s grande e importante del pa¨ªs, recibi¨® poco m¨¢s de 105 mil solicitudes e ingresaron solamente 9,360 j¨®venes, menos del 10% del universo de j¨®venes que lo solicitaron.
En el tema laboral, el problema no es m¨¢s f¨¢cil. El empleo es resultado del crecimiento econ¨®mico y este a?o M¨¦xico apunta un crecimiento negativo del PIB que ser¨¢ de -7% anual.
Desde hace a?os se habla en M¨¦xico de la necesidad de crear un mill¨®n de empleos al a?o. Es un verdadero lugar com¨²n, porque claramente se requieren muchos m¨¢s para satisfacer la demanda de los j¨®venes que se incorporan anualmente al mercado laboral.
Pero concediendo con el m¨ªtico mill¨®n anual. El contraste es terrible. Este a?o de 2009 el saldo neto de empleos creados en M¨¦xico, seg¨²n cifras estimadas del Seguro Social llegar¨¢, si hay suerte, a un saldo positivo de apenas 95,000 a 110,000 empleos. Otra vez menos del 10% de los empleos necesarios para la incorporaci¨®n de los j¨®venes que se necesitaban este a?o.
La crisis econ¨®mica de este a?o, le ha pegado muy fuerte al empleo juvenil. Son precisamente los j¨®venes los primeros sacrificados en los recortes de personal y los ¨²ltimos considerados en los procesos de reclutamiento. La tasa general de desocupaci¨®n del pa¨ªs para el tercer trimestre de 2009 subi¨® en M¨¦xico a 6.2%. La desocupaci¨®n entre los j¨®venes de 14 a 24 a?os, es casi del doble.
Como vemos, tanto en el plano educativo, como en el laboral, con dificultades se logra satisfacer el 10% de la demanda de j¨®venes.
Es por supuesto un problema serio y tener a tal cantidad de j¨®venes atorados en ese punto de su desarrollo, ociosos, sin hacer nada, promete necesariamente problemas sociales muy graves en el presente o en el futuro.
Al analizar esta situaci¨®n nos preguntamos: ?C¨®mo no ha pasado algo m¨¢s grave en M¨¦xico? ?A qu¨¦ le apuestan las autoridades? ?Piensan que el problema lo resolver¨¢ de manera natural la mano invisible del mercado? ?Cu¨¢l es el efecto de tener a 7 millones de j¨®venes en esa condici¨®n? ?Qu¨¦ consecuencias tiene? ?Qu¨¦ hacen esos j¨®venes? ?Qu¨¦ pasa con ellos? ?C¨®mo se comportan? ?A qu¨¦ se dedican? ?Qu¨¦ piensan hacer? ?Por qu¨¦ no protestan? ?Por qu¨¦ no toman las calles?
El prestigiado antrop¨®logo Roger Bartra se?ala que M¨¦xico vive una verdadera implosi¨®n social. Es decir, la poblaci¨®n mexicana se encuentra ensimismada y sumergida en sus problemas personales y est¨¢ claramente despolitizada y desarticulada. Me pregunto: ?Cu¨¢nto tiempo durar¨¢ esta situaci¨®n?
Realmente conocemos muy poco el fen¨®meno de los "ni nis". Se trata de un segmento muy especial y sensible de la sociedad, a penas conocidos y atendido por las encuestas de ocupaci¨®n y valores. No tenemos estudios serios que nos permitan saber realmente lo que est¨¢ pasando con ellos y como procesan el conflicto.
Intuimos o suponemos estad¨ªsticamente algunas rutas o soluciones provisionales que est¨¢n asumiendo los j¨®venes. Muchos siguen viviendo de la solidaridad familiar, retardan la salida de casa y postergan planes de matrimonio e independencia econ¨®mica. Algunos claramente migran o tratan de migrar hacia los Estados Unidos.
Otros, no pocos, tratan de encontrar espacio educativo en formas de educaci¨®n de muy baja calidad. Optan por estudiar idiomas o computaci¨®n en academias de muy bajo costo, que dan algunas facilidades, y que han crecido sin control haciendo muy buen negocio, aprovechando la desesperaci¨®n y la necesidad de estos j¨®venes y sus familias. Algunos optan por incorporarse al inmenso mundo de la econom¨ªa informal y el trabajo precario.
Existe tambi¨¦n el riesgo de que esos j¨®venes sean f¨¢cilmente presas de la delincuencia organizada y el narcotr¨¢fico. El propio rector Narro se?al¨® que esta franja de la poblaci¨®n "constituye la bolsa de trabajo del narcotr¨¢fico."
Por ¨²ltimo, en algunas ciudades, empiezan a presentarse nuevas formas de asociaci¨®n juvenil, m¨¢s estables que las pandillas, que crean "comunidades" o "familias" con sus propias reglas y c¨®digos de conducta, ante la necesidad de los j¨®venes de salir de casa. Hace algunos meses un gobernador me confiaba que, en su entidad, est¨¢n surgiendo efectivamente esas comunidades. Son como "pandillas estables", que llegan a rentar un cuarto, que se establecen y que viven de lo que pueden, generalmente de trabajos eventuales y de la delincuencia. Son grupos urbanos marginados, con alguna preparaci¨®n, que tienen familia muy pronto, y que est¨¢n creando nuevos problemas.
Sin duda hay mucho trabajo pendiente para antrop¨®logos, soci¨®logos, economistas y polit¨®logos. Trabajo para universidades y empresas. Pero sobre todo, mucho trabajo para todos los niveles de gobierno.
Estamos ante uno de los problemas m¨¢s graves y numerosos de exclusi¨®n social que vive nuestro pa¨ªs. Un problema que toca directamente nuestros valores y pone en entredicho el futuro de nuestra organizaci¨®n social. Porque sencillamente esos "ni nis" son nuestros j¨®venes y son nuestro futuro.
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