ETA perpetr¨® un secuestro antes del robo de coches y el asesinato del polic¨ªa franc¨¦s
Entre siete y diez terroristas participaron en una operaci¨®n audaz montada en fases y que acab¨® en desastre, con un agente muerto y un etarra detenido
La operaci¨®n de ETA para robar coches de lujo en un concesionario campestre cerca de Par¨ªs empez¨® con ¨¦xito y acab¨® en desastre. La reconstrucci¨®n de los hechos, a¨²n parcial, evidencia que la banda hab¨ªa preparado a conciencia una operaci¨®n criminal por fases para hacerse de una tacada con seis veh¨ªculos de alta gama. Todo estaba planificado hasta que en el camino del comando se cruz¨® la patrulla del brigadier chef (cabo) Jean-Serge N¨¦rin, de 52 a?os, al que una bala etarra que burl¨® la protecci¨®n del chaleco antibalas le penetr¨® por una axila y acab¨® con su vida. La pel¨ªcula p¨¢nica de los hechos, con los datos que han trascendido de momento, son los siguientes.
El secuestro. Tres etarras, dos hombres y una mujer, se presentan en casa del gerente del concesionario de coches de segunda mano Contact, sito en Dammarie Les-Lyes, a unos 50 kil¨®metros de Par¨ªs. Se identifican como miembros de ETA y se lo llevan maniatado al negocio de compraventa, una instalaci¨®n aislada, rodeada por un enorme aparcamiento vallado donde se encuentran los coches a la venta. Un empleado de la firma es tambi¨¦n reducido. Son aproximadamente las seis de la tarde del martes.
El robo. Los etarras les piden a los dos retenidos que les faciliten las llaves. Se inclinan por los coches de alta gama, sobre todo BMW, veh¨ªculos no habituales en el modus operandi de ETA y en los que los terroristas suponen que pasar¨¢n m¨¢s desapercibidos. No se pueden robar con un sacacorchos y un puente, como suele hacer la banda. Los etarras se llevan seis coches, a los que hay que sumar uno o dos veh¨ªculos m¨¢s en los que los terroristas se desplazaron hasta su objetivo. Por lo tanto, en el asalto participaron entre siete y ocho terroristas como m¨ªnimo, algunos de los cuales ya esperaban en las inmediaciones del concesionario. Salen del establecimiento sin contratiempos. A los retenidos les dicen que tienen que esperar a la ma?ana siguiente, para tener tiempo de huida.
El repostaje. Los miembros de ETA, cuando roban coches, suelen llevar un bid¨®n de gasolina, ante la eventualidad de que el dep¨®sito est¨¦ vac¨ªo. En este caso, trat¨¢ndose de coches de un concesionario, apenas ten¨ªan gasolina. El grupo se dirige a un camino rural, a apenas un kil¨®metro, en cuya embocadura un cartel indicador dice que se llega a Fortoiseau Le Br¨¦au. All¨ª comienzan a rellenar con bidones los dep¨®sitos.
Llega la patrulla. Una patrulla transita por el lugar mientras el comando est¨¢ echando gasolina. Son cuatro agentes policiales franceses que suelen vigilar esa zona, y sobre todo a esas horas, debido a que cerca hay un centro comercial y, entre otras tareas, controlan la llegada de un furg¨®n blindado para recoger la recaudaci¨®n de los comercios. Al pasar por el camino rural, ven salir un coche de alta gama de manera precipitada y peligrosa. Al echar un vistazo al camino, ven al fondo cuatro veh¨ªculos. Van a por ellos. Est¨¢n dando las siete y cuarto.
La detenci¨®n. Los agentes se ponen en alerta conforme se acercan. Cuatro coches de alta gama, cuatro personas sorprendidas, bidones de gasolina. Los agentes se dirigen hacia ellos, algunos toman sus armas reglamentarias y piden a los all¨ª presenten que se identifiquen. Nada pinta bien. Los agentes deciden detenerlos a todos. Mientras parte de la patrulla mantiene enca?onados a los etarras, la otra pone los grilletes a uno de los detenidos, Joseba Fern¨¢ndez Aspurz. Una vez bajo custodia, empiezan a reducir al segundo. En ese momento, dos coches entran en el camino.
El tiroteo. Los dos coches que avanzan por el camino se plantan ante los agentes en un momento. No hay palabras. S¨®lo disparos y gritos. Entre dos y tres terroristas abren fuego intenso desde los veh¨ªculos reci¨¦n llegados. Los funcionarios repelen la agresi¨®n. Incluso saludan su suerte porque s¨®lo uno de ellos resulte herido, gracias a la impericia como tiradores de los terroristas. Sin embargo, una bala sorprende al agente Jean-Serge N¨¦rin en una postura defensiva. La herida, en la axila, es mortal de necesidad. Son las 19.30. Es trasladado al hospital, donde perece una hora despu¨¦s. Deja mujer y cuatro hijos.
La huida. La confusi¨®n es m¨¢xima. En el suelo permanece el etarra esposado, sin posibilidad de escapar, mientras sus tres compa?eros huyen a la desesperada, dos de ellos a pie. Otro logra subirse a los coches. Un Citroen y un BMW, seg¨²n los datos conocidos hasta ahora. El robo ha acabado en desastre. Un agente muerto, un etarra detenido y todas fuerzas de seguridad francesas enrabietadas contra ETA. A¨²n m¨¢s. Se calcula que los huidos pueden ser entre siete y diez.
El tel¨¦fono. Cuando la tragedia ya casi ha concluido, llega el momento de las pruebas. Las fuentes aseguran que la zona estaba cuajada de casquillos. Cuatro de los coches robados siguen en el camino. Los agentes hallan una pistola Magnun 357, la que sol¨ªa usar Harry el Sucio. A¨²n no se sabe si es el arma de la que parti¨® el disparo. Aspurz, seg¨²n las fuentes, lleva un m¨®vil. Nueve n¨²meros grabados. Se trata de una t¨¦cnica habitual. Los etarras utilizan un tel¨¦fono celular para cada una de estas operaciones y luego se deshacen de ¨¦l. Los n¨²meros grabados deben corresponder, dicen las fuentes, a los compa?eros del asalto. Por ello se calcula que en total ser¨¢n diez.
El detenido. Azpur es m¨¢s bien un novato, pr¨¢cticamente un reci¨¦n llegado. Tiene dos causas pendientes en la Audiencia Nacional. Una de ellas le ha llevado a estar en busca y captura, por no haberse presentado a juicio en el que deb¨ªa responder sobre un ataque de kale borroka contra dos polic¨ªas forales navarros. Sus compa?eros de vandalismo terrorista han sido condenados hoy mismo a cuatro a?os y nueve meses de presidio. Aspurz, con la que se ha metido en Francia, puede llegar e incluso superar los 20 a?os entre rejas. Y luego tendr¨¢ que seguir cumpliendo en Espa?a. Tiene 23 a?os.
La caza. Est¨¢ en marcha. El asesinato de un agente franc¨¦s y en suelo franc¨¦s por parte de ETA es un salto cualitativo que las fuerzas de seguridad francesas sin duda no van a olvidar. Y ya han anunciado que pondr¨¢n todo su empe?o en la caza, aunque admiten que ¨¦sta no ser¨¢ f¨¢cil. Lo que las fuentes calculan es que los huidos ya habr¨¢n abandonado los pisos donde moraban y ser¨¢ dif¨ªcil seguirles. La decisi¨®n t¨¢ctica de disparar y matar puede convertirse en uno de los mayores errores estrat¨¦gicos de ETA, da?a a la izquierda abertzale a ambos lados de la frontera y acaba con la incipiente ola de cierta solidaridad con ese mundo surgida tras la muerte de Jon Anza, cuyo cuerpo fue hallado en una morgue de Toulouse tras pasar un a?o en una c¨¢mara frigor¨ªfica.
El precedente. No es el primer agente que muere por el terrorismo radical abertzale, s¨®lo el primero de ETA. En agosto de 1983 muri¨® tiroteado el gendarme franc¨¦s Ives Guirmnarra, de 32 a?os , casado y padre de dos hijos, en las proximidades de la localidad de Dax, en el departamento de Las Landas, por un comando que presumiblemente pertenece a la organizaci¨®n Independentista vascofrancesa Iparretarrak. Los antiguos hermanos de armas de ETA al otro lado de la muga (frontera, los etarras del norte).
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