Un superviviente nato

Ayer, Juan Jos¨¦ G¨¹emes defend¨ªa en la Asamblea de Madrid como consejero de Sanidad las bondades de su querido proyecto, el que ha vendido incansablemente durante los ¨²ltimos meses, como un evangelizador: una ley para que los pacientes elijan m¨¦dico y para que los facultativos que sean elegidos por sus enfermos cobren m¨¢s. Su m¨¢xima, tantas veces repetida, es que el dinero sigue al paciente. Y en eso estaba o parec¨ªa estar ahora, adem¨¢s de en las negociaciones con el Gobierno central para reducir el gasto en sanidad. Fuentes del entorno sanitario madrile?o se muestran sorprendidos de que se vaya el consejero del servicio que se encarga de la preocupaci¨®n m¨¢s importante para los madrile?os despu¨¦s del empleo y del que los ciudadanos creen que funciona peor.

Parec¨ªa que el responsable del departamento con m¨¢s presupuesto de la Comunidad de Madrid, y tambi¨¦n el m¨¢s pol¨¦mico, le quedaba gasolina para rato: siempre se ha defendido como gato panza arriba, sin dar un paso atr¨¢s, de las pol¨¦micas que ha generado su gesti¨®n, que han sido muchas. Ha dejado atr¨¢s la traum¨¢tica apertura de los ocho nuevos hospitales con gesti¨®n privada en parte, las algaradas en las puertas de los centros sanitarios, a las que ¨¦l se enfrentaba sin despeinarse ni que se le congelase la sonrisa, los rifirrafes con los sindicatos, las maniobras de privatizaci¨®n de laboratorios y centros de salud...las quejas de los pacientes por unas listas de espera diagn¨®sticas excesivas y unas tiempos para entrar en el quir¨®fano falseadas. Incluso ha sobrevivido a las muertes de Ryan y su madre Dalila, durante la crisis de la gripe A.

Desde su privilegiada posici¨®n de cercan¨ªa a la presidenta Esperanza Aguirre, su ferocidad defensiva se ha mostrado estos a?os como insultador profesional del PP. Lleg¨® a decir que este peri¨®dico hab¨ªa fabricado los partes de seguimiento que probaban el espionaje a adversarios de Aguirre en su propio partido. Es tertuliano profesional de cadenas de televisi¨®n de la derecha extrema donde insulta sin ton ni son a los miembros del Gobierno y a los medios de comunicaci¨®n del grupo Prisa. Se ha convertido en uno de los principales puntales del PP en el ataque a los sindicatos y a los liberados sindicales.