Los colegas italianos de Garz¨®n muestran solidaridad e inquietud
La reacci¨®n de los jueces italianos a la suspensi¨®n y el proceso del juez Baltasar Garz¨®n mezcla tres rasgos principales: solidaridad con el magistrado, inquietud por la creciente tensi¨®n en las relaciones entre poder pol¨ªtico y judicial a nivel europeo, y una reflexi¨®n general de malestar porque un juez que es visto en Italia como un s¨ªmbolo de la batalla por la legalidad pueda acabar fuera de la carrera.
El fiscal de la direcci¨®n antimafia de Palermo, Antonio Ingroia, comienza expresando su "apoyo y solidaridad al colega Garz¨®n, que ha sido durante a?os un punto de referencia para muchos jueces italianos y sicilianos porque en Europa ha liderado la batalla de la legalidad contra toda forma de corrupci¨®n".
Seg¨²n Ingroia, disc¨ªpulo y heredero de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, el procesamiento de Garz¨®n obedece a razones pol¨ªticas. "La pol¨ªtica en Italia y no solo en Italia trata de revolverse cada vez m¨¢s contra la lucha por la legalidad que encarnan algunos magistrados. Solo espero que ¨¦ste no acabe siendo el en¨¦simo ataque revanchista y triunfal de la pol¨ªtica contra la justicia".
Su compa?ero en la fiscal¨ªa palermitana, Nino Di Matteo, presidente de la secci¨®n local de la Asociaci¨®n Nacional de Magistrados, prefiere no opinar sobre el caso espec¨ªfico, pero traza un an¨¢lisis de la relaci¨®n entre el poder judicial y los otros poderes democr¨¢ticos: "Sin conocer los detalles a fondo, puedo decir que la historia nos ense?a que los jueces castigados, procesados o trasladados suelen ser aquellos que con sus investigaciones golpean a los poderes pol¨ªticos, econ¨®micos y f¨¢cticos importantes", comenta.
"Es muy raro que se sancione a un juez negligente, indolente, corrupto o sumiso al poder pol¨ªtico", a?ade Di Matteo. "Pero quienes intentando hacer su deber da?an a los poderes fuertes muchas veces se encuentran ante ese final". Di Matteo recuerda que en Italia pasa lo mismo: "Se procesa a los jueces que osan elevar el tiro; muy raramente a los que son siervos del poder. La tendencia es general, y creciente. El coraz¨®n de la justicia est¨¢ bajo asedio".
Para el fil¨®sofo Paolo Flores D'Arcais, que hace unos d¨ªas public¨® un alegato en defensa de Garz¨®n en EL PA?S, el proceso al juez "es un episodio fe¨ªsimo no solo para la justicia espa?ola sino para la justicia y la democracia" en toda Europa. El director de la revista Micromega espera "que la respuesta se produzca, por eso mismo, a nivel europeo, y que la cultura y cuantos tienen a gala los valores fundamentales se movilicen para que el juez Garz¨®n pueda continuar haciendo un trabajo inspirado en los rigurosos criterios de legalidad que le han otorgado reconocimiento mundial".
El juez del Tribunal de Apelaci¨®n de Roma Giancarlo de Cataldo opina tambi¨¦n que el caso "muestra que la creciente mala fama de la lucha por la legalidad no es solo un problema italiano, sino europeo. Para nosotros", concluye, "Garz¨®n ha sido considerado un mito de la legalidad en Espa?a, y por eso es m¨¢s sorprendente este ataque que refleja que la relaci¨®n entre pol¨ªtica y justicia es cada vez m¨¢s ¨¢spera. Y en ese sentido es un ejemplo inquietante".
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