Suplemento publicitario
Las estrellas de Hollywood reparten su tiempo entre el cine y las cada vez m¨¢s rentables campa?as publicitarias
No hay revista sin estrellas. Y eso sin hablar de las fotos que les roban los paparazzi. Toma por ejemplo el ¨²ltimo n¨²mero de Vanity Fair y en la primera p¨¢gina ah¨ª est¨¢ Ellen DeGeneres vendiendo maquillaje anti-envejecedor. Dos p¨¢ginas m¨¢s tarde, Jennifer Aniston "revela su secreto" vendiendo agua inteligente. Y detr¨¢s viene Jessica Biel presumiendo de pesta?as. El despliegue de estrellas contin¨²a a lo largo de toda la revista hasta llegar a un punto en el que es muy dif¨ªcil distinguir qu¨¦ es informaci¨®n y qu¨¦ es publicidad. Como ese retrato de Katharine Hepburn de Cecil Beaton que anuncia la propia tienda online de la publicaci¨®n. Menos mal que el peri¨®dico The Wall Street Journal, pope de la informaci¨®n econ¨®mica, pronostic¨® un mal a?o para la publicidad con estrellas porque si los famosos de Hollywood estuvieran m¨¢s volcados en el mundo de los anuncios ser¨ªa dif¨ªcil formar el reparto de una pel¨ªcula.
Esta tendencia de publicidad estelar queda especialmente clara entre las actrices. Al fin y al cabo, el 60% de las campa?as publicitarias est¨¢n en manos de actrices, famosas o no. Y el resto, en manos de George Clooney a juzgar por su profusi¨®n en los medios de comunicaci¨®n. Megan Fox debut¨® este a?o en el mundo de los anuncios con la campa?a que realiz¨® para Armani ense?ando mucha carne pero borrando los tatuajes que suelen adornar su cuerpo. Pen¨¦lope Cruz est¨¢ rodando en el Hotel Crillon de Par¨ªs la campa?a de Lanc?me Tresor vista a trav¨¦s de las lentes de Mario Testino. La chica L'Oreal que tambi¨¦n se deja ver en los anuncios de Mango le ha quitado el producto a otra ganadora del Oscar como Kate Winslet quien anteriormente le arrebat¨® la misma campa?a a Isabella Rosellini. Cosas de la edad que si en el cine es un tema cruel, en publicidad es algo todav¨ªa m¨¢s duro. Pero no hay que llorar por Winslet, cuyos labios han dejado de ser de su ex marido, Sam Mendes, para ser de dominio casi p¨²blico gracias a la campa?a de las barras de labios L'Absolut.
No es s¨®lo un problema de edad porque tanto Eva Mendes como Julianne Moore, cada una en su generaci¨®n, ense?an lo que pueden en las campa?as publicitarias que han lanzado este a?o. La hispana escandaliz¨® con su despliegue en Calvin Klein mientras que la protagonista de A Single Man se rodea de bolsos y abalorios de Bulgari para cubrir la palidez de ese cuerpo de pelirroja cuyo cabello fue ya objeto de deseo de Revlon. "Yo supe desde el principio que el anuncio tendr¨ªa clase y que no tendr¨ªa que desnudarme", confes¨® tambi¨¦n este a?o la mucho m¨¢s recatada actriz alemana Diane Kruger, el nuevo rostro de la fragancia Beauty, tambi¨¦n de Calvin Klein. Incluso estrellas de la talla de la novia de Am¨¦rica, la venerada Julia Roberts, cuenta este a?o con su primer anuncio de productos de belleza con la campa?a que ha hecho para el rimel de Lanc?me. Y nuevos rostros se unen a la refriega como Taylor Swift, la nueva chica CoverGirl, que no oculta nunca su pasi¨®n por el maquillaje, o la reci¨¦n llegada Lea Michele, lanzada al mundo de la fama gracias a la serie Glee y sac¨¢ndole partido en la publicidad con los anuncios de champ¨² Dove.
Con o sin ropa, lo que est¨¢ claro es que las estrellas venden. Seg¨²n un estudio de la revista Forbes, la mera presencia de sus rostros en las publicaciones aumenta sus ventas. En especial si se trata de Aniston, Sandra Bullock o Angelina Jolie, las tres actrices que m¨¢s revistas venden en la actualidad con su presencia. As¨ª que est¨¢ claro el porqu¨¦ de que las firmas est¨¦n tan interesadas en conseguir uno de estos rostros para sus campa?as. Aumentar las ventas y dar un aura de prestigio a sus productos. Y por qu¨¦ las estrellas aceptan, no hay ninguna duda: aumentan sus ingresos, se permiten la b¨²squeda de proyectos m¨¢s arriesgados en cine porque las facturas est¨¢n pagadas con la publicidad o, las de coraz¨®n m¨¢s generoso, dedican este dinero extra a sus obras ben¨¦ficas. A veces ni tienen que dar la cara. Cada vez es m¨¢s habitual que vendan con su voz aunque en este campo los hombres son los que se llevan la palma: John Hamm en sus anuncios de Mercedes Benz, Martin Sheen vendiendo caf¨¦, Antonio Banderas de portavoz de productos contra la alergia, Donald Sutherland como la voz de Volvo y su hijo Kiefer, del Banco de Am¨¦rica.
Trabajos que pueden realizar en cualquier parte del mundo en el que exista un estudio de grabaci¨®n y que por lo general no les lleva mucho m¨¢s de una o dos horas por los que pueden cobrar entre 200.000 y 400.000 d¨®lares por adelantado adem¨¢s de los ingresos que devengan de sus sucesivas emisiones. As¨ª hasta llegar al Dios de las voces en la publicidad estadounidense, Morgan Freeman, que recibe entre uno y dos millones de d¨®lares al a?o por sus campa?as para la tarjeta de cr¨¦dito Visa. "Hay una cierta responsabilidad cuando aceptas estas campa?as", reconoce Gwyneth Paltrow, concienciada en su vida personal y preocupada de no dar una falsa imagen con los productos que vende su fama, en su caso como portavoz de la casa de cosm¨¦ticos Est¨¦e Lauder. Claro que como admite Kate Hudson, reci¨¦n nombrada la embajadora global de Revlon, "al final del d¨ªa todo lo que queremos es sentirnos bellas". Estrellas o mortales.
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