'Perdidos': ?A favor o en contra del final?
El desenlace de la serie ha dividido a sus seguidores entre los que se han quedado satisfechos y los que no. Lea una explicaci¨®n de cada 'bando' s¨®lo apta para quienes ya hayan visto el final
'Qu¨¦ gran final'
Por BERTA FERRERO
En realidad lo que queremos todos los fans de Perdidos es una temporada m¨¢s. Algo que nos explique todas las inc¨®gnitas que se han quedado en el aire y esper¨¢bamos ver c¨®mo se resolv¨ªan de una forma magistral. Pero lleg¨® el final, y s¨®lo nos qued¨® claro que lo que pas¨®, pas¨®. No hay m¨¢s. Y tras analizarlo detenidamente… oye, qu¨¦ gran final.
Tras los dos ¨²ltimos cap¨ªtulos, hay que pensar en la serie en su conjunto. Y vi¨¦ndolo as¨ª queda claro que no se los han inventado a ¨²ltima hora y se han puesto como pegote al colof¨®n final. Las teor¨ªas de Locke sobre las fuerzas encontradas y el bien y el mal, o el cap¨ªtulo de la constante de Desmond en el que el recuerdo de Peny le salva la vida, adquieren mayor relevancia ahora, cuando te desvelan realmente cu¨¢l ha sido la base de la serie. Tan complicado, tan sencillo. Al m¨¢s puro estilo Hitchcock: todo al final es m¨¢s simple de lo que parece.
Toda la sexta temporada ha sido una especie de despedida, en la que nos han ido aclarando algunas dudas, cerrando tramas, y en la que, vale, tambi¨¦n han dejado abiertas otras tantas. ?Y qu¨¦? ?Era necesario que nos dieran todo masticado? Que no nos lo contaran como esper¨¢bamos no significa que no haya explicaciones l¨®gicas a un gui¨®n que nos ha hecho perder tanto tiempo en debatir, pensar, analizar y con el que nos hemos emocionado y enfadado cuando hemos perdido a algunos de nuestros personajes favoritos. Era tan complicado cerrarlo todo, que casi es mejor dejar algunas cosas para la imaginaci¨®n del espectador. Miles de pel¨ªculas y libros m¨¢s que reconocidos terminan con un final abierto y no por ello dejan de ser obras excelentes.
A¨²n as¨ª, con el tiempo nos daremos cuenta de que nos han ido ofreciendo m¨¢s explicaciones que las que ahora vemos. Pero sobre todo recordaremos que hemos sido testigos de primera mano de una forma diferente de contarnos una historia de ciencia ficci¨®n, aventuras, amor y llena de datos filos¨®ficos, que ha apasionado a medio mundo.
Los dos ¨²ltimos cap¨ªtulos han sido en realidad un homenaje a todos nosotros, los fans. Dos horas y media llenas de gui?os, emotivas y con una banda sonora maravillosa (de Michael Giacchino). Una despedida en toda regla. Nos han regalado el adi¨®s de aquellos que ya se fueron y nos han dejado despedirnos con dos visiones diferentes de la serie, paralelas e independientes. La real, ofreci¨¦ndonos crudamente lo que realmente pasa en la isla, con Jack salv¨¢ndola del hundimiento y cerrando el ojo all¨ª donde lo abri¨® nada m¨¢s empezar, muriendo acompa?ado por Vincet. Magistral. Y la visi¨®n espiritual, m¨¢s criticada, menos comprendida, y en el fondo una sencilla manera de decirnos con una sonrisa en la boca "esto se acab¨®". Ha sido un placer seguir esta serie. Yo ya la echo de menos.
'Suspenso por romper las reglas del juego'
Por CARMEN P?REZ-LANZAC
Hace seis a?os, algunos nos enganchamos a una nueva serie llegada de EE UU en la que los supervivientes de un accidente a¨¦reo deb¨ªan enfrentarse a una isla llena de misterios. Picados por una curiosidad m¨¢s o menos obsesiva, nos entregamos a una trama plagada de componentes fant¨¢sticos, s¨ª, pero que hasta ahora se hab¨ªa desarrollado en un plano terrenal.
En estas seis temporadas de emociones, hemos aceptado lo sobrenatural: La inmortalidad de Richard y Jacob, la capacidad de ¨¦ste ¨²ltimo para entrar y salir de la isla a su antojo, y, oh, la presencia de un humo negro asesino. Tambi¨¦n hemos abrazado con regocijo la capacidad del carism¨¢tico Desmond para moverse entre el pasado y el futuro o la de Miles para escuchar a los muertos.
Puedo vivir sin saber por qu¨¦ se mueve la isla, qu¨¦ ser¨¢ de la vida de Aaron, el extra?o hijo de Claire, o qui¨¦n construy¨® la estatua con cabeza de cocodrilo. Tampoco me importa quedarme con la duda de por qu¨¦ las mujeres mueren al dar a luz en la isla o el motivo tras la secuencia de cifras que obsesion¨® a Hurley (y a todos nosotros) durante dos temporadas. El problema no son las decenas de dudas que quedan por resolver sino este final pseudo religioso con tufillo a salida por la tangente.
Acepto como un gui?o de los creadores el emotivo homenaje a los personajes de los dos ¨²ltimos episodios. Pero se lo pod¨ªan haber ahorrado si el objetivo era conducirlos hasta esa suerte de reencuentro final entre abrazos y sonrisas contemplativas al que llegan tras su... ?muerte? No s¨®lo no me satisface: me rebela. No esperaba un final redondo, pero s¨ª que tuviera algo de sentido. ?Se supone que tenemos que abrazar este final con la misma fe que profesaba Locke por la isla?
A los creadores les perdono las dudas sin responder, los cap¨ªtulos malos -como el que desarrolla el pasado de Jacob o el que explica la inmortalidad de Richard-, y las improvisaciones forzadas por la decisi¨®n de algunos actores (como Adewale Akinnuoye-Agbaje, Mr Eko en la ficci¨®n) de dejar la serie. Pero no este desenlace medio espiritual. ?Para esto tanta escotilla, tanta iniciativa Dharma? As¨ª que suspenso por un final que rompe las reglas de un juego que ha durado seis a?os. Seguro que pod¨ªan haberlo hecho mucho mejor.
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