El Estatuto catal¨¢n y el respeto
Aunque todav¨ªa no podemos hacer una valoraci¨®n jur¨ªdica profunda de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma del Estatuto Catal¨¢n, s¨ª podemos contribuir a la sensatez y al sosiego con estas l¨ªneas de urgencia.
El proceso es el resultado de una acumulaci¨®n de desprop¨®sitos y de errores con responsables plurales, desde el Gobierno catal¨¢n y los partidos pol¨ªticos catalanes, pasando por el secretario general del PSOE, se?or Rodr¨ªguez Zapatero, cuando sostuvo con imprudente firmeza que lo que se aprobase en Catalu?a, se aprobar¨ªa en Madrid, y siguiendo en todos los dem¨¢s tr¨¢mites por la totalidad de intervinientes pol¨ªticos y parlamentarios. El ¨²ltimo de esos desprop¨®sitos lo crean y desarrollan las autoridades y los medios de comunicaci¨®n catalanes, cuando afirman, con notable exceso y desconocimiento doloso que el tribunal no est¨¢ legitimado para resolver el asunto.
No tuvieron los pol¨ªticos catalanes del tripartido y de la oposici¨®n la suficiente mesura para saber los l¨ªmites constitucionales, y para autocontrolarse, dejando que el tema llegase a extremos que cualquiera puede entender que superan con exceso los textos de la Carta Magna de 1978. Pon¨ªan as¨ª de relieve una falta de respeto, de afecto y de lealtad a la norma suprema y una utilizaci¨®n oportunista de sus competencias. La culpa in vigilando del Congreso de los Diputados y la irresponsable actitud del Sr. Zapatero, dando v¨ªa libre a los exceso, no pudo ser contrarrestada por el celo de Alfonso Guerra y por la Comisi¨®n de Constitucional que presid¨ªa.
As¨ª lleg¨® todo el problema al Tribunal Constitucional, como consecuencia de la irresponsabilidad de los restantes autores y as¨ª se convirti¨® en chivo expiatorio para desviar la atenci¨®n sobre las culpas pol¨ªticas que produjeron los males jur¨ªdicos que el Tribunal Constitucional ha zanjado con su sentencia. Ya llegar¨¢ el momento de valorar con respeto y sentido cr¨ªtico sus contenidos. Ahora solo hay que felicitarse y agradecer a sus magistrados su sentido de la responsabilidad, con respeto, como ¨²ltimos responsables que son de la constitucionalidad de las leyes.
Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid.
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