Otro golpe a la 'universitat lliure'

Un trabajador del Ayuntamiento de Barcelona repintaba ayer de gris los graffitis del n¨²mero 550 de la Gran V¨ªa. Sin girar la cabeza asist¨ªa impasible a la improvisada manifestaci¨®n que se organiz¨® en frente de este edificio, sede de la universitat lliure La Rimaia, que ayer, a las cinco y medio de la ma?ana, desalojaron los Mossos de Esquadra por orden judicial y sin previo aviso. La operaci¨®n se sald¨® con nueve detenidos, arrestados por usurpaci¨®n, amenazas, da?os y atentado a la autoridad. En la calle, hubo tensi¨®n, gritos, pero ning¨²n incidente. Los Mossos precintaron el edificio capeando los insultos de una cuarentena de j¨®venes que reclamaban "un espacio para la cultura".

En este edificio de nueve plantas, entre las calles de Casanova y Villarroel, viv¨ªan unas cincuenta personas -s¨®lo hab¨ªa una decena en el momento del desaolojo-, pero La Rimaia no era una casa okupa al uso. Esta universidad paralela, nacida a ra¨ªz del encierro en las facultades de Barcelona antes de la implantaci¨®n del Plan Bolonia, es un proyecto que "promueve una forma alternativa de aprendizaje mediante el intercambio de conocimientos", cuenta una participante de la iniciativa que responde al nombre de Black Hold. En La Rimaia se daban clases de catal¨¢n, castellano e ingl¨¦s, hab¨ªa un laboratorio inform¨¢tico, un grupo de recuperaci¨®n hist¨®rica y se organizaban seminarios de tem¨¢tica diversa dirigidos a todo el barrio. "Los colectivos sociales no tenemos espacios para desarrollar nuestras actividades y nos vemos obligados a okupar", explica Black Hold, quien reclama que "no toda Barcelona sea para los turistas".

Los j¨®venes de La Rimaia se hicieron con este edificio de la Gran V¨ªa la noche del pasado 2 de febrero, horas despu¨¦s de que los Mossos les desalojaran de su sede original, ubicada en la calle de Casanova. "Consideramos que este espacio es nuestro porque le estamos dando un uso", cuenta otro miembro del grupo que pide anonimato. "Queremos vivir ese esp¨ªritu cr¨ªtico que esper¨¢bamos encontrar en la universidad, un lugar donde poder preguntar y poder preguntarnos". A pesar del desalojo, los j¨®venes aseguran que, aunque la universidad libre haya perdido un espacio, "el proyecto de La Rimaia no ha muerto".