Te escribo por si pudieses echarme un cable ...

Mi nombre es Guillermo Cano Rojas, soy doctor en Bellas Artes, y estoy siguiendo la serie que est¨¢is realizando sobre nuestra generaci¨®n. Antes que nada, os quiero agradecer enormemente el que hay¨¢is decidido atender esta realidad. A mi entender, esta dislocaci¨®n tan grande entre las carreras universitarias y el mercado laboral, por su naturaleza y por las distintas situaciones que la conforman, presenta ya un car¨¢cter hist¨®rico. En Espa?a no hay precedentes; la generaci¨®n de nuestros padres no tuvo que afrontar este problema, el suyo fue m¨¢s bien no poder ni tan siquiera so?ar con qu¨¦ trabajar; hab¨ªa que hacerlo y punto. Y nosotros, los que hemos nacido en la democracia, s¨ª hemos podido elegir y considerar lo que queremos ser, pero para muchos, esta elecci¨®n conduce a un callej¨®n sin salida y no contamos con referentes donde poder mirarnos. Esta dislocaci¨®n, que podr¨ªa resumirse en un quiero y no puedo, produce un sufrimiento personal y un malestar social que... hay que solucionarlo y que considero una tarea pol¨ªtica de primer orden. En mi caso, quiero tratar este desajuste laboral incidiendo en la realidad universitaria, cuyo papel en todo esto creo que no ha sido lo suficientemente analizado. Y he pensado que la mejor carta que pod¨ªa enviaros es la que recientemente he escrito a otra persona dentro de este proceso de lucha, y que os copio a continuaci¨®n:

"Manolo, este es el tercer e-mail que te escribo... aunque un tanto ya sin esperanza de recibir respuesta... espero que no sea algo personal; quiero pensar que es que tienes mucho trabajo...

Te escribo, para qu¨¦ decirlo de otro modo, por si pudieses echarme un cable, siquiera a trav¨¦s de la orientaci¨®n. Como en su momento t¨² pudiste comprobar, no es nada f¨¢cil poder trabajar de lo nuestro en la universidad, a menos que uno tenga una de esas "peculiares relaciones" con profesores o catedr¨¢ticos o vainas por el estilo. A veces, no puedo evitar la perplejidad cuando alguno de los becarios que conozco se quejan, y con raz¨®n, de que no hay futuro. Hasta su propia precariedad he llegado a desear, siquiera por esos cuatro a?os de relativa tranquilidad que representan las becas. Yo me he hecho doctor sin apenas ayuda de mi tutor. Me dec¨ªa que ten¨ªa mucho trabajo (como si no fuese su trabajo el tutorizarme y como si ¨¦l no sacase buen beneficio acad¨¦mico de ser mi tutor. A ¨¦l, como a todos, les dan primas, les permutan horas lectivas, etc... pero qu¨¦ poco se supervisa su trabajo acad¨¦mico y cu¨¢nto bien se les presupone). He viajado por toda Europa para realizar mi investigaci¨®n coste¨¢ndolo de mi bolsillo, es decir trabajando al mismo tiempo de camarero, de cocinero, de recepcionista y de socorrista. Si la universidad es dura para los becarios, ni te cuento lo que es formarse como investigador sin contar con apoyo institucional; tan s¨®lo dir¨¦ que tiene costes personales y an¨ªmicos que no se los deseo a nadie. Desde luego, no es as¨ª en todos los casos, pero estoy seguro que sabes de lo que estoy hablando, y no quiero tampoco profundizar innecesariamente en lo desagradable que puede tener la docencia universitaria. ?Qu¨¦ podr¨ªa decirte? Tengo la formaci¨®n, tan s¨®lo me queda conseguir aqu¨ª en Espa?a la acreditaci¨®n de aneca, y desde que volv¨ª de M¨¦xico estoy trabajando para poder cumplir otro m¨¢s de los requisitos que me permitan aspirar a la figura de ayudante doctor. Pero todo es lento, demasiado lento, densamente burocr¨¢tico e implica, la mayor¨ªa de las veces trabajar mucho por nada y autoconsolarme dici¨¦ndome que "al menos hago curr¨ªculo". Y menos mal que a¨²n puedo dar gracias a que en este aspecto, tanto Jes¨²s como Paco, me van ofreciendo cosas. Soy trabajador, y aunque pueda sonar a una grosera falta de humildad, creo que no se me da mal: tengo vocaci¨®n, pasi¨®n y cuando menos un m¨ªnimo de talento e inteligencia que he aprendido a apreciar de acuerdo a lo que me devuelve mi realidad, porque cuando he impartido cursos o realizado actividades la gente sale m¨¢s que satisfecha. Son los alumnos los que me han hecho creer que no deliro por elegir este camino, cuando escucho las palabras, el apoyo y las valoraciones que nunca he o¨ªdo donde ten¨ªa que haberlas o¨ªdo y notado. Pero, naturalmente, de buenas apreciaciones no se vive. Voy a cumplir 34 a?os en unos d¨ªas, pero vivo con la precariedad de quien tiene 18 a?os. O peor, porque antes era inconsciente de lo que vendr¨ªa, e ilusamente cre¨ªa que tener una carrera abrir¨ªa puertas. Este lunes estaba echando mi curr¨ªculo en el Carrefour. S¨¦ que lo que te cuento no es ni m¨¢s ni menos dram¨¢tico que lo que le sucede a otros muchos que est¨¢n como yo, s¨¦ tambi¨¦n que as¨ª es la vida, y que no tiene porque existir una relaci¨®n justa entre lo que uno tiene y lo que se merece, pero como es mi vida quiero seguir luchando por trabajar de lo m¨ªo. Y eso me hace que, aun a riesgo de que que puedas encontrar de m¨¢s la confesi¨®n de mi ¨ªntima realidad, te est¨¦ contando todo esto, al menos para que sepas que no soy un ni?o de pap¨¢ buscando una nueva y c¨®moda aventura con la que creerse Baudelaire o Breton, sino alguien que cree que vale, que puede, pero que tambi¨¦n necesita una oportunidad. Yo te agradecer¨ªa mucho, si me dijeses c¨®mo ves la realidad universitaria ah¨ª, si crees que merece la pena en un momento dado marcharse all¨ª, que c¨®mo funciona, si conoces alg¨²n centro privado o p¨²blico que otorgue becas de investigaci¨®n. Aqu¨ª ya trat¨¦ de pedir la del Ministerio de Asuntos Exteriores, pero para que te la diesen ten¨ªan que comprometerse a contratarme en la universidad, y no estaban dispuestos a ello. Razones de presupuesto me argumentaron, y a continuaci¨®n diluyeron a¨²n m¨¢s su responsabilidad maldiciendo los presupuestos del Estado. En fin, tanto para docencia como para investigaci¨®n, si lo crees oportuno, puedo enviarte mi curr¨ªculo o lo que veas pertinente.

Gracias por tu paciencia y disculpa que me haya extendido algo m¨¢s que de costumbre,

quedar¨¦ en espera de tu respuesta,

un abrazo"