Perdidos en el mundo del trabajo que no existe

Soy una joven italiana de 28 a?os, en b¨²squeda de una colocaci¨®n profesional en l¨ªnea con mi preparaci¨®n y a?os de estudio y sobre todo motivaciones profesionales y deseos personales, en territorio extranjero. Esta carta describe una situaci¨®n que creo pertenece a muchos j¨®venes como yo, es una carta sobre mi generaci¨®n y sus aspiraciones. No quiero utilizarla como un medio de desahogo de una situaci¨®n compleja, ni como cuento de una crisis existencial debida a la falta de oportunidades de crecimiento. Esta carta esta motivada por la frustraci¨®n debida a mi incapacidad de entender ciertas din¨¢micas sociales y humanas.

A lo mejor contar mi visi¨®n de las cosas podr¨ªa levantar alg¨²n debate interesante sobre el futuro y presente de la sociedad y sus j¨®venes, que, en teor¨ªa, deber¨ªa estar en manos de personas como yo, trabajadores cualificados, pol¨ªticos y empresarios.

Con una diplomatura universitaria en Comunicaci¨®n Internacional y una licenciatura en Econom¨ªa de las Cooperativas y organizaciones sin fines de lucro, un m¨¢ster en Desarrollo Econ¨®mico y Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, inscrita en el programa de doctorado de Econom¨ªa Social de la Universidad de Valencia. Esta soy yo y mi maleta de formaci¨®n acad¨¦mica. Vivo desde hace un a?o y medio en Valencia y no tengo trabajo. Mi situaci¨®n podr¨ªa resultar dif¨ªcil de entender: quiero ser investigadora y ser pagada para esto o bien me gustar¨ªa tener un trabajo que me permitiera estar en contacto con la universidad y al mismo tiempo ser econ¨®micamente independiente.

Sinceramente, lo que veo cuando me miro alrededor es desconfianza primero, una mentalidad demasiado cerrada como para caracterizar una ciudad que tiene fama internacional como ¨¦sta, y una falta total de meritocracia en el sistema, sobre todo de inserci¨®n laboral. Olvidaba decir que soy europea, adem¨¢s de italiana. Los ciudadanos espa?oles, as¨ª como los italianos, hacemos parte de algo m¨¢s grande, y todos los procesos de homologaci¨®n normativa deber¨ªan promocionar ciertos sentimientos de unidad, y no de diferencias en ambos pa¨ªses.

Mis t¨ªtulos oficiales deben ser reconocidos y valorados correctamente en un espacio europeo, si el objetivo de la Uni¨®n Europea es la libre circulaci¨®n de los trabajadores y no solo de los capitales y las mercanc¨ªas, y creo tener suficiente objetividad y capacidad de an¨¢lisis para poder afirmar que tengo una muy buena preparaci¨®n acad¨¦mica, que soy una persona muy motivada y que mi campo de inter¨¦s evidentemente es bastante espec¨ªfico. Tener las ganas de trabajar e investigar en el sector de la Econom¨ªa Social, que es mucho m¨¢s variado de lo que se podr¨ªa pensar, deber¨ªa reflejarse en oportunidades basadas principalmente en los m¨¦ritos y la motivaci¨®n, pero aqu¨ª en Valencia, a pesar de haber enviado muchos curr¨ªculos y cartas de motivaci¨®n, donde se?alaba mi total disponibilidad y mi experiencia en sectores internacionales, he sido contactada solamente una vez para una sola entrevista (claro est¨¢ que al final no he sido elegida). De las dem¨¢s ocasiones (y son muchas), me he quedado a la espera de algo, aunque hubiera sido un no como respuesta. Pero en la mayor¨ªa de los casos, en los procesos de selecci¨®n todas las organizaciones olvidan que la transparencia es un factor importante para la credibilidad de una selecci¨®n correcta, basada en el m¨¦rito. Esta es mi opini¨®n en base a mi experiencia.

Me pregunto entonces: ?qu¨¦ es lo que no atrae de mi perfil? Tengo formaci¨®n, experiencia y capacidades suficientes como para proponerme a mis 28 a?os para un trabajo acorde con mi curriculum vitae, a una beca de colaboraci¨®n o cualquier forma retribuida de relaci¨®n laboral. As¨ª lo entiendo yo. Pero no se trata solo del mundo laboral. Realizar el doctorado es un camino solitario (como bien dijo mi profesora), por lo que debe ser el estudiante en primera persona a buscar los recursos para su investigaci¨®n. Pues bien, lo hice. Pero los organismos p¨²blicos, en pleno Proceso de Bolonia, dentro de la Uni¨®n Europea, no reconocen directamente el t¨ªtulo de licenciatura expedido por una universidad italiana acorde con el Proceso de Bolonia, y es necesaria su homologaci¨®n. No ha sido suficiente tener el aval de mi profesor (valenciano), el apoyo de un centro de investigaci¨®n y un proyecto de tesis, la admisi¨®n a un programa espec¨ªfico de doctorado y el haber cursado un m¨¢ster en una universidad espa?ola, no. No he sido incluida en el proceso de selecci¨®n. Mi intenci¨®n no es decir que habr¨ªan debido concederme la ayuda, estoy solo reivindicando mi derecho a ser incluida en la selecci¨®n, porque tengo los requisitos seg¨²n la convocatoria y seg¨²n el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior.

?Entonces la opci¨®n de los fondos privados de los Centros de Investigaci¨®n? La realidad no es muy positiva, hay muchos recortes y la investigaci¨®n cient¨ªfica es un sector en riesgo. Entonces intento con cualquier otro tipo de trabajo que no est¨¦ relacionado ni con la Econom¨ªa Social, ni con la investigaci¨®n acad¨¦mica. En media, para cada oferta, hay unos 500 candidatos (que pueden llegar hasta 1.200 en el caso de "vendedora a tiempo parcial"). Echando un vistazo a los perfiles se puede encontrar que para hacer un trabajo de t¨¦cnico administrativo se supone que el candidato, adem¨¢s de ser joven, tiene que tener el t¨ªtulo universitario y mientras tanto haber realizado por lo menos desde los 3 hasta los 5 a?os de experiencia, desarrollando tareas muy espec¨ªficas relacionadas con el puesto y saber a un nivel muy alto tres idiomas. Me parece una locura.

Ya s¨¦ que algunos podr¨ªan preguntarse por qu¨¦ no me qued¨¦ en mi amada Italia. Pues bien, creo que la pregunta sea bastante superflua y no merece ni siquiera una contestaci¨®n. La situaci¨®n en Italia es p¨¦sima a nivel econ¨®mico y la corrupci¨®n elevad¨ªsima. Confiando en mi capacidad de adaptarme a entornos diferentes y en los que hab¨ªa puesto muchas esperanzas opt¨¦ hace dos a?os por un pa¨ªs con amplias posibilidades, dentro de la libertad que ofrece la Uni¨®n Europea. Me parece normal y enriquecedor.

Mi generaci¨®n, en pa¨ªses como Italia o en este momento Espa?a, seguir¨¢ vagando por el mundo del trabajo sin oportunidades reales, a menos que no se tengan amigos y familiares en alguna peque?a organizaci¨®n o a menos que los padres no les hayan pagado un m¨¢ster de 10.000 euros en Inglaterra, en la John Hopkins University o London School of Economics. Puede que el territorio no ofrezca nada m¨¢s que situaciones precarias y puede incluso que siga decepcionando quien como yo, ten¨ªa una visi¨®n de su propio futuro profesional m¨¢s "justa". Yo dir¨ªa que mi voz, como las de muchos otros deber¨ªan ser escuchadas, para que lo m¨¦ritos se vean reflejados en los procesos de selecci¨®n, reconociendo la legitimad de t¨ªtulo oficiales dentro del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior, en lugar de transformase en armas de doble filo o excusas para tener menos candidatos entre los que "elegir el mejor"!