La escalera de Camps tiene m¨¢s pelda?os
El PP quiere confirmar en marzo al dirigente valenciano como candidato sin saber si antes de las elecciones del 22-M se sentar¨¢ en el banquillo de los acusados
El presidente valenciano Francisco Camps desea que se aclaren todas las sombras de duda que envuelven su conducta p¨²blica, que se conozca la verdad sobre los trajes que viste y que las sospechas de corrupci¨®n que le persiguen se disuelvan de una vez. Porque Camps es inocente (audio) y se paga su ropa, seg¨²n proclam¨® una vez con risa nerviosa de fondo.
Desde hace dos a?os, los abogados de Camps se afanan en recurrir y pedir pruebas sin fin. El procedimiento judicial se ha convertido de esta manera en un elefante adulto enfrentado a una pista americana de obst¨¢culos que no deja ver la meta.
Los adversarios pol¨ªticos de Camps piensan que esa t¨¢ctica, la de pedir pruebas y m¨¢s pruebas antes de recurrir y recurrir, solo persigue que el presidente valenciano no llegue al banquillo de los acusados antes del 22 de mayo, fecha de las elecciones auton¨®micas. El juez Jos¨¦ Flors, que instruye el caso y que hace m¨¢s de un a?o ya vio indicios suficientes para sentar a Camps en el banquillo, parece harto de esa supuesta t¨¢ctica y en uno de sus ¨²ltimos autos neg¨® a la defensa del presidente valenciano una prueba que, supuestamente, ya se hab¨ªa entregado.
Flors ha despejado en los ¨²ltimos d¨ªas el camino al se?alar el final de la instrucci¨®n y pedir a las partes que se pronuncien sobre si Camps debe o no ser juzgado. El adulto elefante ya puede ver la meta donde hay dispuesto un banquillo para sentar al presidente valenciano. Pero el lento procedimiento judicial todav¨ªa tiene que superar alg¨²n obst¨¢culo.
Alguien le cont¨® a Camps un d¨ªa que la causa abierta por unos trajes acabar¨ªa disolvi¨¦ndose como humo en el aire cuando llegara a la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, donde hab¨ªa tres magistrados de tendencia conservadora que le librar¨ªan del calvario con un archivo limpio.
Y el presidente valenciano, que entendi¨® el mensaje, solt¨® una frase premonitoria. "La verdad est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s pr¨®xima, quedan uno o dos escalones y entonces, toda esta cuesti¨®n tan extra?a, tan absurda y tan estrafalaria habr¨¢ pasado al pasado" (v¨ªdeo).
La verdad es que desde entonces hasta hoy, todas las averiguaciones que ha hecho el juez Flors han acercado un poco m¨¢s a Camps al banquillo de los acusados por cohecho. La escalera de Camps tiene m¨¢s de dos escalones y, de momento, nadie puede garantizar al presidente valenciano que tras el ¨²ltimo pelda?o se esconda una absoluci¨®n.
La cuesti¨®n extra?a, absurda y estrafalaria de la que hablaba el presidente valenciano no es m¨¢s que un vulgar cohecho sobre el que se ha pronunciado el juez Flors, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia y el Tribunal Supremo.
El empresario ?lvaro P¨¦rez, empez¨® a recibir contratos de la administraci¨®n que gobernaba el PP (audio).
La inmensa mayor¨ªa de esos contratos se adjudic¨® sin concurso previo, a dedo, al empresario P¨¦rez qui¨¦n, a su vez, mostraba su agradecimiento agasajando a los pol¨ªticos que le daban los contratos y a los jefes de esos pol¨ªticos. El grosero trapicheo de favores alcanz¨® a la visita del Papa, en cuya organizaci¨®n particip¨® a trav¨¦s de empresas pantalla la trama corrupta para ganar varios millones de euros.
La investigaci¨®n descubri¨®, en la contabilidad de las empresas de P¨¦rez, el pago de regalos por miles de euros no s¨®lo a Camps y a media docena de altos cargos del PP valenciano, sino a las esposas e hijos de varios de ellos.
Mariano Rajoy, m¨¢ximo responsable del PP con aspiraciones de Gobierno, no se lo quiere creer: "Nadie se vende por tres trajes". Pero la verdad, documentada en el sumario, es que los trajes llegaron al armario de Camps tras los contratos de la Comunidad Valenciana a Orange Market.
Flors vio cohecho impropio; la Fiscal¨ªa tambi¨¦n. Al igual que antes lo vieron el juez Baltasar Garz¨®n y el juez Antonio Pedreira. Si ahora lo ve as¨ª un jurado en un juicio, la carrera pol¨ªtica de Francisco Camps habr¨¢ llegado a su fin.
Antes de que llegaran a juicio, el PP ha destituido a una decena de sus altos cargos en la Comunidad de Madrid, todos ellos imputados por el caso G¨¹rtel. Pero Camps y Valencia son diferentes.
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