?C¨®mo lidiar con lo existente?
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Buena parte de las obras de los pr¨®ximos a?os deber¨¢n mejorar, ampliar, actualizar o remodelar edificios existentes. As¨ª, muchos arquitectos se preguntan c¨®mo lidiar con lo que existe, c¨®mo hablar a edificios de otras ¨¦pocas y c¨®mo convivir con inmuebles preparados para otros usos y construidos para transmitir otros mensajes. Seis arquitectos en activo de diversa obra, ideolog¨ªa, situaci¨®n profesional y econ¨®mica responden a esta pregunta. Abrimos el debate a arquitectos y no arquitectos.
Emilio Tu?¨®n y Luis M. Mansilla:
Lo existente es el marco de actuaci¨®n del arquitecto. Para la producci¨®n de la arquitectura, el respeto a ese marco es fundamental, tanto hablando en t¨¦rminos relativos al paisaje, como a la ciudad o al contexto hist¨®rico. Pero es fundamental entender que lo existente no se refiere exclusivamente a una realidad f¨ªsica material, sino que existen otro tipo de contextos m¨¢s amplios que est¨¢n ligados a lo intangible... es lo que nosotros llamamos el ¡°concepto ampliado del contexto¡±: la memoria individual y la memoria colectiva, los anhelos de las personas y las necesidades de la sociedad, los lenguajes individuales y los lenguajes universales...
Para nosotros la mejor manera de trabajar con el contexto supone una doble actitud. Por una parte el respeto a lo existente, ya sea tangible o intangible, y por otra la asunci¨®n de la responsabilidad que tenemos los arquitectos de construir los soportes donde se desarrollan las actividades de las personas, y por extensi¨®n de las sociedades, con el optimismo de un mundo mejor, necesariamente m¨²ltiple y diverso.
Porque no existe pasado, presente y futuro, sino presente del pasado, presente del presente y presente del futuro.
FOTO: ROLAND HALBE
Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano:
Intervenir en un edificio ya existente exige tomar postura ante su transformaci¨®n en el espacio y en el tiempo: consiste en ¨²ltima instancia en desvelar las leyes que la generaron y ser consciente de c¨®mo se transform¨® a lo largo de su historia. Nos gusta imaginar que todo edificio es capaz de narrar c¨®mo actuar en/sobre/junto a ¨¦l: tan solo debemos saber leer las instrucciones que nos indican c¨®mo extenderlo, envolverlo, vaciarlo, cubrirlo o fragmentarlo.
La idea del arquitecto como ¨²nico responsable intelectual de un edificio se pone en cuesti¨®n al intervenir en un proyecto concebido previamente por otros, y ah¨ª entra?a la dificultad y la singularidad de la arquitectura frente a otras artes: nadie comprender¨ªa que un artista modificara una obra ajena en el campo de la m¨²sica, la pintura, la literatura o el cine, pero todo el mundo acepta que un edificio puede ser modificado por otro arquitecto en alg¨²n momento de su historia.
Proyectar/rehabilitar/transformar arquitecturas preexistentes significa descifrar las intenciones de quien las proyect¨® en otro tiempo, ser capaz de interpretar un edificio como la suma de diferentes textos yuxtapuestos. Como aquellos libros que narran una historia dentro de otra y as¨ª indefinidamente, la transformaci¨®n o ampliaci¨®n de una obra arquitect¨®nica se parece a la inserci¨®n de un nuevo cap¨ªtulo en un texto siempre inacabado. Reconstruimos con otras palabras ideas que ya estaban presentes: recomponemos nuevos espacios que nosotros vemos y que probablemente el autor del proyecto original nunca imagin¨® as¨ª, al igual que hacemos nuestros los concebidos por otros antes que nosotros. La mejor manera de trabajar sobre lo ya existente es, en nuestra opini¨®n, aproximarse a cada nueva situaci¨®n sin juicios preconcebidos.
FOTO: DUCCIO MALAGAMBA
Ricardo Flores y Eva Prats:
Trabajar en edificios antiguos tiene algo de estar de segunda mano, en sitios en cuya creaci¨®n no has participado, jugando el papel de observador. As¨ª, el trabajo comienza observando... cosas que han hecho otros, y que puedes juzgar desde fuera. Observas dibujando, lo registras todo, lo que te gusta y lo que no... hasta que pasa a ser un dibujo propio, un proyecto tuyo, que comienzas a modificar, adapt¨¢ndolo al nuevo programa.
Nuestra manera de trabajar en edificios existentes es trabajar a partir de lo que nos encontramos, estirando, amplificando sus cualidades. En este sentido, este trabajo tiene algo de ir transformando unas cosas en otras, dibuj¨¢ndolo todo como un dibujo (o pensamiento) continuo, donde una cosa lleva a otra, hacia atr¨¢s y hacia adelante en el tiempo... borrando las distancias f¨ªsicas y temporales. El libro Las Metamorfosis, de Ovidio, es una buena lectura sobre este tema.
??igo Garc¨ªa, Tom¨¢s Valenciano, Jon Muniategiandikoetxea, Javier Ubillos y Marta ?lvarez, de VAUMM:
Para nosotros lo existente es la realidad en la que se desarrolla y opera la arquitectura.
En el proyecto lo existente es el contexto, mostrarse respetuoso con la topograf¨ªa, reinventar lo vern¨¢culo, tal vez contrastar el paisaje o crear un nuevo lugar. Se trata de leer las condiciones de entorno e integrarse en ¨¦l respetando los equilibrios del contexto. Se trata de proponer algo nuevo dentro del proceso continuado que ha generado ese entorno. No existe el papel en blanco. Nos gusta lo que dec¨ªa Oteiza, el que avanza creando algo nuevo lo hace como un remero, avanzando hacia delante pero rema de espaldas, mirando hacia atr¨¢s, hacia el pasado, hacia lo existente para poder reinventar sus claves.
FOTO: JES?S GRANADA
Sara de Giles y Pepe Morales, de MGM:
El proyecto de ampliaci¨®n o intervenci¨®n sobre lo ya existente arranca, la mayor¨ªa de las veces, sobre una arquitectura en desuso, obsoleta o abandonada. Intervenir sobre estas preexistencias conduce a tener que reinterpretar los espacios y las historias; pero siempre es una interpretaci¨®n, no un seguimiento fiel al dictado que los restos ¡°oficiales¡± nos proponen.
El objetivo de esta interpretaci¨®n es que dicha arquitectura vuelva a la vida hoy, dando respuesta a los requerimientos espaciales y de uso de nuestros tiempos.
En vez de la intervenci¨®n de oficio, sobre las arquitecturas, proponemos, en coherencia con todo aquello que nos vamos encontrando en la obra, abandonar el proyecto hacia una b¨²squeda de las sugerencias de los restos, siguiendo los fen¨®menos y las sensaciones a trav¨¦s de las ruinas, o en su caso, a partir del edificio de partida.
La posible l¨®gica de este proyecto, es decir el criterio de intervenci¨®n en estas situaciones, consistir¨ªa en descubrir espacios, texturas y materialidades. Escuchar entre los muros, averiguar entre las luces, o torciendo el rumbo de los restos averiguados.
Se tratar¨ªa de hacerle el juego a este encuentro fortuito entre cuerpos, espacios y atm¨®sferas. Este proyecto, (como documento t¨¦cnico que precede a la obra a ejecutar), no existe; es preciso descubrirlo en cada visita de obra, en cada abandono, en cada rumbo.
Vicente Guallart:
La ciudad es energ¨ªa informada, una acumulaci¨®n de esfuerzo humano y material construido a lo largo de siglos. La ciudad y la arquitectura del siglo XX fueron estructura y funci¨®n. En el siglo XXI se les superpondr¨¢ un metabolismo. La arquitectura, como la naturaleza, tiende hacia la autosuficiencia, a partir de la regneraci¨®n de edificios y ciudades construidas sobre las que se aplicara la l¨®gica de producci¨®n distribuida de la sociedad de la informaci¨®n.
La arquitectura y la ciudad se construyen, se deben construir, no tanto para lograr la eficiencia de un sistema abstracto, sino para el bienestar del hombre.
Espacio p¨²blico en el puerto de Keelung, Taiwan, creando una gran plaza sobre el mar, en el centro de la ciudad, hoy cruzada por v¨ªas de circulaci¨®n de alta capacidad.
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