"El caso de los trajes suena a Jardiel Poncela"
Miguel Herr¨¢ez, escritor y bi¨®grafo de Julio Cortazar, pide una pol¨ªtica de conservaci¨®n de edificios y poblados hist¨®ricos para Valencia
Miguel Herr¨¢ez, (Valencia, 1957), est¨¢ loco. Anda por las ciudades con un pod¨®metro escondido, "me gusta mucho andar", confiesa; lee sin descanso y tambi¨¦n escribe, da clases de literatura en la universidad y eleva su existencia con la revisi¨®n de una biograf¨ªa de Julio Cortazar que escribe desde hace 10 a?os. Se acaba de publicar la ¨²ltima versi¨®n y dentro de unas semanas marcha a Par¨ªs, gastos pagados, a profundizar en la figura del literato argentino, en c¨®mo vivi¨® de Par¨ªs y qu¨¦ dej¨® all¨ª de Buenos Aires.
Pregunta. Paris, Buenos Aires y luego Valencia ?Qu¨¦ es esta ciudad en su imaginario? ?Qu¨¦ es Valencia en comparaci¨®n con las urbes de Cortazar?
Respuesta. En mi recuerdo infantil, Valencia es un cromo del franquismo crepuscular, as¨ª figura en mi memoria, as¨ªve¨ªa la ciudad entonces; Recuerdo las partes de la ciudad menos sorollescas, las que transforman su luz en lugares como el pasaje Doctor Serra, la de los grandes carteles de circo. Por tama?o y dem¨¢s, no se puede comparar con otras ciudades, pero hay matices. No me gustan los cables a¨¦reos, las fachadas cableadas, que los contenedores sigan sin ser subterr¨¢neos. Detesto las contaminaciones ac¨²stica y lum¨ªnica, ah, y el aparcamiento p¨²blico, su falta de regulaci¨®n. ?Has visto la permisividad de la polic¨ªa durante los partidos de f¨²tbol en los alrededores de Mestalla? Es inadmisible.
P. ?Qu¨¦ le gusta de la ciudad?
R. La apuesta que se hace por su peatonalizaci¨®n, poco a poco. ?Que desaparezcan los coches! Me gusta caminar por las ciudades y veo que esta se va adaptando al pie en comparaci¨®n con otras, pero hay que darle velocidad, potenciar el carril bici. La municipalidad deber¨ªa ser m¨¢s exigente en este sentido.
P. De lo que ha dicho que le disgusta, ?qu¨¦ le corroe?
R. La carencia hist¨®rica de una pol¨ªtica de conservaci¨®n de los edificios. El cableado sobre el que se cuelgan las luces de Fallas o navidad es prescindible, evitable. Me parece demencial que se deje todo el a?o. En Par¨ªs, por ejemplo, no hay un solo cable externo, todo el cableado es subterr¨¢neo. Y si instalan luces por cualquier tipo de acontecimiento luego las quitan. ?Qu¨¦ m¨¢s? Las pintadas. No hablo de graffitis sino de las feas pintadas que adornan las plantas bajas de la avenida Primado Reig, por ejemplo. Luego, reniego tambi¨¦n del poco inter¨¦s por conservar barrios y poblados hist¨®ricos. No tienen por qu¨¦ sacrificarse por la construcci¨®n de grandes avenidas. Los tabiques, las paredes, el peque?o comercio, todos esos elementos conforman la idea de ciudad. Si eliminamos todo eso, rompemos nuestro origen, nos desorientamos. Y que se planten m¨¢s ¨¢rboles, aunque ensucien, da igual, que se planten y que no sean palmeras por favor.
P. Usted da clase en una universidad privada en Valencia ?Con qu¨¦ alumnos se encuentra? ?C¨®mo han evolucionado?
R. El alumno ha evolucionado de acuerdo a la sociedad, a los tiempos. No dir¨¦ que ahora sea menos maduro que antes, pero s¨ª me gustar¨ªa que fuera m¨¢s lector. La lectura te permite alcanzar autonom¨ªa intelectual. Eso s¨ª, reconozco que en los ¨²ltimos a?os noto un ligero cambio a mejor, no se si es por el plan Bolonia, pero con esa vieja idea de que la asistencia a clase era voluntaria, se favorec¨ªa el absentismo y eso repercut¨ªa en la organizaci¨®n del alumno. Ahora se hace un trabajo mucho m¨¢s personalizado.
P. ?Y en comparaci¨®n con otras universidades?
R. Pues mira, en C¨®rdoba, en Argentina, me di cuenta de que el alumno es muy lector, bastante culto. Est¨¢ al d¨ªa de las novedades bibliogr¨¢ficas y da gusto. Y no hablo de clases cortas, te hablo de m¨¢s de 100 alumnos. Y luego, aqu¨ª, veo que los polacos tienen muy buen nivel, en general. Los italianos quiz¨¢ son menos rigurosos y los franceses m¨¢s serios.
P. ?La ciudad, por tanto, es culpable de c¨®mo es el alumno?
R. Sin duda.
P. ?Qu¨¦ se respira aqu¨ª entonces?
R. No lo se. Es que Argentina siempre ha sido muy lectora; aqu¨ª, en cambio, se lee muy poco, los ¨ªndices de lectura son baj¨ªsimos. ?C¨®mo incide la ciudad? bueno, quiz¨¢ caiga en el t¨®pico de que los pa¨ªses n¨®rdicos tienden m¨¢s a la lectura y la vida casera que los mediterr¨¢neos o sure?os. Falta de tradici¨®n, no, desde luego. De todas formas, la lectura siempre ha sido una actividad muy minoritaria. Hubo un boom en los a?os 60 y 70, en concreto en Valencia, pero resulta inusual. Valencia era un vivero magn¨ªfico de poetas. Te hablo de Guillermo Carnero, Pedro De la Pe?a, Genaro Talens, Cesar Sim¨®n, Jos¨¦ Luis Falc¨®. ?Por qu¨¦ ahora no? No lo se. Yo, de joven, sab¨ªa qu¨¦ escritores hab¨ªa en mi ciudad. Yo no soy nadie, pero no noto que haya nadie empujando. Supongo que habr¨¢ cambiado el modo de acceso a la cultura. Pero bueno, por lo menos el alumno ahora viene m¨¢s a clase.
P. Hace unos meses, el Ayuntamiento de Valencia prometi¨® una parcela a la Universidad Cat¨®lica cuyo uso anterior era albergar un centro escolar. Parece que el dinero p¨²blico para educaci¨®n escasea.
R. Me preocupa que los dos pilares de la Espa?a de la transici¨®n, educaci¨®n y sanidad, se tambaleen. Es preocupante que esto sea as¨ª y no se debe favorecer una opci¨®n en concreto.
P. ?Qu¨¦ pol¨ªtico es personaje de un relato corto? ?qu¨¦ situaci¨®n da para una novela?
R. Carlos Fabra, por su aspecto. Es un personaje claro, por su forma de actuar y por lo que le rodea (aeropuerto sin aviones...). En cuanto a la novela, el caso G¨¹rtel. Todo el asunto da mucho juego para la escritura ficcional. Lo del caso de los trajes suena a Jardiel Poncela.
P. ?Votar¨¢ usted?
R. S¨ª, siempre voto, hay que apoyar el sistema.
P. ?A qui¨¦n?
R. Bueno, eso prefiero reserv¨¢rmelo, aunque mi opci¨®n siempre ha estado por la modernidad.
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