Frenes¨ª de fin de curso
- ?Qu¨¦ cuando nos vemos? Uy, hasta julio olv¨ªdate.
Cada a?o igual. Asoma en mayo y remata en junio. El frenes¨ª de fiestas, festivales, puertas abiertas, cenas¡ de fin de curso no da tregua en seis semanas. Desaparecemos todos del mapa abducidos por una agenda de actos a los que, en algunos (?bastantes?) casos, no apetece mucho ir; ni, cazados comentarios al vuelo,entusiasma organizar. Pero qui¨¦n es el guapo que se apea. En casa el marat¨®n arranc¨® el viernes pasado. Ah¨ª va el rosario que nos aguarda, trufado con lo que nos ha tocado en otros cursos.
La mostra. A falta de festival de fin de curso (?benditos sean!), en la escuela organizan cada a?o por estas fechas La Muestra, en la que todos los cursos se vuelcan sobre el mismo tema. Este a?o, ciencias naturales. Admirable el curro que se pegaron alumnos y profesores. Sorprendentes y divertidas actividades para compartir. Desde el interesante trabajo sobre la sombra del parvulario (nos recib¨ªa un enormemuro de perfiles de todos los enanos) hasta juegos sobre por qu¨¦ vuelan los aviones. El remate, los cohetes que hicieron despegar los de sexto. Muy chulo.
La obra de Los de Sexto. Hablando de los mayores, su despedida despu¨¦s de nueve a?os en la escuela se produjo hace ya semanas. Representan cada a?o una obra de teatro antes de Semana Santa. Lo hacen pronto para que, dicen, no se distraigan del curr¨ªculo a final de curso. Como la escuela es peque?a, la montan en varios espacios, cada uno con su escenograf¨ªa, y estuvo francamente bien.
Las puertas abiertas de piscina. He olvidado el d¨ªa que toca, pero toca. Lo inolvidable es el calor que se pasa. Adem¨¢s es en una hora fatal, como a las tres de la tarde. Del tema puertas abiertas normales, en las clases, nos zafamos, porque todos los d¨ªas entramos en la clase al entrar y salir.
La clase de danza con padres. S¨¢bado s¨ª, s¨¢bado no, la de cuatro a?os va a danza. El d¨ªa que nos avisaron de la sesi¨®n de fin de curso, CON PADRES, el susodicho ni pesta?e¨®: ¡°Ya veremos¡±. En lo que tard¨® ¨¦l enpronunciar las dos palabras yo me hab¨ªa preguntado y respondido a mi misma: cu¨¢ndo me depilar¨¦; qu¨¦ camiseta tengo que me tape el culo; y qu¨¦ sujetador tengo en condicionesde amortiguar seg¨²n qu¨¦ saltitos despu¨¦s de un a?o largo dando teta.
Cena de padres y madres, cena de madres, cena de padres. Variopintas versiones de ¨¢gapes con los progenitores de los compa?eros de nuestros v¨¢stagos. Sirven para confraternizar, aunque el 80% del tiempo se emplee en hablar de los ni?os y el 20% restante en explicar en qu¨¦ trabajamos unos y otros. Tambi¨¦n son ¨²tiles para constatar, si la cena es en formato yotraigo (yotraigo una ensalada, yotraigo una quiche), que hay madres que dan m¨¢s envidia que Mary Poppins.
Festival de fin de curso. Es b¨¢sicamente propio de las guarder¨ªas, aunque hay escuelas de primaria donde tampoco te libras. Los dos a?os que me toc¨®, alucin¨¦ con dos cosas: una buena y otra mala. La buena: el curro que se pegan las maestras, que te piden una camiseta naranja y te sacan al churumbel disfrazado de le¨®n, con garras, cola, cabellera¡ y encima baila. Te alegras de que no sea el que llora y llora como un poseso. La sorpresa mala: lo garrulos que pueden llegar a ser los adultos si de sacar la mejor foto se trata. Lo de ¡°yo por mi hija ma-to¡±, versi¨®n mel¨¦ a pie de escenario. Y eso que la guarder¨ªa te ofrece, clinx, clinx, v¨ªdeo y fotos de cerca, lejos, individuales o de grupo.
Festival de fin de curso actuando los padres. Esta versi¨®n existe. Ilustra estas l¨ªneas. No s¨¦ si es que las maestras pasan del tema,es que lo consideran enriquecedor para la comunidad educativa, o que los padres son artistas amateurs, les apetece y punto. El caso es que en la guarder¨ªa de unos amigosson los padresquienes representan un cuento: sacan tiempo de debajo de un mont¨®n de ropa por doblar,ensayan dos noches y ale, que se levante el tel¨®n. Cuentan adem¨¢s con la impagable ayuda de un cl¨¢sico:lamadre que se curra el vestuario.
Tutor¨ªa. Pues eso, reuni¨®n con la tutora, habitualmente pl¨¢cida y en la que te alegras de hasta qu¨¦ punto tiene calada a la de cuatro a?os, para lo bueno y para lo malo. Te recuerda que, en el cole, se come la lechuga como si fueran patatas fritas. La reuni¨®n suele ser tambi¨¦n a horas intempestivas. Aunque lo peor es el sufrimiento que ocasiona el retraso del padre.
La reuni¨®n del Casal de julio. Es el remate. La matriculas a varias semanas de actividades en julio porque no te puedes ir a trabajar con la ni?a colgando ni trabajar desde la playa¡ y te avasallan con un calendario de actividades, talleres y salidas, d¨ªas que tiene que llevar la fiambrera, d¨ªas que toca toalla y chanclas, todo marcado por favor, gorra y crema solar, no les pong¨¢is zumo, etc. En cambio, toque lo que toque, ellos cada d¨ªa salen igual: contentos, cansados y guarros como para ponerles en remojo.
Me consta que se sobrevive a esta locura incluso cuando se tienen m¨¢s hijos escolarizados. Tela. En nuestro caso este curso nos hemos librado del pack guarder¨ªa porque la de un a?o est¨¢ en casa: eso s¨ª que es un festival de fin de curso.
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