"Tom Stoppard nos ha ense?ado a sentirnos orgullosos de ser rusos"
Hoy el ruso Alexei Borod¨ªn (Shanghai, 1941) va a llevar a cabo una gran haza?a. La prestigiosa compa?¨ªa que dirige desde Mosc¨² hace m¨¢s de 30 a?os (Teatro Acad¨¦mico de la Juventud de Rusia) representar¨¢ ma?ana s¨¢bado durante diez horas una de las grandes obras del dramaturgo ingl¨¦s del momento Tom Stoppard, La Costa de Utop¨ªa. M¨¢s de 40 personas en escena, seis actos con dos intermedios, una jornada teatral maratoniana en el Teatro Valle Incl¨¢n (CDN) para descubrir a los grandes personajes y pensadores de la Rusia del XIX: Herzen, el critico litearario Belinsky... Al final de la funci¨®n, que se ha representado en tres partes los d¨ªas pasados y que ma?ana se muestra de corrido, as¨ª como tras la charla con Borodin, una se da cuenta de que si la utop¨ªa fuera un objeto probablemente ser¨ªa un espejo. Superamos la verg¨¹enza, la humildad y la gran timidez de Borodin y le ponemos frente al cristal.
Pregunta. Empecemos por el principio... ?C¨®mo empez¨® su pasi¨®n por el Teatro?
Respuesta. Desde muy muy peque?o, y eso que mi familia no ten¨ªa nada que ver con el teatro, pero me recuerdo queriendo ser actor. Es que nac¨ª en China, Shanghai (1941), viv¨ªamos en una casa t¨ªpicamente rusa con muchos libros y mucha tradici¨®n literaria y desde que ¨¦ramos peque?os mis tres hermanas y yo hac¨ªamos siempre representaciones en casa, en plan casero, as¨ª es como empec¨¦ a ser director. Mi hermana fue la primera actriz a la que dirig¨ª. Todo surgi¨® por el ambiente familiar de mi casa, era una vida muy intensa, muy llena de cosas, de la que nac¨ªan proyectos en com¨²n.
P. La situaci¨®n de su familia era entonces parecida a la que puede verse en la pel¨ªcula de La condesa rusa (The White Countess), refugiados de las antiguas burgues¨ªas rusas que huyeron de la revoluci¨®n bolchevique (1917)...
R. S¨ª, es este mismo caso... Pasaban las mismas cosas que puedes ver en la pel¨ªcula, adem¨¢s en Shanghai est¨¢bamos con m¨¢s familias rusas e intent¨¢bamos estar lo m¨¢s cerca posible los unos de los otros, era una forma de recrear nuestra patria.
P. ?Y su familia tambi¨¦n huy¨®?
R. No exactamente, no fue la hu¨ªda de la revoluci¨®n o del comunismo, Todo empez¨® mucho antes: mi abuela y su familia fue a Manchuria (China) porque ella trabajaba construyendo ¨²nalas v¨ªas de un tren. Despu¨¦s volvieron a Rusia, mi padre acab¨® sus estudios y se fu a Checoslovaqui, a Praga, a Am¨¦rica y despu¨¦s finalmente en China, donde conoci¨® a mi madre y nac¨ª yo. La sensaci¨®n de mi ni?ez es la de que existe mi patria, algo lejos, por ah¨ª, hab¨ªa ganas de volver, era nuestra Costa de Utop¨ªa.
P. ?Cu¨¢nto tiempo vivieron en Shanghai?
R. Volvimos a Rusia en el a?o 1954, cuando yo ten¨ªa 13 a?os y tuvimos mucha suerte, porque los que volvieron antes de la muerte de Stalin (1954) les hicieron ir a los campamentos []. A nosotros no nos pas¨® nada.
P. Bien, alcanzamos entonces su Costa de Utop¨ªa... Puede que mucha gente que no haya visto mucho teatro ruso pero todo el mundo ha o¨ªdo hablar del m¨¦todo Stanislavski. El otro d¨ªa hablaba Tom Stoppard de la internacionalizaci¨®n del teatro ?c¨®mo cree que ha influido el teatro ruso en el mundo?
R. Est¨¢ claro que el teatro que cre¨® Stanivlasvsky influy¨® much¨ªsimo, todo el teatro del XIX est¨¢ impregnado de sus aportaciones. Su lema principal era "la vida del esp¨ªritu humano en el escenario". Adem¨¢s hay un fen¨®meno que existe desde los tiempos de Pushkin y Gogol porque el teatro es mucho m¨¢s que eso, no es solo un sitio donde la gente viene a ver un espect¨¢culo y a divertirse, sino que puede transmitir un mensaje, puede decirle al p¨²blico algo relativo a la pol¨ªtica, a la historia, a las ideas... Es algo que se ha mantenido vivo y ha prevalecido en la historia de Rusia pese a los muchos intentos de soterramiento vividos en distintas ¨¦pocas de nuestra historia. Con la Perestroika se abri¨® el paso y ahora, con la globalizaci¨®n, est¨¢ el problema de conservar el esp¨ªritu original del teatro ruso, ese car¨¢cter espec¨ªfico, sin convertirlo en algo conservador, encerrado o parado.
P. Usted es famosos en Rusia y fuera de su pa¨ªs por sus innovadoras t¨¦cnicas, por sus arriesgadas apuestas teatrales... ?Stanislavsky ten¨ªa su m¨¦todo, cu¨¢l es el suyo?
R. Lo que ocurre es que el m¨¦todo de Stanislavsky no es cerrado, si lo estudias bien y lo manjeas bien tiene una cierta provocaci¨®n porque te hace abrir tu propia individualidad, no es casualidad que los directores m¨¢s famosos hayan salido del teatro de Stanislavsky, porque cuando empezaron a trabajar con su m¨¦todo dejaron salir a su propia individualidad y a expresas su propio talento y visi¨®n en relaci¨®n con su propio tiempo. Mi m¨¦todo es el de Stanislavsky pero desarrollado, puesto en nuestro tiempo y bajo mi prisma, esa reacci¨®n ante lo contempor¨¢neo.
P. Vale, ?y c¨®mo se dirige con ese m¨¦todo una funci¨®n de diez horas?
R. Lo m¨¢s importante es tener un buen material que te provoque hacer algo as¨ª de largo. Pero no me lo he tomado como un marat¨®n teatral, sino como una obra un poco m¨¢s grande. Hay obras que tienen dos actos o tres, pues esta tiene seis. Y he trabajado as¨ª. Adem¨¢s la obra de Stoppard lleg¨® a tocarme en lo m¨¢s profundo de mi ser y por eso quise trabajar con ella. Porque adem¨¢s de tener una estructura muy curiosa, tiene un contenido que llega a lo m¨¢s profundo de mis intereses y de mi visi¨®n del mundo. Hubo otros teatros de Mosc¨² interesados en dirigir esta obra pero nadie se atrev¨ªa a asumir un trabajo de tanta escala.
P. ?Pero cu¨¢les han sido las dificultades qu¨¦ se ha encontrado para dirigirla?
R. No puedo decir que haya habido dificultades durante el proceso de trabajo, m¨¢s bien eran problemas de antes de empezar. Ten¨ªamos que atrevernos a trabajar con esta obra, esa era la mayor dificultad. Una vez decidido era como cualquier otro trabajo, con tareas creativas, con mucho inter¨¦s, y esa es la esencia del trabajo dramat¨²rgico.
P. Contaba que fue un conocido qui¨¦n le propuso dirigir La costa de Utop¨ªa y que fue as¨ª como le present¨® a Tom Stoppard, pero ?c¨®mo y cuando conoci¨® usted personalmente al dramaturgo ingl¨¦s? ?Qu¨¦ se le pas¨® por la cabeza despu¨¦s del primer encuentro?
R. Cuando Tom Stoppard se enter¨® de que hab¨ªamos empezado a trabajar con su obra llam¨® para ofrecer su disponibilidad y su ayuda porque ten¨ªa muchas ganas de que esa obra se pusiera en escena en Rusia. Durante el a?o y medio que dur¨® el trabajo, vino como siete veces y estuvo en los ensayos ayudando y fue, no s¨®lo un acontecimiento para m¨ª y para mi teatro, sino para la vida teatral de Mosc¨². Me sorprendi¨® la facilidad de entendimiento, su humildad, parec¨ªa que nos conoc¨ªamos de antes, la cercan¨ªa que sent¨ª a pesar de las grandes diferencias que hay entre nosotros, ¨¦l es ingl¨¦s, escritor, una figura de gran escala... Tom nunca va a mostrar la superioridad de su poder intelectual, su nivel, para presionar o humillar. Al poco tiempo me llamaba "Uncle Alexei" (t¨ªo Alexei).
P. Dec¨ªa Gerardo Vera (director del CDN) que todos los actores sienten ¨ªntimamente su papel, por el hecho de ser rusos y que saben "realmente" lo que est¨¢n contando en cada momento ?Qu¨¦ dir¨ªa usted que nos cuenta La costa de Utop¨ªa?
R. Todos tenemos una idea perfecta, un deseo de hacer algo perfecto, el sue?o ideal, la utop¨ªa que resiste a las tempestades de la vida porque necesitamos esa fe, ese sue?o irreal y ut¨®pico. Y la manera de vivir esa utop¨ªa, como ocurre en la funci¨®n, es por una parte con una seriedad anal¨ªtica, pero por otra, con la distancia y la complicidad que da la iron¨ªa, tan necesaria para salvarnos.
P. ?Cu¨¢l es su Costa de Utop¨ªa ahora?
R. La utop¨ªa es inalcanzable por definici¨®n, si alcanzas una costa siempre encuentras otra m¨¢s lejos. Puede que mi utop¨ªa sea tener un criterio propio de las cosas, a pesar de mis contradicciones. Es tan tr¨¢gico como gracioso.
P. Dec¨ªa usted que los rusos cre¨ªan que nadie podr¨ªa descubrirles nada de Rusia hasta que lleg¨® Stoppard ?Qu¨¦ le descubri¨® a usted Stoppard de Rusia?
R. Los rusos en general tenemos una autoestima bastante baja. Tom Stoppard, en cierto modo, nos descubri¨® nuestra val¨ªa, nos mostr¨® como personas con ideas y nos ense?¨® con iron¨ªa el por qu¨¦ pod¨ªamos sentirnos orgullosos de ser rusos. El humor es lo m¨¢s salvador que puede haber en el mundo.
P. M¨¢s de 30 a?os al frente del Teatro Acad¨¦mico de la Juventud de Rusia, ?No hay relevo?
R. Es un teatro muy abierto, muchos j¨®venes con talento trabajando, es un hecho bastante conocido en Rusia y los directores que trabajan en el teatro tienen grandes posibilidades de ¨¦xito y, de hecho, est¨¢n consiguiendo dirigir sus propios teatros. Adem¨¢s es un teatro de repertorio que es lo que me da la oportunidad de salir y hacer todo lo que puedo por la gente que est¨¢ en el teatro. Ahora es cuando yo estoy llegando
P. ?Cu¨¢l cree que va a ser su legado al teatro ruso?
R. Como todos los rusos yo tengo una autoestima un poco baja, s¨®lo te puedo decir que he logrado conservarme a m¨ª mismo, tanto como persona como profesional.
P. ?C¨®mo le gustar¨ªa ser recordado?
R. Tengo como mayor cualidad de mi car¨¢cter la naturaleza del padre, lo que m¨¢s me interesan son las personas. Si alguien se acuerda de m¨ª que sea porque tuvimos un contacto humano. Y estar¨ªa muy bien que se aprovecharan de mi experiencia porque la tengo y es grande.
P. Ahora mismo en Madrid se est¨¢n representando, adem¨¢s de esta funci¨®n, Tres a?os de Chejov y Los Veraneantes de M¨¢ximo Gorki ?el teatro ruso est¨¢ de moda o es un cl¨¢sico?
R. No puede ser tan simple. Es una pregunta muy interesante porque Chejov y Gorki ahora est¨¢n siendo unos autores de mucho inter¨¦s porque en sus obras las relaciones humanas no est¨¢n dadas, no est¨¢ nada concreto, est¨¢n muy vivas, muy indefinidas, inacabadas, en proceso de desarrollo y quiz¨¢ como ahora la gente se siente muy separada entre s¨ª, estas relaciones nos hacen vernos reflejados en estas obras. No lo s¨¦.
P. ?Cu¨¢l es su siguiente proyecto? ?Seguir¨¢ a Stoppard como Stanislavski a Chejov?
R. Me encantar¨ªa seguir trabajando tanto con Stoppard y Ch¨¦jov.
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