Desnudo de mujer, hombre con velo (y elecciones egipcias al caer)
Aliaa Magda Almahdy, por Chef Makhlouf
El pr¨®ximo 28 de noviembre est¨¢ previsto que se celebren las primeras elecciones parlamentarias de la reci¨¦n estrenada (y a¨²n a prueba) democracia egipcia, tras la renuncia forzada de Hosni Mubarak. Las mujeres, como de costumbre, arrancan la carrera desde la ¨²ltima casilla. Hay quien defiende, y me incluyo entre ellos, que uno de los factores m¨¢s importantes para el cambio social en el mundo ¨¢rabe ser¨¢ la mujer. La mejora de su estatus, entendida como el ¨¦xito en la consecuci¨®n de sus aspiraciones y demandas, y su plena incorporaci¨®n en igualdad de condiciones a la esfera p¨²blica ser¨¢n las que transformar¨¢n profundamente las sociedades ¨¢rabes. No puede haber democracia sin ellas.
El paradigma de este nuevo discurso y de esas mujeres que no piensan permitir que se las relegue de nuevo al hogar o los servicios sociales, podr¨ªa representarlo la joven Aliaa Magda Almahdy que ha encendido la pol¨¦mica iniciando una campa?a en Facebook contra el velo isl¨¢mico, pidiendo a los hombres que suban fotograf¨ªas vistiendo esta prenda que considera una imposici¨®n. Una Doria Shafik que no est¨¢ dispuesta a esperar a que los pol¨ªticos o la sociedad le digan que puede y ha pasado a la acci¨®n.
Por eso no se ha detenido ah¨ª. El pasado domingo publicaba en su blog una serie de fotograf¨ªas bajo el t¨ªtulo Nude Art (Arte desnudo), donde ella misma aparec¨ªa desnuda en la primera imagen. Almahdy describe en la bit¨¢cora esta actuaci¨®n como ¡°un grito en contra de la sociedad de la violencia, el racismo, el sexismo, el acoso sexual y la hipocres¨ªa¡±.
Su alegato es toda una declaraci¨®n de intenciones:
¡°Quitaos la ropa y miraos en el espejo, quemad vuestros cuerpos que desde?¨¢is y desprendeos de vuestros complejos sexuales para siempre, antes de lanzarme acusaciones racistas o negarme la libertad de expresi¨®n¡±.
Muchas de las reformas sociales que hubo en Egipto tras la revoluci¨®n de 1952, como las mejoras educativas y en el ¨¢mbito de la planificaci¨®n familiar, estuvieron ¨ªntimamente ligadas a las mujeres. Durante la revoluci¨®n del 25 de enero las vimos codo con codo en manifestaciones y protestas. Sin embargo el paso de los meses ha demostrado como ya ocurri¨® en los cincuenta tras el golpe militar y el ascenso de Nasser al poder, que la adhesi¨®n de su fuerza, necesaria en el momento revolucionario, es prescindible llegada la hora de formar gobiernos o elaborar leyes.
¡°Era obvio para m¨ª, que era indispensable la representaci¨®n femenina en el Parlamento. Deb¨ªan no s¨®lo ser representadas, sino participar en la elaboraci¨®n de las leyes. Ser¨ªa la ¨²nica respuesta al problema de formular leyes que no hac¨ªan avanzar la causa de las mujeres. [¡] Las mujeres, como la mitad de la naci¨®n, tienen que estar representadas en el Parlamento y justamente protegidas. Por qu¨¦ deber¨ªan s¨®lo los hombres representar su naci¨®n. Las mujeres deber¨ªan tener igualdad para opinar sobre las leyes que las afectar¨¢n a ellas y a sus hijos¡±.
Estas palabras que no han perdido validez en cincuenta a?os aparecen recogidas en las memorias de Doria Shafik, una feminista que pas¨®, desde 1.957, los ¨²ltimos dieciocho a?os de su vida bajoarresto domiciliariopor criticar c¨®mo se hab¨ªa erosionado la democracia por culpa de las pol¨ªticas de Nasser, antes de tirarse por la ventana en 1.975. Ahora igual que entonces es fundamental la participaci¨®n de las mujeres en la elaboraci¨®n de las leyes. Sin embargo, ni una sola fue incluida en el comit¨¦ que elabor¨® el texto constitucional que se aprob¨® el pasado marzo en refer¨¦ndum. Por esa misma raz¨®n, como protesta contra la formaci¨®n de una comisi¨®n constitucional en el que no hab¨ªa ninguna mujer,en 1954 un grupo de mujeres con Shafik a la cabeza llev¨® a cabo una huelga de hambre. Lograron que se reconociera el derecho a voto para las mujeres egipcias.
Una de las primeras medidas acometidas por la Junta Militar que gobierna Egipto tras la revuelta fue eliminar la cuota femenina que hab¨ªa establecido el Gobierno de Mubarak en las ¨²ltimas (y fraudulentas), elecciones legislativas celebradas hace exactamente un a?o. Por el contrario, la nueva ley electoral exige s¨®lo que haya una mujer en las listas y la composici¨®n de las mismas es un reflejo de la sociedad. Un ejemplo: el partido liberal Wafd que presenta 570 candidatos, lleva 87 mujeres en sus listas; apenas el 15%.Tampoco el gabinete interino de transici¨®n ha experimentado grandes mejoras. Entre los nuevos ministros s¨®lo hay una mujer que, adem¨¢s, es uno de los pocos miembros del antiguo r¨¦gimen que sigue ostentando un cargo.
La doctora Madiha El Safty, profesora de sociolog¨ªa en la Universidad Americana en El Cairo, y miembro de la Alianza para las Mujeres ?rabes, se muestra sin embargo optimista ante el proceso electoral. "Es cierto que no hay una representaci¨®n femenina importante en la vida p¨²blica o pol¨ªtica egipcia, pero cada vez m¨¢s mujeres se incorporan con un discurso m¨¢s activo". "Durante las protestas de enero y febrero estuvimos en la calle igual que los hombres y lo mismo que ellos no quieren que les roben su revoluci¨®n, tampoco nosotras permitiremos que eso ocurra", afirma la doctora.
El Safty considera una paradoja que algunos de los partidos que llevan m¨¢s mujeres en sus listas sean los de corte islamista y cita el ejemplo de una candidata perteneciente al partido salafista Al Nur (La Luz), que apareci¨® al inicio de la campa?a en el cartel electoral junto a sus compa?eros barbudos representada por una flor. ¡°Es el mejor ejemplo de que se las considera un adorno y un m¨¦todo para conseguir votos en detrimento de otros pol¨ªticos laicos¡±, considera. La pol¨¦mica, de la que se han hecho eco los diarios egipcios, llev¨® al partido a sustituir la flor por una foto del marido de la candidata. Una forma de preservar su intimidad, seg¨²n sus compa?eros, ya que ella al igual que la mayor parte de estas candidatas viste niqab, la prenda musulmana femenina que cubre todo el cuerpo menos los ojos.
"Esto no tiene ning¨²n sentido, tanto m¨¢s cuando sabemos que lo mismo entre los Hermanos Musulmanes que entre los m¨¢s salafistas m¨¢s radicales no se cree que las mujeres sean aptas para gobernar". "Es cierto que de cara a la galer¨ªa han moderado su discurso, pero habr¨¢ que ver c¨®mo es de sincero ese discurso si se hacen con una parte importante del Parlamento". Aunque El Safty considera preocupante para las mujeres el avance del islamismo, cree que es importante no olvidar que en los ¨²ltimos seis o siete a?os las mujeres "se han ido incorporando poco a poco a los movimientos existentes y han ido tomando fuerza".¡°Debemos tener esperanza. Hemos percibido que el discurso de las mujeres se ha vuelto m¨¢s¡ agresivo. Debemos dar una oportunidad a la democracia para ver si responde a nuestras demandas¡±, conf¨ªa.
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