Cartas inteligentes
Llevamos a?os sonriendo, yo al menos, con las cartas desplegables de los restaurantes chinos. Los de barrio, me refiero. Esos locales de segunda en los que junto a los enunciados figuran las fotograf¨ªas de los platos. En el fondo una pr¨¢ctica muy did¨¢ctica que ayuda a visualizar composiciones ex¨®ticas. Algo menos grotesco, incluso, que las r¨¦plicas de las propias recetas realizadas con resinas policromadas que se exponen en las vitrinas de esos restaurantes. Rutina a la que no escapan algunos japoneses de batalla -- pocos -- instalados en Espa?a. Ni tampoco los puestecillos de helados industriales.
Lo curioso es que ese detalle que siempre me ha parecido tan jocoso tiende a ser rabiosamente moderno. Me refiero al valor comunicativo de las im¨¢genes y a su decisivo papel en la transmisi¨®n de informaci¨®n en la sociedad en la que nos encontramos. Algo estrat¨¦gico (una imagen vale m¨¢s que mil palabras) en el periodismo contempor¨¢neo.
Ayer, viernes 18, despu¨¦s de escuchar a Ferran Adri¨¤ en el audit¨®rium de Caixa Forum en Madrid, fui a cenar a ¡°Lah?¡±, restaurante con cocina del sureste asi¨¢tico. Comida sin pretensiones, divertida y a precios moderados. Y cual fue mi sorpresa cuando en lugar de entregarme una carta convencional los camareros me pasan un Ipad con las fotograf¨ªas y detalles de los platos.
En un lateral de la pantallavarios apartados: platos salados, bebidas (vinos y c¨®cteles), postres, ¡°danos tu opini¨®n¡± y ¡°compartir¡± (v¨ªa facebook) Y en la cabecera otras dos ventanas, una con informaci¨®n nutricional y otra sobre alergias.
En suma, una tableta gastron¨®mica programada para rentabilizar al l¨ªmite los recursos tecnol¨®gicos. ?Los chinos se ponen al d¨ªa? exclam¨¦ para adentro.
Hace tiempo que las cartas electr¨®nicas de vinos son algo habitual en algunos restaurantes. La m¨¢s apabullante la de Monvinic (www.monvinic.com) en Barcelona, que supervisan Isabel Brunet y C¨¦sar Canovas. Contiene fotograf¨ªas de las botellas, descripci¨®n de las uvas, m¨¦todos de crianza y hasta im¨¢genes de las parcelas.
Cuando hace un mes almorc¨¦ en Casa Marcelo (Santiago de Compostela) (www.casamarcelo.net) donde terminan de implantar una carta digital sin fotograf¨ªas, Marcelo Tejedor me espet¨® convencido: ¡°Se acabaron los men¨²s en papel y las cartas a la vieja usanza. Ahora gracias al Ipad disponemos de una funci¨®n interactiva y nuestros clientes pueden conectarse a facebook o twiter y hacer valoraciones al terminar cada comida¡±.
Tarde o temprano las cartas de los restaurantes se redactar¨¢n en soportes electr¨®nicos. Es mera cuesti¨®n de tiempo. El progreso no hay quien lo detenga. Ahora bien ?se incluir¨¢n en el futuro fotograf¨ªas de los platos como sucede en ciertos chinos? ?se considerar¨¢ este h¨¢bito una horterada o las im¨¢genes se convertir¨¢n en un nuevo argumento de venta? ?se perder¨¢ con ello el efecto sorpresa que tanto preocupa a David Mu?oz, patr¨®n de Diverxo (www.diverxo.com), hasta hace poco tan reticente a la hora de permitir que se fotograf¨ªen sus espectaculares montajes?
No olvidemos que un factor decisivo en la cocina de vanguardia ha sido el est¨¦tico. ?Si las fotos de los platos se prodigan en los medios de comunicaci¨®n por qu¨¦ no tambi¨¦n en las cartas de los restaurantes?
?Alguien sabe contestar a esas preguntas?
El futuro tiene la palabra.
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