?Por qu¨¦ somos incapaces de olvidar a las Spice Girls?

Lo f¨¢cil, lo obvio, lo barato, lo previsible es decir que no tienen talento, que no saben ni cantar ni apenas bailar, que son un producto artificial confeccionado con astucia mercantil para alimentar el cutre infantilismo de las masas. Bien. Hemos marcado la diferencia ¨Cpor si alguien dudase de nuestro refinado criterio art¨ªstico e intelectual¨C entre nosotros y la turba.

Y ahora ?qu¨¦? ?No hay nada m¨¢s que decir sobre las Spice Girls? Tiene que haberlo; el fen¨®meno social que representan estas cinco inglesas algo nos tiene que contar sobre los tiempos en los que vivimos. Si no, ?c¨®mo explicar que ah¨ª siguen, 15 a?os y medio despu¨¦s de su primer exitazo y m¨¢s de 11 desde que grabaron su ¨²ltimo ¨¢lbum, como parte vibrante del panorama medi¨¢tico universal? No solo en Twitter o en Facebook. Apenas transcurre un d¨ªa sin que una de ellas salga en un telediario o en un tabloide o en una revista del coraz¨®n en alg¨²n lugar del mundo. Pero hay m¨¢s. En diciembre, Victoria Beckham (antes conocida como Posh Spice, la pija) dio una entrevista a The Financial Times (?a The Financial Times!), y en agosto del a?o reci¨¦n pasado la menos c¨¦lebre Mel Chisholm, Sporty Spice, dio otra, publicada sobre dos p¨¢ginas, al Times de Londres, que por m¨¢s que pertenezca a Rupert Murdoch no ha abandonado del todo sus antiguas pretensiones a la respetabilidad. Este mismo a?o se espera el estreno londinense de un musical sobre la historia de las Spice Girls. Se llamar¨¢ Viva forever. En los medios brit¨¢nicos, adem¨¢s, no para de especularse sobre el posible regreso de la banda. En los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012, en Eurovisi¨®n o en el concierto del jubileo de diamante de la reina Isabel II. Rumores que ellas mismas han ido alentando y posteriormente desmintiendo. El obst¨¢culo, aparentemente, es Victoria, que prefiere centrarse en su carrera en la moda.

En todo caso, parece que las chicas Spice vivir¨¢n para siempre. A d¨ªa de hoy, al menos, la fascinaci¨®n que ejercen no tiene fecha de caducidad.

Las cinco chicas reci¨¦n salidas del colegio no se hubieran imaginado ni en sus m¨¢s alocados sue?os el futuro que les esperaba cuando, un d¨ªa de febrero de 1993, respondieron al siguiente anuncio en la revista londinense The Stage (el escenario):

¡°Se solicita: ?Tienes de 18 a 23 a?os y sabes cantar/bailar? ?Eres avispada, extravertida, ambiciosa y trabajadora? Heart Management, SL, es un triunfador consorcio de la industria musical en v¨ªas de crear un conjunto femenino de m¨²sica pop. Audici¨®n abierta¡±.

Se presentaron Victoria Adams, Melanie Chisholm, Melanie Brown, Geri Halliwell y Emma Bunton; ganaron, imponi¨¦ndose a 400 rivales; grabaron en 1996 una canci¨®n, Wannabe, que fue n¨²mero uno en Reino Unido (el primero de muchos) y en 29 pa¨ªses m¨¢s; ganaron premios de reconocimiento mundial, hicieron una pel¨ªcula y batieron un r¨¦cord tras otro. Su primer ¨¢lbum, Spice, tuvo ventas de 23 millones y en total han vendido m¨¢s de 75 millones de discos, m¨¢s que cualquier otro grupo musical femenino de la historia, sin excluir a las Supremes de Diana Ross. Otro hito: cuando se reunieron a finales de 2007 para una ¨²ltima gira internacional, las 20.000 entradas para el primer recital, en Londres, se agotaron en 38 segundos. Tambi¨¦n se llenaron los recintos para sus conciertos en Las Vegas, Los ?ngeles y Toronto.

Hay dos preguntas: ?c¨®mo es que lograron tanto ¨¦xito teniendo tan poco talento? (ni ellas lo niegan. Victoria Beckham, preguntada una vez en televisi¨®n cu¨¢l era su gran sue?o incumplido, contest¨®: ¡°Cantar como Mariah Carey¡±). Y la segunda: ?c¨®mo es que han logrado perdurar en el pasajero mundo de la celebridad?

El ¡®no¡¯ de Victoria

Preguntada en una radio australiana sobre los rumores que situaban la posible reuni¨®n de las Spice Girls en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres, Mel B declar¨®: "El jubileo de la reina es el evento que veo m¨¢s probable para que eso ocurra". Esta semana Mel C ha confirmado que no podr¨¢ ser. El problema, especulan los tabloides brit¨¢nicos, es Victoria Beckham, que no tiene el menor inter¨¦s en abandonar ni un d¨ªa su firma de moda para subirse a un escenario. Algo que ya sugiri¨® en la gira del grupo en 2007. Las cinco componentes contaban en ella con un n¨²mero en solitario en el que repasaban sus ¨¦xitos posteriores a la banda. Pero, a diferencia de sus compa?eras, Victoria no emple¨® sus minutos para interpretar en directo sus 'singles' (ninguno hab¨ªa tenido la menor repercusi¨®n). En vez de eso, mont¨® una pasarela en el escenario y sali¨® a desfilar. Ni un m¨ªsero 'playback', solo agresivos taconazos. Posh decid¨ªa as¨ª que su mayor contribuci¨®n en solitario a la historia del pop ser¨ªa m¨¢s est¨¦tica que musical. Los chascarrillos que gener¨® entonces carecen de sentido cinco a?os despu¨¦s. Victoria se ha convertido en una dise?adora con credibilidad, la avalan las cifras y hasta Suzy Menkes, editora de moda del 'International Herald Tribune', acaso la periodista m¨¢s respetada del sector.

La clave a la primera pregunta la da el notable hecho de que no fue su m¨²sica la que las hizo memorables (Wannabe no era, ni cuando sali¨®, cantable en la ducha) ni la calidad de sus actuaciones sobre el escenario, sino que fueron ellas mismas, casi independientemente de lo que hac¨ªan, las que quedaron grabadas en el imaginario colectivo de buena parte de la humanidad. Como conjunto, su sello de identidad fue corresponder a la imagen protot¨ªpica de las chicas de al lado, pero cada una de ellas proyectaba tambi¨¦n una imagen claramente definida, cubriendo la gama de posibilidades para mujeres de su edad en la sociedad occidental. Victoria era Posh, la princesita elegante, algo altiva (David Beckham no debe de ser el ¨²nico joven que vislumbr¨® un reto cuando la vio en televisi¨®n y pens¨®: ¡°quiero que esta sea m¨ªa¡±); Melanie Chisholm era Sporty, femenina pero atleta, la que se incorporar¨ªa confiada a un partido de f¨²tbol con los chicos; Melanie Brown era Scary (temible), con un aire de malvada, pero a la vez exuberantemente sexy (y adem¨¢s, negra, para apelar a ese sector de la poblaci¨®n); Geri Halliwell era Ginger (jengibre), la flaca desfachatada, y Emma Bunton, Baby, representaba al gremio de las gorditas simp¨¢ticas, la que transmit¨ªa el feliz mensaje ¡°no hay que sentir el m¨¢s m¨ªnimo complejo por llevar dos o tres kilos de m¨¢s¡±.

La ideolog¨ªa (bueno, la consigna, digamos) que las un¨ªa era el girl power, el poder de las chicas. No fueron ni Marx, ni Jesucristo, ni siquiera Margaret Thatcher, pero s¨ª contribuyeron a redefinir algo importante para la sociedad, a dejar huella. Del mismo modo que David Beckham (como los futbolistas en general) se volvi¨® un icono para infinidad de hombres j¨®venes, las Spice Girls se convirtieron en un ejemplo a seguir para millones de chicas, muchas de ellas preadolescentes, que llenaban buena parte de los auditorios en sus recitales. Lo que redefinieron fue el concepto del feminismo: no para las intelectuales, o las que pretend¨ªan hacer una carrera universitaria, sino para la abrumadora mayor¨ªa de j¨®venes mujeres que jam¨¢s se sentar¨ªan a leer un libro de Gloria Steinem o Germaine Greer.

El mensaje liberador del girl power fue que era posible reconciliar el fen¨®meno nuevo de la independencia de la mujer con el concepto tradicional de la feminidad; que una pod¨ªa buscarse la vida sin apoyarse en un hombre y sin renunciar a salir a la calle arreglada como una quiera, vestida para seducir o para llamar la atenci¨®n o para que otras mujeres las admiraran. Porque otro aspecto del girl power fue la idea de que m¨¢s prioritario incluso que atraer al sexo opuesto era la amistad entre las mujeres, la solidaria hermandad. O sea, no un feminismo cuyo fin era ser o actuar como hombres, sino uno en el que las mujeres se pod¨ªan sentir c¨®modas y naturales, sin verse forzadas a abandonar el legado gen¨¦tico ¨Cy cultural¨C de millones de a?os de evoluci¨®n.

Las Spice Girls no fueron, evidentemente, las ¨²nicas en promulgar una visi¨®n del rol de la mujer que hoy es la ortodoxia dominante tras los experimentos fallidos de los a?os setenta, cuando lo correcto en ciertos c¨ªrculos era intentar vestirse ¨Cy en Inglaterra, al menos, beber pintas de cerveza¨C como hombres. M¨¢s all¨¢ de las sesudas columnas y los debates en los diarios m¨¢s serios, tambi¨¦n hab¨ªa figuras como Madonna (la cantante, no la Virgen). Pero Madonna ten¨ªa un singular talento y era imposible de imitar mientras que las Spice Girls eran, repetimos, reconociblemente las chicas de al lado, las que se levantaban a cantar un numerito en la fiesta colegial, o en la reuni¨®n familiar, y aunque no lo hac¨ªan muy bien, ten¨ªan gracia y ganas y descaro, y las que las ve¨ªan actuar pensaban: ¡°Podemos ser como ellas. Tan lejos no estamos¡±.

Girl power se ha transformado en mam¨¢ power. El mensaje que hoy transmiten es: puedes tener hijos y no perder el glamour

Girl power se ha transformado hoy ¨Cy aqu¨ª va la respuesta a la segunda pregunta: ?por qu¨¦ perdura la fama de las Spice Girls?¨C en mam¨¢ power. Todas son treinta?eras, todas son madres. Cada vez que aparece una imagen de ellas en los medios transmiten un nuevo mensaje para aquellas fans que sucumbieron a sus encantos en los a?os noventa. Es posible tener hijos y no perder el glamour; no hay ninguna necesidad, como sol¨ªa ser el caso en generaciones anteriores, de renunciar al optimismo juvenil y a la independencia, e incluso al sex appeal, porque uno ha entrado en una cierta edad; no debe una dejarse aplastar como persona por las exigencias cotidianas de la domesticidad.

Claro, es todo m¨¢s f¨¢cil si uno tiene dinero (en el caso de los Beckham, una fortuna estimada en 140 millones de euros), pero, por m¨¢s posh que una sea, tener cuatro hijos exige tiempo y dedicaci¨®n. Todo indica que Victoria Beckham le da prioridad absoluta en su vida al papel de madre. Y las dem¨¢s Spice tambi¨¦n, como quisieron demostrar al final de varios de los conciertos que dieron en su gira final hace cuatro a?os: salieron los hijos de todas ellas al escenario a saludar al p¨²blico y a recibir besos y abrazos de sus mam¨¢s. No solo fue show. Lo sienten en la vida real. Pusieron fin a esa misma gira antes de lo esperado, cancelando conciertos en varios pa¨ªses, precisamente, como explicaron, porque sus obligaciones familiares se lo ped¨ªan. El hecho de ya haber acumulado ingresos de 100 millones de euros tambi¨¦n habr¨ªa representado un poderoso argumento para dejar de montar un espect¨¢culo que nunca se les dio demasiado bien, pero en el caso de Victoria, en particular, tambi¨¦n exist¨ªa la necesidad de acudir a su nuevo puesto de trabajo como dise?adora de moda.

Tan bobas no son. Victoria, en especial, siempre ha demostrado en las entrevistas que es m¨¢s lista y m¨¢s p¨ªcara que su marido, en su d¨ªa (o incluso todav¨ªa hoy) el ser humano m¨¢s famoso de la tierra. Por este preciso motivo, su decisi¨®n de asumir el apellido Beckham no fue tanto un acto de tradicional sumisi¨®n como una decisi¨®n calculadamente comercial. A mediados de 2008 lanz¨® una marca de ropa, gafas y accesorios y la llam¨® Victoria Beckham. Ha tenido un ¨¦xito descomunal. Los ingresos han crecido a un ritmo del 120% tres a?os seguidos y sus productos se venden en 107 tiendas en todo el mundo. M¨¢s sorprendente a¨²n ¨Cdevastador para aquellos que la calificaban como descerebrada mu?equita pop¨C fue el premio que gan¨® en noviembre en las British Fashion Awards, los Oscar del mundo de la moda brit¨¢nica. Se llev¨® la estatuilla para Marca de Dise?o del a?o. Los tres finalistas a los que venci¨® fueron la marca Burberry, Stella McCartney y el excerebro de Gucci Tom Ford.

Las otras cuatro ex-Spice Girls tampoco se han quedado cortas. Ha resultado que Mel Chisholm, por ejemplo, s¨ª posee talento musical. Adem¨¢s de vender casi 10 millones de discos ella sola, compone sus propias canciones. Melanie Brown, el primero de cuyos tres hijos lo tuvo con el actor Eddie Murphy, vive en Los ?ngeles, donde ha hecho DVD de fitness y tiene su propio reality show, transmitido en todo el mundo. Emma Bunton se ha forjado una triunfante carrera en Inglaterra como presentadora de radio y televisi¨®n. Y Geri Halliwell, la m¨¢s erudita de las cinco, no solo ha escrito una serie de libros para ni?os que han tenido un notable ¨¦xito en Reino Unido (n¨²mero uno en ventas en 2008), sino que ha ejercido de embajadora de la ONU especializada en VIH/sida, en cuyo papel tuvo una reuni¨®n hace tres a?os con el primer ministro de Nepal.

Lo llamativo de la historia de las Spice Girls es que la consigna girl power no result¨® ser al final tan vac¨ªa de contenido como uno podr¨ªa leg¨ªtimamente haberse imaginado en aquellos tiempos cuando la canci¨®n Wannabe las lanz¨® a la fama. Fue una brillante apuesta comercial, pero eso no impidi¨® que las cinco lograsen ser fieles al mensaje y labrarse cada una de ellas vidas llenas, audaces e independientes. Y, qui¨¦n sabe, es posible que su ejemplo haya dado a muchas j¨®venes de dudoso gusto musical la confianza necesaria para que acabasen haciendo de sus vidas bastante m¨¢s de lo que sus madres habr¨ªan so?ado.