Dimisi¨®n moral
Una personalidad indiscutida debe ocupar la presidencia alemana tras la renuncia de Wulff
El presidente de la Rep¨²blica Federal de Alemania es, para sus conciudadanos, mucho m¨¢s que un jefe de Estado protocolario y sin poderes. Es un referente pol¨ªtico y moral. Desde luego lo fue Richard von Weizs?cker entre 1984 y 1994, cuando sirvi¨® de gu¨ªa en los momentos complicados de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y la unificaci¨®n de las dos Alemanias. A su manera lo fueron tambi¨¦n despu¨¦s Johannes Rau, el primer presidente alem¨¢n que se dirigi¨® a la knesset en Jerusal¨¦n. O Horst K?hler que abandon¨® la direcci¨®n del FMI para servir en el m¨¢s alto cargo de su pa¨ªs, aunque tuvo que dimitir por haber criticado que la participaci¨®n militar alemana en Afganist¨¢n se deb¨ªa m¨¢s a consideraciones comerciales que de seguridad.
Pero nunca se hab¨ªa planteado que un presidente tuviera que dejar su cargo por una acusaci¨®n de corrupci¨®n. Era evidente que Christian Wulff ten¨ªa que dimitir una vez que la Fiscal¨ªa de Hannover hab¨ªa solicitado la suspensi¨®n de su inmunidad. Wulff, que se ha caracterizado positivamente por defender la integraci¨®n de los inmigrantes en una Alemania forzada a ser plural, hab¨ªa perdido estatura moral mucho antes.
La sombra de las sospechas se acumulaban sobre ¨¦l, por su comportamiento en los tiempos en que fue gobernador del Estado de Baja Sajonia. Contra ¨¦l pesaban un centenar de acusaciones de ciudadanos. Resultaba escandaloso que hubiera recibido a tipos de inter¨¦s favorables una hipoteca de 500.000 euros para comprarse su casa. Pero lo que realmente ha supuesto su perdici¨®n han sido los favores a un amigo productor de cine que supuestamente le invit¨® a unas lujosas estancias en una isla alemana. Aunque Wulff rechaza todas las acusaciones, la presunci¨®n de inocencia no pod¨ªa funcionar para un cargo esencialmente moral, y menos si quien lo ocupaba hab¨ªa presionado sobre dos medios de comunicaci¨®n para que no publicaran lo que sobre ¨¦l sab¨ªan.
Esta dimisi¨®n genera preocupaciones a?adidas a Angela Merkel en unos momentos complicados para Alemania y para Europa. Es la canciller la que hab¨ªa impulsado a Wulff, tambi¨¦n democristiano, a la jefatura del Estado. Tras lo ocurrido, Merkel quiere proponer a la Asamblea Federal un candidato a presidente que sea fruto del consenso de los grandes partidos. Ahora que la sociedad alemana se est¨¢ volviendo menos europe¨ªsta le convendr¨ªa tener un referente moral al frente del Estado que convenciera sobre el camino a seguir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.