La princesa del imperio Zara se casa
Marta Ortega y Sergio ?lvarez contraen matrimonio ante unos 200 invitados Multitud de curiosos y c¨¢maras se apostaron a las puertas de la finca familiar
Marta Ortega y Sergio ?lvarez tienen desde ayer m¨¢s vida en com¨²n que los concursos h¨ªpicos. A ¨²ltima hora de la tarde formalizaron su matrimonio en la capilla del Pazo de Drozo, una de las casas paternas. Un festejo que, m¨¢s que el gui¨®n de un cuento de hadas, sigui¨® el habitual de una pareja con padres de posibles (de m¨¢s que posibles, desde luego). Entre los 200 invitados hab¨ªa pocos compromisos de la familia, pocos representantes de la empresa familiar y s¨ª muchos amigos de los novios, o compa?eros de afici¨®n/trabajo del mundo de la h¨ªpica. Los m¨¢s conocidos y ¨²nicas celebrities, Athina Onassis y Ainhoa Arteta, parejas de jinetes.
¡°Feliz¡± y ¡°nada nervioso¡±, se declar¨® Amancio Ortega horas antes, al salir del hotel coru?¨¦s donde estaban alojados pr¨¢cticamente todos los invitados al enlace. Su hija s¨ª reconoc¨ªa estar nerviosa. Pasadas las siete de la tarde comenzaron a desfilar las furgonetas con los invitados. Desde las seis, el tr¨¢fico en la estrecha pista que bordea parte del pazo, y es parte del Camino Ingl¨¦s a Compostela, tuvo que ser regulado para evitar el atasco entre las furgonetas que daban servicio al acto, los coches de los vecinos y los numerosos veh¨ªculos que parec¨ªan convocados por el lema ¡°pod¨ªamos ir a dar una vuelta a Anceis, a ver si vemos algo¡±.
Esa intenci¨®n es la que atrajo a tres amigas que llegaron a las cinco desde Santiago -¡°por eso del glamur¡±- y que no quer¨ªan identificarse, como otro grupo que eran y no eran de Anceis -¡°tenemos aqu¨ª una segunda residencia¡±- y cuya portavoz, Mar¨ªa, explicaba la espera: "Estamos aqu¨ª en vez de encender el televisor¡±. Con ellos, un cada vez m¨¢s nutrido y m¨¢s aterido grupo de c¨¢maras e informadores (alguno tambi¨¦n famoso, o por lo menos objetivo de las c¨¢maras de los m¨®viles). ¡°?Mira, como en la casa de Bel¨¦n Esteban, no me extra?a que se enfade!¡±, se?alaba una vecina de Anceis de toda la vida al grupo que obstaculizaba la carretera. ¡°Bel¨¦n Esteban se lo busca¡±, le matizaba una vecina.
Sergio ?lvarez cruz¨® el portal¨®n y la nube de flashes a las 19.50. Veinte minutos despu¨¦s, entre alg¨²n grito t¨ªmido de ¡°?guapa!¡±, lo hac¨ªa el coche que llevaba en la parte de atr¨¢s, sonrientes, a Marta Ortega y a su padre. Ella, con vestido hecho en (y no de) Zara. El novio, con un traje m¨¢s homologado de Massimo Dutti. El ramo, inspirado en la primitiva pintura flamenca, confeccionado por el franc¨¦s Thierry Boutemy, a tono con la decoraci¨®n floral. Una ceremonia tradicional, con la salvedad de que en la capilla pr¨¢cticamente solo cab¨ªan los celebrantes y los protagonistas. El resto de los invitados siguieron los ¡°s¨ª quiero¡± en unas pantallas de plasma encastradas. Ainhoa Arteta interpret¨® el Ave Mar¨ªa de Charles Gounod (ese fue su regalo de boda). Un ca?¨®n de luz enfocado a la vidriera desde el exterior proporcionaba ese halo de luz que figura en el imaginario de todas las ceremonias decisivas.
La carpa no era la de las fiestas en el jard¨ªn o las levantadas para los actos institucionales de colocaci¨®n de primeras piedras. Era, seg¨²n ha venido detallando La Voz de Galicia, una estructura que engloba a varias, que a ¨²ltima hora se ha revestido de un muro imitando piedra y que ha sido dise?ada para las necesidades espec¨ªficas del acto. La conexi¨®n con la capilla se ha hecho mediante un pasillo con bancos como si fuese la nave una iglesia, en donde los asistentes han seguido la retransmisi¨®n de la ceremonia. Al finalizar, los invitados han pasado a un sal¨®n de casi mil metros cuadrados, decorado con cuadros de Fernando Sotomayor, un pintor costumbrista de la burgues¨ªa gallega y de las escenas populares de principios del siglo XX, con fotograf¨ªas de los novios y con algunos de sus trofeos en concursos h¨ªpicos.
El men¨², de Marcelo Tejedor, chef del restaurante compostelano Casa Marcelo (estrella Michelin), con entrantes y postres de Nacho Manzano (chef asturiano de Casa Marcial, dos estrellas Michelin), estar¨¢ regado con albari?o Pedralonga y rioja Roda I. La manteler¨ªa es de hilo con encaje de Camari?as, pero la cuberter¨ªa es de Zara Home. Amplio escenario con piano e instrumentos de cuerda (se supone que para amenizar la cena) y el¨¦ctricos (para la sobremesa). Eso s¨ª, el viaje de novios no ser¨¢ normal. Sea a las Canarias o a Santo Domingo, ser¨¢ en el jet paterno.
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