Mister Diesel quiere ser santo
Enzo Rosso, que se hizo rico vendiendo jeans italianos a los americanos, dona once millones a proyectos solidarios
Aunque en muchas partes del planeta nadie le conozca, en los mundos de la moda, la filantrop¨ªa y la innovaci¨®n tecnol¨®gica Renzo Rosso tiene nombre propio. Se lo labr¨® primero entre patrones y agujas, como creador de la marca Diesel, una firma que en los a?os noventa tuvo la osad¨ªa de venderle pantalones vaqueros italianos a los estadounidenses, padres del invento, en su propia casa. Contra todo pron¨®stico, no s¨®lo triunf¨® sino que consigui¨® convertirla en una de las firmas m¨¢s poderosas de la industria. De hecho, despu¨¦s de Armani y Prada, la suya es la empresa de moda italiana que m¨¢s factura: 1300 millones de euros al a?o.
?No contento con este hito, Rosso decidi¨® invertir en tecnolog¨ªa, emulando quiz¨¢s a Tyra Banks, la ¨²nica famosa del mundo de la moda que ha entrado en ese negocio. Miles de j¨®venes emprendedores buscan ¨¢ngeles que financien sus incipientes y prometedores negocios en lugares como Silicon Valley pero tambi¨¦n en su Italia natal y Rosso decidi¨® ayudarlos. Desde hace cinco a?os invierte en esos proyectos a trav¨¦s de la empresa incubadora H-Farm, de la que posee un 20% de acciones y que ya ha apoyado a m¨¢s de 26 empresas sobre las que han llovido m¨¢s de 10 millones de euros.
?Pero este hombre de 56 a?os, de pelo rizado y aire de latin lover, con ese punto pel¨ªn hortera que caracteriza a algunos personajes de las altas esferas, es conocido en su entorno por ser un tipo especialmente simp¨¢tico pero adem¨¢s, expl¨ªcitamente ambicioso, aunque no tanto en lo econ¨®mico como en su necesidad de atenci¨®n. Por eso ahora est¨¢ embarcado en una carrera por emular al fil¨¢ntropo por excelencia: Bill Gates. Un reto nada despreciable teniendo en cuenta que otros simplemente se limitan a emular la acumulaci¨®n monetaria. Pero Rosso, cuyo lema es: ¡°Un hombre no deber¨ªa ser juzgado por el dinero que gana sino por los impuestos que paga¡±, quiere que se le conozca m¨¢s all¨¢ del mundo de los tejanos. Quiere, dice, ¡°revolucionar la situaci¨®n del planeta¡±, igual que cuando decidi¨® transformar los pantalones de trabajo estadounidenses en objeto de deseo est¨¦tico y comercial revolucion¨® el concepto que se ten¨ªa de esa prenda.
?En el a?o 2008 Rosso, que naci¨® en un peque?o pueblo de la regi¨®n del Veneto en el seno de una familia humilde que se dedicaba a la agricultura, cre¨® la fundaci¨®n Only The Brave (S¨®lo los valientes) y seg¨²n cuenta ¨¦l mismo, la idea se la sugiri¨® el Dalai Lama en 2005, quien le dijo que deb¨ªa compartir su fortuna. En un principio quer¨ªa dar apoyo a los j¨®venes italianos del norte de su pa¨ªs con problemas econ¨®micos.
Sin embargo, el proyecto enseguida creci¨® para centrar su atenci¨®n hacia ?frica, el continente donde vive el mayor n¨²mero de personas menores de 25 a?os del planeta y donde la pobreza extrema amenaza millones de vidas. Adem¨¢s era una buena excusa para codearse con los grandes de la filantrop¨ªa y la concienciaci¨®n social. Por ejemplo Jeffrey Sachs, que le ha servido de apoyo en la promoci¨®n del Millenium Village de Dioro, en Mali. Se trata de un pueblo al que la fundaci¨®n Only the Brave ayuda siguiendo las directrices del proyecto Millenium Promise, que arranc¨® Jeffrey Sachs con el Instituto de la Tierra, la Universidad de Columbia y la UNDP.
El proyecto consiste en atacar la pobreza desde todos los frentes: salud, educaci¨®n, nutrici¨®n. Para ello se escogen pueblos en los que se ponen en pr¨¢ctica m¨²ltiples proyectos con el fin ¨²ltimo de mejorar esas situaciones y conseguir que lleguen a ser autosuficientes econ¨®micamente. Es una iniciativa que tambi¨¦n ha sido apoyada por otros grandes de la filantrop¨ªa como George Soros y que permite a Rosso competir entre otros con Gates. Hasta ahora el italiano ha invertido once millones de d¨®lares en proyectos a trav¨¦s de Only the Brave. A¨²n est¨¢ lejos de los cientos de millones que invierte la Fundaci¨®n Bill and Melinda Gates, pero¡ por algo se empieza.
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