"Lo m¨ªo con la princesa Letizia tambi¨¦n fue un flechazo"
Isabel Sartorius cuenta en su autobiograf¨ªa detalles de su noviazgo con el pr¨ªncipe Felipe, los problemas con la coca¨ªna de su madre y su relaci¨®n con Javier Soto, padre de su hija Menc¨ªa
?"Muchos lectores se preguntar¨¢n por qu¨¦ este libro y por qu¨¦ ahora. Para responder a estas dos preguntas, me gustar¨ªa empezar diciendo que en mi vida siempre ha habido dos facetas bien marcadas. Por un lado, la cara m¨¢s social, potenciada por mi exposici¨®n p¨²blica debido a mi relaci¨®n con el pr¨ªncipe don Felipe. Por otra, la cara m¨¢s ¨ªntima, la que discurre fuera de los focos y lejos de los titulares. Y es justo ah¨ª donde estaba mi madre". As¨ª comienza el pr¨®logo de Por ti lo har¨ªa mil veces, las memorias de Isabel Sartorius (Mart¨ªnez Roca), que se han puesto hoy a la venta. En esta autobiograf¨ªa se desnuda ante los lectores, confiesa la grave adicci¨®n de su madre a la coca¨ªna, auspiciada por su segundo marido, el ex primer ministro peruano Manuel Ulloa y cuenta? la verdad sobre el noviazgo con el pr¨ªncipe.
Isabel Zorraquin. "Mi madre lo hab¨ªa dejado todo por la familia; primero con mi padre [Vicente Sartorius, marqu¨¦s de Mari?o], dejando a los suyos en Argentina y qued¨¢ndose en Espa?a, en donde no ten¨ªa a nadie, y luego con Manuel. Dos ¨®rdagos a lo grande y dos fracasos ya eran demasiados y estaba tratando de evitarlo con u?as y dientes, porque aquello la estaba hundiendo". (....) "Era tremendamente cari?osa, una mujer excepcional, pero a la vez era muy fr¨¢gil: no tuvo la fuerza necesaria para salir de all¨ª y llevarnos a nosotros con ella. En el fondo, era solo una ni?a enamorada que busc¨® en la droga un escape a los problemas de los adultos". "(...) Los ¨²ltimos a?os de su vida [muri¨® en 2009] mam¨¢ sinti¨® como nunca antes las secuelas de la adicci¨®n.Ya no hab¨ªa modo de ignorar los cambios m¨¢s visibles en el exterior, e impresionaba: la droga echa paladas de a?os encima a cualquier rostro, y lo maltrata much¨ªsimo. Duele verlos as¨ª".
Manuel Ulloa. "No s¨¦ a que respond¨ªa mi rechazo hacia Manuel Ulloa. Reconozco que desde que le conoc¨ª no me gust¨®. No era el tener que compartir a mi madre. Tampoco le culp¨¦ nunca del hecho de que mis padres se separasen al fin porque aquello ya ven¨ªa de antes. No s¨¦, el caso con Manuel es simplemente que ¨¦l y yo no encajamos bien en ning¨²n momento. Su entrada en nuestras vidas trajo cierto desorden a la casa; ese se?or que ten¨ªa much¨ªsimo dinero, vino a cambiar de arriba abajo nuestros ritmos". "(....) Manuel y mi madre se hab¨ªan casado al poco de llegar a Lima, ese 1978, aunque fue una ceremonia muy discreta, de papeles m¨¢s que nada".
Las drogas. "Hab¨ªa que estar ciego para no darse cuenta de que no era feliz. Se le notaba en los ojos". "(...). Un d¨ªa, estaba yo en la habitaci¨®n cuando entr¨® Cecilia. 'Isa, he visto a mam¨¢ meterse unos polvitos blancos por la nariz'.Ya est¨¢ Ceci con sus historias, mam¨¢. Dice que te ha visto meterte unos polvos blancos por la nariz'. '?Qu¨¦ tonter¨ªa? Ya sabes c¨®mo es tu hermana. No le hagas ni caso. (...)'. "Acab¨¦ enred¨¢ndome en su propio laberinto, donde entr¨¦ sin saber en realidad qu¨¦ era la droga; sin tener ni idea de la adicci¨®n que crea, de c¨®mo destruye a quien la consume, de que mata. Lo fui entendiendo mucho despu¨¦s, conforme lo vi en mi madre. Su camello era un polic¨ªa cercano al entorno del Gobierno. Era ¨¦l quien le pasaba la coca a mi madre, lo hizo durante mucho tiempo, hasta que Manuel le pill¨® y tom¨® cartas en el asunto. Entonces mam¨¢ tuvo que buscarse la vida, como cualquier drogodependiente, con amigos, con artima?as, encargos... Al final, me ofrec¨ª a ayudarla yo misma. No le dije a mi madre que no iba a ning¨²n sitio, que ya estaba bien, que ten¨ªa que dejar de meterse esos polvos. Al contrario, la ayud¨¦ porque pensaba que era lo correcto. Me mandaba a por ella y yo iba: habr¨ªa hecho cualquier cosa".
Peleas matrimoniales. "En una ocasi¨®n a Ceci y a m¨ª nos despertaron unos gritos en plena noche. (...)". "Sub¨ª las escaleras que conduc¨ªan a la habitaci¨®n. Estaban all¨ª, en el sal¨®n que daba a su dormitorio, con la puerta abierta. ?l estaba desnudo y la golpeaba con la mano abierta, los dos se gritaban lo que para m¨ª eran solo frases sin sentido, inconexas". "(...). Era demasiado inocente. Era muy joven a¨²n y no supe ver que los dos estaban drogados". "(...) Un d¨ªa Ceci, encontr¨® una fotos hechas a?icos en la papelera. En las fotos aparec¨ªa Manuel en compa?¨ªa de otras mujeres, todos totalmente desnudos. Casi desde que nuestro avi¨®n tom¨® tierra, la relaci¨®n entre Manuel y mam¨¢ hab¨ªa ido de mal en peor, y a esas alturas su matrimonio y la adicci¨®n de mi madre estaban ya en ca¨ªda libre".
Vuelta a Espa?a. "Una vez en Madrid, comenc¨¦ a trabajar en Mitsubishi Bank llevando asuntos de comercio exterior, pero aquel empleo solo dur¨® un mes: una llamada desde Lima dio al traste con todo. Mi madre estaba mal, muy mal. Nunca sabr¨¦ qu¨¦ pas¨® exactamente, el caso es que hubo que hospitalizarla durante un mes y me fui con ella. Manuel a¨²n no se hab¨ªa divorciado de mi madre, aunque s¨ª estaban legalmente separados, y aquel agosto de 1987 se hab¨ªa casado en Lima con la princesa Elizabeth de Yugoslavia, una exnovia suya y prima hermana de la reina Sof¨ªa. Mi madre no pudo soportarlo. Dej¨® de comer y beber de manera voluntaria. Hab¨ªa tomado adem¨¢s demasiadas pastillas y su salud peligraba".?
?Felipe de Borb¨®n. "El pr¨ªncipe era amigo de mi primo Billy desde peque?o y yo ya le conoc¨ªa de vista de las t¨ªpicas puestas de largo de cuando el ten¨ªa diecisiete a?os y ¨¦l catorce, y en las que no le miraba mucho porque era peque?o". "(...) Una semana m¨¢s tarde me llam¨® un amigo com¨²n para decirme que estaban organizando una cena para el d¨ªa siguiente. 'Viene mucha gente que conoces... y tambi¨¦n el pr¨ªncipe. ?Por qu¨¦ no te apuntas'. Confieso que no me apetec¨ªa y que me daba una pereza enorme. Mi madre estaba en Madrid en esa ¨¦poca y absorb¨ªa todas mis fuerzas. De todos modos fui, y me toc¨® al lado del Pr¨ªncipe. Fue un aut¨¦ntico flechazo, la verdad. Esa misma noche empec¨¦ a quererle. Recuerdo como si fuera ayer esa mirada: tiene un poder especial".
"(...) Esa noche fue muy bonita.Yo estaba absorta: nos pasamos hablando toda la cena, y seguimos luego en la discoteca Joy Eslava, en el centro de Madrid, donde fuimos todos juntos. Nunca me hab¨ªa pasado algo as¨ª". "(...) La nuestra fue por encima de todo una bonita historia de amor muy semejante, en lo afectivo, a tantas otras a esa edad. Pero tambi¨¦n es verdad que ese entorno me pesaba". "(...) Contar¨ªa con los dedos de la mano las ocasiones en que qued¨¦ con don Felipe y no tuve que esconderme en el maletero del coche. No estoy exagerando"."(...) Tras los dos primeros a?os, empec¨¦ a decirle al pr¨ªncipe que me marchaba, que me iba fuera. Vi clar¨ªsimo que aquel no era nuestro camino, que no hab¨ªa futuro para ninguno de los dos". "(...) Nunca nos separamos. No hubo discusiones que desembocasen en una ruptura traum¨¢tica, ni tampoco reproches, ni conspiraciones de terceros. Simplemente pasamos de ser novios a ser amigos".
Los Reyes.? "La primera vez que pis¨¦ La Zarzuela fue en la Nochevieja de aquel primer a?o, en 1989: el pr¨ªncipe me invit¨® junto a un grupo de amigos a tomar las uvas. Recuerdo lo primero que me pregunt¨® la Reina despu¨¦s de saludarme: 'Qu¨¦ tal est¨¢ tu madre, Isabel'. Aquello me choc¨®.Claro, conoc¨ªa la historia por su prima Elizabeth de Yugoslavia. Esta y Manuel Ulloa ya se hab¨ªan divorciado. El matrimonio solo dur¨® un a?o. La Reina estaba al tanto de mi problema familiar, pero en todo momento fue tremendamente respetuosa y jam¨¢s mencion¨® nada. Es una mujer incre¨ªble, con una profundidad y una templanza apabullante". "(...) El Rey es como ya se sabe, la simpat¨ªa en persona; cada vez que me ve¨ªa, me dec¨ªa: '?C¨®mo est¨¢ hoy la m¨¢s guapa del mundo?".
Do?a Letizia. "Don Felipe me habl¨® de do?a Letizia m¨¢s o menos un mes antes de recibir el mensaje en que anunciaba su compromiso, as¨ª que yo ya sab¨ªa quien era y la hab¨ªa visto en televisi¨®n". "(...) Lo m¨ªo con ella fue tambi¨¦n un flechazo y el car¨¢cter de la princesa me gust¨® desde el primer momento". "(...) Es una buena amiga, y da igual bajo qu¨¦ circunstancias nos conocimos".?
Javier Soto. "?l hab¨ªa perdido a su hermano un par de meses atr¨¢s, estaba triste y funcion¨® una vez m¨¢s esa comuni¨®n de oscuridades. Lo nuestro fue un encuentro emocional fort¨ªsimo. Congeniamos muy r¨¢pido. Adem¨¢s, no voy a negar que tambi¨¦n fue un encuentro muy f¨ªsico porque Javier tiene un magnetismo inmenso". "(...) De una forma u otra, cuando nos conocimos, los dos nos sumamos a esa corriente de intensidad que nos hizo olvidarnos del resto. Aquello fue el 14 de septiembre de 1996. Mes y medio despu¨¦s me qued¨¦ embarazada". "(...) No nos casamos.De hecho, ni siquiera vivimos juntos el tiempo que pas¨¦ en Londres. Javier hab¨ªa sido muy sincero conmigo al decirme que no se ve¨ªa preparado ni para ser padre ni para casarse". "(...) Tras el nacimiento de Menc¨ªa casi pude notar un crujido en alg¨²n punto del alma. Un desgarro". "(...) Cuando Javier celebr¨® su boda con Mar¨ªa Ch¨¢varri, una boda que para m¨ª supuso algo semejante a una ¨²ltima punzada. No me sent¨® bien, y eso que ya conoc¨ªa a Mar¨ªa y me ca¨ªa fenomenal... y encima se llevaba (y se lleva) genial con nuestra hija".?
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