Mao en vano
Las abultadas desigualdades explican el recurso nost¨¢lgico al mao¨ªsmo, campe¨®n del igualitarismo, para recuperar la credibilidad perdida
Hace unas semanas la prensa china informaba de la reanudaci¨®n de la producci¨®n de la m¨ªtica limusina Bandera Roja utilizada por Mao en sus desplazamientos oficiales. La producci¨®n se hab¨ªa detenido en 2010 pero ahora ha sido retomada con el aval de las autoridades. En paralelo, como anta?o resurgen campa?as de promoci¨®n de la figura de Lei Feng en respuesta, se dice, a la degradaci¨®n moral de una parte de la sociedad. Lei se convirti¨® en una celebridad cuando Mao Tse-tung llam¨® al pueblo a aprender de ¨¦l en 1963 y simboliza el altruismo, la dedicaci¨®n y el valor del empe?o.
Estas peque?as an¨¦cdotas, que nunca fueron del todo desterradas del escenario pol¨ªtico chino, se han venido complementando con propuestas y reflexiones de mayor profundidad y alcance. En Reformar nuestro concepto hist¨®rico-cultural, Zhang Musheng especula con el pensamiento mao¨ªsta para dar vida a una hipot¨¦tica tercera v¨ªa a la china que deber¨ªa explorar el espacio entre el inmovilismo autoritario y el mal remedio de los sistemas pol¨ªticos occidentales. Con pr¨®logo del general y comisario pol¨ªtico del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n Liu Yuan, hijo de Liu Shaoqi, presidente de China de 1959 a 1968 y confinado de por vida por el propio Mao, la obra sintetiza gran parte de la corriente de pensamiento que promueve una Nueva Democracia para China, en alusi¨®n a un ensayo del Gran Timonel que data de 1940. Seg¨²n Zhang, los errores habidos de 1949 en adelante se explican por haberse desviado de aquel rumbo.
En este confuso escenario es imposible que no cundan los rumores de desafecciones y rupturas de los consensos en la c¨²pula china
Las experiencias del destituido Bo Xilai en Chongqing abundaban en estos par¨¢metros prestando especial atenci¨®n a la conformaci¨®n de un modelo integral de socialismo de mercado alejado del denguismo, la propuesta que en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas ha catapultado a China a los altos niveles de desarrollo conocido, y cr¨ªtica tambi¨¦n con la pol¨ªtica moderadora de los desequilibrios auspiciada por Hu Jintao y Wen Jiabao. Limitada localmente, muchos no la tomaron en serio consider¨¢ndola un artificio trasnochado, pero sus resultados planteaban el atractivo de aportar un margen inestimable de maniobra en condiciones de creciente dificultad. Ese mismo extremo llevar¨ªa a otros a buscar el modo y manera de ponerle fin haciendo caer a su principal s¨ªmbolo, Bo Xilai.
En Hablando de la verdad por encima de la izquierda o la derecha, Zhang Musheng desgrana su propuesta de recuperaci¨®n del ¡°justo camino¡± sobre la base de superar las diferencias ideol¨®gicas entre izquierda y derecha para poner fin a los abusos de poder, la bipolarizaci¨®n social y completar la modernizaci¨®n del pa¨ªs preservando su soberan¨ªa.
Esta corriente re¨²ne el apoyo de un significativo grupo de altos funcionarios, en su mayor¨ªa hijos de importantes l¨ªderes de la vieja guardia. Su fuerza pareci¨® tal que incluso la jerarqu¨ªa actual se vio obligada a multiplicar sus gui?os mao¨ªstas para no dejar en manos de sus cr¨ªticos un recurso de tal magnitud. Y quiz¨¢s a idear intrigas a la vieja usanza para simplemente desembarazarse de inc¨®modos competidores.
Hu, nacionalista convencido y pr¨®ximo en sus inicios a algunos de los planteamientos de la nueva izquierda, ha multiplicado en los ¨²ltimos tiempos declaraciones calificadas como conservadoras. Wen Jiabao, su alter ego, se hizo cargo de los alegatos reformistas y la reivindicaci¨®n de la figura e ideario del liberal Hu Yaobang. M¨¢s que inexplicables bandazos, suman gestos en direcci¨®n a los dos espectros de su cualificado auditorio. Y ambos confluyen al apadrinar el experimento en curso en Guangdong para abrir espacios a la conformaci¨®n de nuevos equilibrios que excluyan un reforzamiento del autoritarismo. Al un¨ªsono tambi¨¦n compartir¨ªan una nueva fase en la conformaci¨®n del modelo econ¨®mico, en consonancia con las recomendaciones sugeridas recientemente por el Banco Mundial y por el Centro de Investigaciones del Desarrollo del Consejo de Estado que preside el propio Wen Jiabao. En manos de Xi Jinping y Li Keqiang est¨¢ la continuidad del proyecto actual.
En este complejo escenario es imposible que no cundan los rumores de desafecciones y rupturas de los consensos en la c¨²pula china. La suma de ideas, personas y eventos nos ofrece un totum revolutum que refleja el desconcierto provocado en el Partido Comunista Chino por la esclerosis derivada de un balance de la reforma que pese a sus logros ofrece s¨ªntomas claros de desilusi¨®n en grandes capas de una sociedad que no alcanza a progresar individualmente de forma satisfactoria, contemplando frustrada como una minor¨ªa persiste en el acaparamiento y usufructo de las decisiones clave. El hecho de que las abultadas desigualdades expresen la quiebra de confianza en el poder explica el recurso nost¨¢lgico al mao¨ªsmo, campe¨®n del igualitarismo, para recuperar la credibilidad perdida.
Quiz¨¢ hubiera podido servir de asidero a algunas facciones para arropar de ideolog¨ªa sus ambiciones, pero la contradicci¨®n radica en que la superaci¨®n de tal estado de cosas dif¨ªcilmente podr¨ªa afianzarse a trav¨¦s de una regresi¨®n pol¨ªtica de dif¨ªcil encaje en el tiempo presente. Por el contrario, solo cabe promover un dinamismo social aut¨®nomo que acote el inmenso poder acumulado por las oligarqu¨ªas pol¨ªticas y econ¨®micas. Pese a las invocaciones reformistas de Wen Jiabao, no parece que los vencedores de este primer round abanderen esta opci¨®n.
Xulio R¨ªos es director del Observatorio de la Pol¨ªtica China.
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