Por el amor de George
"Con la autoridad que me dan mis quinquenios de mirona, sostengo que las parejas formadas por George Clooney y Stacy Keibler, y Alberto de M¨®naco y Charlene Wittstock deben de practicar menos que Alfonso y la Duquesa"
Esta no es otra homil¨ªa sobre la alfombra roja de los Oscar. Bueno, s¨ª, pero desde otro ¨¢ngulo, que para diseccionar modelos y tendencias ya est¨¢ mi colega De la Torriente, que no da abasto a emitir dict¨¢menes a destajo: fuerza, Eugenia. No, lo m¨ªo es m¨¢s antropol¨®gico. M¨¢s carnal. Vale, m¨¢s ordinario. Mientras otros se limitan a criticar los estilismos de nominados y consortes, yo me los imagino en cueros y metidos en faena, cada una tiene sus fantas¨ªas.
Pues bien, con la autoridad que me dan mis quinquenios de mirona, sostengo que las parejas formadas por George Clooney y Stacy Keibler, y Alberto de M¨®naco y Charlene Wittstock deben de practicar menos que Alfonso y la Duquesa. Por lo menos juntos y entre ellos. Eso se ve, se siente, se nota.
Solo hay que ver la cara de pepona tr¨¢gica que se le ha puesto a Charlene desde que se cas¨® con su alteza seren¨ªsima. Satisfecha no s¨¦, pero mustia est¨¢ un rato, por mucho ¨¢cido que le infiltre el doctor Chams o quien quiera que sea el Monereo de Montecarlo. No ve¨ªa una royal m¨¢s melanc¨®lica desde que a Soraya la repudiara el sah de Persia y le colgaran el sambenito de princesa de los ojos tristes para los restos.
Yo no digo que no se lo monten nunca jam¨¢s, sobre todo porque han de darle un heredero al principado, pero para m¨ª que ¨¦l tiene otras prioridades y ella se esperaba otra cosa. As¨ª van por el mundo: ella como alma en pena, ¨¦l cada d¨ªa m¨¢s foca.
?Que qu¨¦ pintaban Alberto y Charlene en el Teatro Kodak? Esa es otra. Resulta que un ejecutivo de Disney invit¨® a los soberanos monegascos para darle empaque al evento. Como no tienen familia real, estos yanquis se conforman con cualquier cosa, no como nosotros, que miramos con lupa hasta el ¨²ltimo mono de palacio para que al final nos defraude y nos lo imputen.
Disney s¨ª que tiene ojo: esa es una princesa ¨ªdem y no Pocahontas. Con esas espaldas de nadadora y esas cu?adas d¨¢ndole en los morros, yo le veo a Charlene un aire entre la Sirenaza y la Cenicienta, aunque no sea la mala de esa pel¨ªcula.
Pero la que me tiene verde de envidia es Keibler, ese ca?¨®n de se?ora que lleva de la manita a Clooney en las galas. La do?a tiene cuerpazo, el cerebro se lo doy por supuesto. Una excampeona de lucha libre, cualquiera le tose. No es tan et¨¦rea como Angelina, pero no me digas que no hacen buena pareja. Desde que sale con ella, ¨¦l no necesita gorila. Stacy mata dos p¨¢jaros de un tiro: le espanta a las mosconas y queda divina en las fotos.
Ahora, lo que se dice lujuria no veo yo mucha entre ambos, y que conste que no me invento nada. Que se siente solo y necesita la tele para dormirse, acaba de confesar George a The Hollywood Reporter. Otra se ofender¨ªa, Stacy saca pecho y yo la entiendo: por el amor de George lo que sea, aunque sea plat¨®nico.
Creo que el otro d¨ªa le hizo el avi¨®n y se pir¨® con Brad Pitt y Colin Firth de noche de chicos tras los Bafta. Imag¨ªnate a esos tres Adanes entrando por la puerta, aunque sea vestidos. Eso es una fantas¨ªa como Eros manda, y yo mientras chupando barra en el club de singles de M¨®stoles.
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