Sobre la Monarqu¨ªa

Suscribo el editorial del pa¨ªs del domingo 4 de marzo de 2012 desde la primera palabra ¡°averiguar¡± hasta la ¨²ltima ¡°incertidumbre¡±. Ahora bien, lo suscribir¨ªa ¨ªntegramente si en el pen¨²ltimo p¨¢rrafo de dicho editorial, tras hacer menci¨®n ¡°al viejo asunto pendiente de la preferencia del var¨®n sobre la mujer en la sucesi¨®n a la Corona, vestigio constitucional de una ¨¦poca sobrepasada¡± se hubiera hecho referencia al apartado 3 del art¨ªculo 56 de la Constituci¨®n de 1978 que dice: ¡°La persona del Rey es inviolable y no est¨¢ sujeta a responsabilidad¡±. Con esta simple cita el editorial hubiera quedado redondo, ya que se hubiera cerrado el c¨ªrculo abierto con el ¡°averiguar¡± del comienzo y la ¡°incertidumbre¡± del final.¡ª Antonio Garc¨ªa-Sa¨²co Bel¨¦ndez. Las Rozas, Madrid.

Despu¨¦s de leer el editorial de domingo relacionado con la Monarqu¨ªa, y tras la decisi¨®n de Don Juan Carlos de solicitar a su yerno el abandono de sus actos supuestamente reprobables y aconsejar su huida hacia EE UU, uno empieza ya a hartarse de tanta defensa de la actuaci¨®n del Rey, como si los que somos m¨¢s cr¨ªticos nos situ¨¢ramos casi fuera del arco democr¨¢tico. En mi casa he ense?ado a mis hijas a no robar, y si lo han hecho, les he explicado que deben notificarlo, devolver lo robado, pedir disculpar y someterse al reglamento del colegio. Lo que nunca les he dicho es que si roban les cambiar¨¦ de colegio para intentar olvidar el tema. Que me digan entonces si la actuaci¨®n de la Corona merece tanto aplauso. Y, por cierto, dejen, por favor, de recordar la heroicidad de Don Juan Carlos en el 23-F; no lo digo porque hayan pasado ya 30 a?os, sino porque no es necesario reconocer lo que a cada uno nuestra profesi¨®n nos obliga. Como dec¨ªa mi abuelo, no hizo m¨¢s que cumplir con su obligaci¨®n.¡ª Javier Esteban Fern¨¢ndez. Villaviciosa de Od¨®n, Madrid.