?Qui¨¦n puede estafar a Luis del Olmo?
El locutor asegura que su administrador, Rogelio Rengel, le ha dejado ¡°con cuatro duros¡± El m¨¦todo para orquestar el fraude fue cualquier cosa menos alambicado Todo se hizo para ¡®salvar¡¯ ¡®Don Bal¨®n¡¯, una revista que viv¨ªa por encima de sus posibilidades
Una noche de finales de agosto del a?o pasado, uno de los hijos del periodista Luis del Olmo se acerc¨® a las oficinas de administraci¨®n de la editorial Don Bal¨®n, en la calle de Par¨ªs de Barcelona. Le acompa?aba uno de los hijos del due?o de la empresa, Rogelio Rengel Mercad¨¦. Rengel no hab¨ªa respondido a las llamadas y ten¨ªa que dar explicaciones por lo que a esas horas parec¨ªa ya una estafa mantenida durante cinco a?os que hab¨ªa dilapidado el dinero de las dos familias.
Los dos hombres entraron en el edificio y subieron hasta el primer piso. La puerta del despacho de Rengel estaba cerrada con llave y tardaron un rato en encontrar la manera de entrar. Cuando lo consiguieron, vieron a Rengel en una mesa con una botella de whisky. Sobre la mesa hab¨ªa una caja de Valium y unas cartas de despedida. El due?o de la revista Don Bal¨®n les cont¨® que hab¨ªa tomado varias pastillas. No hab¨ªa encontrado otra forma de dar una salida a lo que hab¨ªa estado haciendo: enga?ar a sus amigos para mantener a flote la revista que hab¨ªa sido su sue?o desde que la comprara en 1979.
Esa fue la versi¨®n que cont¨® a los Mossos d¡¯Esquadra tras ser detenido en las horas siguientes, seg¨²n fuentes cercanas al caso. Rengel, de 71 a?os, relat¨® a los investigadores c¨®mo hab¨ªa tratado de sacar adelante la revista. El m¨¦todo no hab¨ªa sido demasiado alambicado. Retiraba grandes sumas de dinero de las empresas de sus amigos, vecinos y familiares, quienes le hab¨ªan dado poderes plenos. La mayor parte del dinero que hab¨ªa obtenido proven¨ªa de la empresa Producciones Lumer, propiedad de Luis del Olmo. Con esas cantidades tapaba agujeros de Don Bal¨®n. Luego, vali¨¦ndose de su experiencia como asesor fiscal, falseaba las cuentas y se las mostraba a Del Olmo. As¨ª durante cinco a?os.
Por estatus e influencia
¡®Don Bal¨®n¡¯ era una de las revistas europeas que pod¨ªan otorgar la Bota de Oro al principal goleador de las Ligas europeas. Su propietario, Rogelio Rengel, era el encargado de entregar el trofeo al futbolista. La revista pagaba los fastos. Pero la publicaci¨®n, un semanario anticuado con unos cuantos miles de ejemplares nacido en 1975, solo ten¨ªa p¨¦rdidas. El dinero sal¨ªa de cuentas como la de Producciones Lumer, propiedad de Luis del Olmo, en la que Rengel ten¨ªa plenos poderes para hacer movimientos de capital. Tambi¨¦n de las compa?¨ªas de uno de los hijos de Del Olmo y de su propio hijo, Amadeo, representante de futbolistas. Ese dinero era el que permit¨ªa a Rengel hacerse la foto con jugadores como Messi, Bota de Oro en 2010. El editor dilapid¨® la fortuna de Del Olmo y otras v¨ªctimas ¨Cincluidos sus hijos¨C en actos como ese, en las n¨®minas de sus empleados, en fiestas de la revista y en comprar jamones de Cinco Jotas para sus contactos. Seg¨²n los extrabajadores de ¡®Don Bal¨®n¡¯, cerrado poco despu¨¦s de que los Mossos d¡¯Esquadra detuvieran a Rengel, la intenci¨®n del editor era la de mantener el estatus de empresario ligado al deporte y su influencia en la burgues¨ªa catalana.
Lo mismo hizo con la empresa Sociedad Profesional de Periodismo, propiedad de un hijo de Del Olmo, y con Interfootball, de su propio hijo, Amadeo Rengel, agente de jugadores como David Silva y Santiago Cazorla. Rengel dijo a los polic¨ªas que la cantidad estafada era de tres millones y pico, pero los investigadores piensan que podr¨ªa superar los siete millones. Est¨¢ denunciado por los delitos de apropiaci¨®n indebida y estafa documental. A¨²n no hay fecha prevista para el juicio.
Por ahora, no hay se?ales de que Rengel se lucrara. La cuenta que posee en Suiza no tiene fondos. Su estafa no le sirvi¨® para salvar el agujero en el que se hab¨ªa convertido su revista. Una semana despu¨¦s de su detenci¨®n, Don Bal¨®n dej¨® de publicarse tras 36 a?os en los quioscos, dejando en la calle a una veintena de trabajadores. Rogelio Rengel jr., editor internacional de la revista, se present¨® en las oficinas, les dijo que su padre hab¨ªa estafado a la familia y que estaban en la ruina.
El propio Rengel tambi¨¦n se qued¨® en la calle. Su mujer le ech¨® de casa tras enterarse de lo que hab¨ªa pasado. Sus hijos no le hablan. Rengel vive desde entonces en el mismo despacho de la calle de Par¨ªs en el que intent¨®, sin ning¨²n ¨¦xito, quitarse la vida ¡ªalgunas fuentes del caso aseguran que solo buscaba que se apiadaran de ¨¦l¡ª. Un hombre responde al tel¨¦fono y le pasa la llamada. ¡°Lo lamento mucho, pero no voy a poder ayudarle. El asunto est¨¢ en manos de mis abogados y no voy a hacer ninguna declaraci¨®n sobre ese tema¡±, responde Rengel.
Casi la misma respuesta da Luis del Olmo. ¡°Lo siento mucho, pero ya he hablado sobre este asunto y mis abogados no quieren que diga nada m¨¢s. El juicio no ser¨¢ hasta dentro de tres meses o m¨¢s¡±, se?ala el locutor, que acepta al menos hacerse unas fotos para este peri¨®dico. Lo que Del Olmo ha comentado estas semanas sobre el caso, en televisi¨®n y ante un grupo de estudiantes de periodismo en Madrid, es que Rengel ¨C¡°un hijo de perra¡±, seg¨²n el locutor¨C le ha robado la mayor parte de lo que ha ganado en toda una vida dedicada a la radio: ¡°Ten¨ªa toda nuestra amistad, nuestra confianza, nuestra familiaridad. Entraba en casa¡ Ten¨ªa llave de mi casa. Me quedan cuatro duros contados¡±.
Nadie sabe muy bien qu¨¦ camino tom¨® Rogelio Rengel para dejar de ser el tipo al que dejar¨ªas las llaves de casa y convertirse en el asesor fiscal que dilapidaba fortunas. Pero, por los detalles de la investigaci¨®n y el perfil que dibujan de ¨¦l los extrabajadores de Don Bal¨®n, parece claro que estaba dispuesto a todo con tal de salvar la revista. El semanario empez¨® a venderse en 1975. Contaba entre sus filas con periodistas como Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa o Mercedes Mil¨¢. En febrero de 1977 apareci¨® en los quioscos con una portada que les costar¨ªa una buena reprimenda de la Iglesia. ¡°La semana de la cruycifixi¨®n¡±, titulaba la revista bajo una imagen del Cristo de Vel¨¢zquez con la cara del futbolista Johan Cruyff.
Dos a?os m¨¢s tarde, Rengel se hizo con el control de Don Bal¨®n. A pesar de ser oficialmente el editor, era el que la dirig¨ªa, contrataba y decid¨ªa los temas. El c¨ªrculo de la prensa deportiva de Barcelona comenta que Don Bal¨®n siempre vivi¨® por encima de sus posibilidades. ¡°Era como el milagro de los panes y los peces. Fiestas en el Ritz, todo el mundo invitado¡ Tra¨ªa a Maradona y le pagaba todo. Demasiado para una publicaci¨®n de unos 10.000 ejemplares¡±, asegura un veterano periodista. Otros afirman que ¨¦l mismo compraba los miles de ejemplares que no se vend¨ªan en el quiosco. ¡°En Navidad volaban los Cinco Jotas¡±. En cualquier caso, todos parecen estar de acuerdo en que Rengel hab¨ªa entrado en una pulsi¨®n derrochadora que le hac¨ªa pagar grandes cantidades de dinero para organizar actos o animar al Espa?ol. Todo para mantener el estatus de empresario catal¨¢n del deporte con contactos e influencia.
Rengel estaf¨® hasta a sus propios hijos. Ahora se refugia en su despacho
Don Bal¨®n era miembro de la Asociaci¨®n Europea de Revistas Deportivas y estaba considerado el semanario decano en Espa?a. Pero hace ya mucho tiempo que sus portadas dejaron de tener el impacto de sus inicios y de ser una referencia en el periodismo deportivo. La mayor parte de los hallazgos que los colegas de profesi¨®n mencionan no tienen que ver con un reportaje o una exclusiva, sino con el hecho de que Don Bal¨®n era una de las revistas que entregaba la Bota de Oro al m¨¢ximo goleador de las Ligas europeas. En 2010, Rengel fue el encargado de entreg¨¢rsela a Messi. ¡°Eso era lo que le gustaba a ¨¦l realmente. Hacerse fotos con la gente de la UEFA, tener influencia social. Era un conocido periquito¡±, se?ala un extrabajador. Esta misma fuente, empleado en la compa?¨ªa en los ¨²ltimos tiempos, asegura que siempre se extra?¨® de que ¡°la publicaci¨®n fuera rentable¡±. ¡°No lo era, est¨¢ claro. Pero tambi¨¦n me sorprende que Rengel solo fuese capaz de estafar a alguien. Si hablabas de algo de n¨²meros con ¨¦l, empezaba a hacer una regla de tres en un papel y se equivocaba en las multiplicaciones¡±, explica el exempleado.
La visi¨®n que ten¨ªa Rengel de negocio nunca se adapt¨® a los tiempos. Los directivos eran de paja y apenas pod¨ªan innovar en una revista que segu¨ªa resultando demasiado ochentera en apariencia y contenidos. Los trabajadores cuentan que le gustaba parecer un patriarca, dar consejos revestidos de una vasta cultura y principios b¨ªblicos; quer¨ªa mostrarles que formaban parte de una familia, y les daba sermones sobre la ¨¦tica y el trabajo. Su asesor¨ªa fiscal se llamaba Asteya, que en s¨¢nscrito significa ¡°no robar¨¢s¡±.
¡°Su mujer y sus hijos asist¨ªan a las reuniones. Estaban enterados de todo¡±, dice otro periodista de la publicaci¨®n. ¡°Nunca nos dec¨ªan cu¨¢ntos ejemplares vend¨ªamos. Pero ¨¦l llevaba registro de todo en sus archivos¡±.
Los trabajadores viven su propio drama estos d¨ªas. Se han quedado sin nada y ahora tratan de conseguir en los juzgados que los despidos se declaren improcedentes. En general, la mayor¨ªa de ellos coincide en que Rengel no era una mala persona y que manten¨ªa un buen trato con los trabajadores. Le definen m¨¢s bien como alguien de otra ¨¦poca, sin capacidad para hacer que la revista compitiese con los dem¨¢s medios deportivos en Espa?a. Antes de que toda la historia de Rengel se desmoronase como un castillo de naipes, el editor hab¨ªa soltado un discurso en la redacci¨®n a sus periodistas para explicarles los retrasos que hab¨ªan tenido en el pago de sus n¨®minas. ¡°Si alguna vez hace falta, lo pagar¨¦ yo de mi propio bolsillo¡±, les dijo, seg¨²n cuenta un redactor.
Este mismo periodista recuerda que el 26 de diciembre del a?o pasado, el d¨ªa de San Esteban, recibi¨® un mensaje de Rengel en el buz¨®n de voz. ¡°Me deseaba felices fiestas y un feliz a?o, y me emplazaba a una cita para darnos explicaciones¡±. Todos los trabajadores recibieron ese mismo mensaje. Solo dos acudieron a verle. Rengel les pidi¨® perd¨®n. En uno de los encuentros se ech¨® a llorar.
El ojo del hurac¨¢n
Con m¨¢s de 11.200 programas, ¡®Protagonistas¡¯, que actualmente emite ABC Punto Radio, es el m¨¢s longevo de la radio espa?ola. Lo dirige desde 1973 Luis del Olmo (Ponferrada, Le¨®n, 1937), un locutor que lo ha sido todo en las ondas de este pa¨ªs. Tambi¨¦n centro de numerosas pol¨¦micas. Fueron particularmente sonadas sus cr¨ªticas a las teor¨ªas conspirativas de los atentados del 11-M difundidas en ¡®El Mundo¡¯ y la Cope por Pedro J. Ram¨ªrez y Federico Jim¨¦nez Losantos. A este ¨²ltimo lo lleg¨® a definir como ¡°peque?o talib¨¢n de sacrist¨ªa¡±. Pese al revuelo, la relaci¨®n entre ambos, asegur¨® el locutor leon¨¦s el a?o pasado, es de nuevo cordial.
Para muchos, la versi¨®n que Rengel ha dado a la polic¨ªa no termina de encajar del todo. Tampoco las cifras. Seg¨²n algunas fuentes pr¨®ximas a la familia Del Olmo, el dinero estafado al locutor y a las dem¨¢s v¨ªctimas supera los 12 millones de euros. ?Invirti¨® el editor todo lo que afan¨® exclusivamente en la revista? El mundillo period¨ªstico se ha hecho eco estos d¨ªas de algunos rumores que hablan de malas inversiones en inmuebles y en proyectos editoriales fallidos en el extranjero. Sin embargo, la investigaci¨®n se da por cerrada con la ¨²nica conclusi¨®n de que Rengel, sin implicar a nadie m¨¢s, se lo gast¨® todo en Don Bal¨®n. Si es as¨ª, el dinero se ha perdido en los innumerables gastos que la firma ha generado durante todos estos a?os.
Adem¨¢s de Luis del Olmo, entre las v¨ªctimas de Rengel hay vecinos y familiares, gente que hab¨ªa puesto toda su confianza en ¨¦l para realizar inversiones y administrar su patrimonio. Fue el menor de sus hijos, Amadeo, el que denunci¨® al padre ante los Mossos d¡¯Esquadra, la misma noche en la que Rengel permanec¨ªa encerrado en su despacho, sin contestar al tel¨¦fono, con valiums y whisky sobre la mesa. Horas antes, Amadeo y su madre hab¨ªan visitado la casa de Luis Del Olmo para contarle lo que hab¨ªa pasado.
Amadeo hab¨ªa detectado el agujero en la agencia de futbolistas en la que Rengel ten¨ªa plenos poderes para hacer movimientos de capital. Hab¨ªa hablado con su padre y este acab¨® confes¨¢ndolo todo: que tambi¨¦n se hab¨ªa apropiado del dinero del locutor y de m¨¢s gente. Esa fue la misma declaraci¨®n que hizo luego ante los investigadores en la comisar¨ªa. ¡°Me vendieron que me hab¨ªa estafado, que era una verg¨¹enza para ellos. Pero no s¨¦ si cre¨¦rmelo. No s¨¦ si me estaban contando una milonga¡±, asegur¨® el periodista a El Peri¨®dico de Catalunya.
El locutor ha expresado en p¨²blico su indignaci¨®n por la traici¨®n de su amigo, aunque ha tratado de restarle gravedad. En el programa S¨¢lvame, de Telecinco, cont¨® la semana pasada que ¡°lo peor¡± ya hab¨ªa pasado y que mientras tuviera trabajo no estar¨ªa en la ruina. Sin darse cuenta, Luis del Olmo ha estado financiando el proyecto de Rengel durante cinco a?os. Sus colaboradores cuentan que a veces se le ve¨ªa por el estudio del programaProtagonistas, en ABC Punto Radio, adonde acud¨ªa para tratar con Luis del Olmo la gesti¨®n de su empresa durante los descansos.
El dinero de Del Olmo era, en ¨²ltimas, lo que sosten¨ªa a Don Bal¨®n, a don Rogelio, al tipo que le hab¨ªa llevado las cuentas, el hombre de su confianza, un se?or de 71 a?os que no estaba dispuesto a aceptar que su pasi¨®n por poseer una revista y dar botas de oro hab¨ªa terminado.
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