Otra de lengua
Durante el franquismo, la lengua era franquista, franquista y beata, ol¨ªa a cuartel y a sacrist¨ªa y a cirio y a letrina de barrac¨®n castrense
Se dice que la lengua no puede ser sexista como no puede ser comunista, capitalista o cat¨®lica. Quiz¨¢ no, lo ignoro, la verdad. Tampoco s¨¦ si el sexo, que nos funda, se puede comparar con las ideas pol¨ªticas o religiosas, que van y vienen, aunque a veces se quedan una temporada. En todo caso, y desde mi modesta perspectiva de usuario y v¨ªctima de la lengua, estoy en condiciones de asegurar que durante el franquismo, por ejemplo, la lengua era franquista, franquista y beata, ol¨ªa a cuartel y a sacrist¨ªa y a cirio y a letrina de barrac¨®n castrense. De ah¨ª el rechazo que algunos escritores sent¨ªan por ella y su necesidad de bucear en otras tradiciones. Abominar de la lengua propia es como abominar del propio h¨ªgado, pero tambi¨¦n hay gente al¨¦rgica a su caca. Somos raros. Por eso, entre otras cosas, recibimos con tanto alborozo las novelas del boom latinoamericano, porque estando escritas en nuestro idioma parec¨ªa que estaban escritas en otro.
Del mismo modo que un franquista puede devenir en dem¨®crata o un trotskista en facha, la lengua puede cambiar tambi¨¦n de ideolog¨ªa y de hecho ha cambiado, ahora parece liberal o neoliberal, no s¨¦, depende de la emisora de televisi¨®n que pongas o de la prensa que leas. Pero no hablemos de contingencias de orden pol¨ªtico, econ¨®mico o social que duran 40 ¨® 50 a?os, lo que en la vida de la lengua no es nada o casi nada. Hablemos de lo que nos constituye en lo m¨¢s profundo, de lo que somos desde que tenemos memoria: una sociedad patriarcal. ?Puede una gram¨¢tica permanecer ajena a esa condici¨®n cuyos or¨ªgenes parecen tan remotos como los del habla? Quiz¨¢ no. Se dice tambi¨¦n que, si queremos que la lengua cambie, el que tiene que cambiar es el hombre (y la mujer, claro). Una forma optimista de abordar el asunto, como si la lengua fuera nuestro producto y no nosotros el de ella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.