Cuatro bodas, muchos millones y un esp¨ªritu solidario
Lily Safra pone a la venta 70 piezas de su valioso joyero para hacer donaciones a 20 sociedades humanitarias
Antes que nada, pongamos las cosas en su sitio: las 70 joyas que la multimillonaria de 74 a?os Lily Safra subastar¨¢ con fines ben¨¦ficos el 14 de mayo en Ginebra est¨¢n valoradas en 15,2 millones de euros. Pero su fortuna asciende a 780 millones, seg¨²n la revista Forbes, en cuya lista de los m¨¢s ricos del planeta Safra ocupa el puesto 1.015. No obstante, de este pellizco filantr¨®pico que abarca menos de la quincuag¨¦sima parte de sus posesiones, se beneficiar¨¢n 20 sociedades humanitarias. Y junto a ellas cientos de ni?os en Ruanda o Rumania o decenas de enfermos de Parkinson, que era la enfermedad que padec¨ªa su ¨²ltimo marido. A partir de ah¨ª, pasemos a la pel¨ªcula de su vida y de sus cuatro matrimonios.
Lily naci¨® en Porto Alegre en 1938. No le dio tiempo de familiarizarse con los famosos foros sociales que comenzar¨ªan en 2001 porque a los 19 a?os abandon¨® su casa de inmigrantes rusos jud¨ªos de clase media para casarse con el fabricante de medias argentino Mario Cohen, con el que tuvo tres hijos. En una fiesta conoci¨® al millonario brasile?o Freddy Monteverde, abandon¨® a Cohen y se cas¨® con el otro en 1965. A los cuatro a?os el brasile?o apareci¨® muerto en una habitaci¨®n de R¨ªo de Janeiro con un tiro en el t¨®rax. La polic¨ªa determin¨® que se hab¨ªa suicidado. Lily hered¨® unos 230 millones de euros. En Londres puso su patrimonio y su coraz¨®n en manos del banquero jud¨ªo liban¨¦s Edmond Safra. Pero la familia de Safra no ve¨ªa con buenos ojos a Lily. Opt¨® entonces por casarse con el empresario ingl¨¦s Samuel Bendahan. Este tercer matrimonio dur¨® solo un a?o y sirvi¨® para reavivar la pasi¨®n entre el banquero y Lily, quienes se casaron por fin en 1976. Despu¨¦s de 23 a?os juntos, en 1999, Edmond Safra muri¨® en un incendio provocado en su casa de M¨®naco. La justicia dictamin¨® que el fuego lo caus¨® uno de los criados. Lily Safra hered¨® una gran fortuna y cre¨® la fundaci¨®n Edmond Safra, con fines ben¨¦ficos.
Ahora Lily cuenta con la ciudadan¨ªa de M¨®naco pero reparte el tiempo entre sus apartamentos y mansiones de Monte Carlo, Ginebra, Nueva York, Par¨ªs y Londres. Ninguna de esas casas es comparable a Villa Leopolda, en el sur de Francia, mandada a construir por el rey Leopoldo de B¨¦lgica y valorada en 389 millones de euros. Tambi¨¦n posee muchas obras de arte, aunque pocas como la escultura de Alberto Giacometti,?El hombre que marcha, que compr¨® en una subasta celebrada en Londres hace dos a?os y con la que bati¨® el r¨¦cord como la obra de arte m¨¢s cara jam¨¢s vendida: 74,3 millones de euros.
Si hay algo que destaquen los m¨¢s prestigiosos cronistas sociales es el refinad¨ªsimo gusto de Lily. Hasta un s¨¢ndwich de salm¨®n parece presentarse en su casa con una prestancia ¨²nica. Su colecci¨®n de joyas data desde el siglo XVIII hasta hoy y parecen ser lo m¨¢s opuesto a las que podr¨ªa lucir un nuevo rico. Dieciocho de las piezas que se subastar¨¢n en mayo en Ginebra fueron dise?adas especialmente para ella por el prestigioso joyero estadounidense Jo?l Arthur Rosenthal. Cada una de ellas son un milagro de la imaginaci¨®n, seg¨²n publicaba recientemente el New York Times.
A veces, despu¨¦s de lucir tantas joyas en tantos homenajes, cert¨¢menes y fiestas exclusivas¡ puede darse el lujo de mirarlas con un poco de distancia, lanzarlas al aire del mercando, ver c¨®mo pujan por ellas y de esa batalla mercantil sale ganando alguien totalmente ajeno a las cenas palaciegas.
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