Transparencia, s¨ª... O no
?l anteproyecto de ley del Gobierno tiene tantas excepciones y lagunas que los amantes del secretismo pueden dormir, de momento, tranquilos
Qu¨¦ suerte. Espa?a va a tener una Ley de Transparencia como mandan los c¨¢nones no escritos de los pa¨ªses m¨¢s democr¨¢ticos y desarrollados. El anteproyecto de ley est¨¢ ya en la web del Ministerio de la Presidencia. Basta entrar en www.mpr.es para encontrarlo. Y ah¨ª est¨¢. Al alcance de cualquiera. Son solo trece folios de texto legal que el Gobierno de Rajoy espera completar con las aportaciones ciudadanas. Tambi¨¦n cualquiera puede enviar sus comentarios. Eso s¨ª, no tendr¨¢ acuse de recibo ni sabr¨¢ si es el primero o el decimosexto que plantea el mismo tema. Tampoco sabr¨¢ si la participaci¨®n es alta o baja. En realidad es un misterioso buz¨®n de ignoto destino.
Pero no conviene ser tan agorero. Espa?a tendr¨¢ una Ley de Transparencia que obligar¨¢ a las Administraciones p¨²blicas a responder a las cuestiones de los ciudadanos. O no. Porque si no hay respuesta en un mes prorrogable a dos, entonces es que la Administraci¨®n se ha acogido al tradicional silencio administrativo.
El proyecto del Gobierno obligar¨¢ a las Administraciones a publicar sus contratos y subvenciones. O no. Porque si no lo hacen tampoco hay nuevos mecanismos para reclamar. El ciudadano puede hacerlo, pero tambi¨¦n puede obtener la callada por respuesta.
Seg¨²n este proyecto, los Gobiernos locales, aut¨®nomos y nacional deben ser transparentes en su gesti¨®n, pero las excepciones para aportar informaci¨®n son tan ambiguas que los amantes del secretismo podr¨¢n seguir gobernando tranquilos. Podr¨¢n alegar ¡ªaunque el proyecto no les obliga a dar explicaciones¡ª que se ponen en riesgo "los intereses econ¨®micos y comerciales", por ejemplo. Dirimir¨¢ los asuntos, eso s¨ª, una Agencia Estatal de Transparencia que, por supuesto, no ser¨¢ independiente. La presidir¨¢ una persona nombrada por el ministro de Hacienda.
Cualquier proyecto en favor de la transparencia ser¨¢ una mejora en el opaco sistema espa?ol y este lo es. Pero en el proyecto actual hay tantas excepciones, imprecisiones y lagunas que el resultado parece una broma de gusto dudoso. Los ciudadanos tienen quince d¨ªas (Semana Santa incluida) para enmendarlo. O no.
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