El reverso humanitario

Cuando Madonna va a poner un pie en Malawi, nos enteramos un mes antes. Si Angelina y Brad aterrizan con su prole en Jap¨®n tras el terremoto, tienen a una horda de fot¨®grafos encima seg¨²n atraviesan el finger. La celebridad humanitaria se divide entre quienes necesitan compartir su clamorosa entrega y quienes se reservan con discreci¨®n para los momentos verdaderamente importantes.

En el caso de Emma Thompson, una de las actrices brit¨¢nicas m¨¢s discretamente reverenciadas, su outing humanitario se produjo hace tres a?os, cuando acudi¨® con orgullo a la graduaci¨®n de Tindyebwa Agaba, m¨¢s conocido como Tindy, que ahora cuenta 24 a?os. Este ex ni?o soldado de Ruanda cay¨® en su hogar unas Navidades con 16 a?os, gracias a un plan de una ONG para dar refugio en las fiestas, y se qued¨® para siempre.

Su padre hab¨ªa muerto de sida cuando el chaval tan solo ten¨ªa nueve a?os, su madre y su hermana desaparecieron durante el genocidio. ?l fue reclutado a la fuerza y huy¨® del pa¨ªs gracias a una organizaci¨®n humanitaria. Pero una vez en Londres se encontr¨® sin techo y sin amigos. Dorm¨ªa en Times Square. Su historia emocion¨® tanto a la actriz y a su marido, el tambi¨¦n actor Greg Wise, que le hicieron hermano mayor de su hija biol¨®gica, Gaia, de 12 a?os.

El hijo adoptivo de Emma Thompson viaja con ella por el mundo denunciando injusticias

Graduado en Ciencias Pol¨ªticas y con un posgrado en Derechos Humanos, Tindy ha optado por consagrarse a denunciar injusticias. Siempre con su madre, embajadora de Ayuda en Acci¨®n, al lado. El a?o pasado pasaron una semana en Libia, donde ella llam¨® la atenci¨®n sobre los derechos de las mujeres y ¨¦l departi¨® con otros ni?os soldados.

Nunca son viajes precipitados en busca de la foto, sino inmersiones en la cultura del pa¨ªs que les ayuden a comprender c¨®mo pueden mejorar la situaci¨®n. El domingo pasado, The Sunday Times public¨® fotos de los dos y extractos del diario personal de Thompson en Myanmar, la antigua Birmania, que recorrieron en autob¨²s comarcal y hasta carro de bueyes. A su paso por Yangon coincidieron con la Nobel de la Paz y l¨ªder de la Liga Nacional por la Democracia, Aung San Suu Kyi. ¡°Una mujer sensata, divertida, carism¨¢tica y discreta¡±, describ¨ªa la actriz. El triunfo de esa discrecci¨®n que ambas comparten es el que deber¨ªa conceder la victoria a Suu Kyi en las elecciones parciales de ma?ana. Para ella, que ha pasado buena parte de su vida encarcelada o en arresto domiciliario, supondr¨ªa el primer paso hacia un triunfo moral frente al r¨¦gimen militar que le arrebat¨® su victoria leg¨ªtima en los comicios de 1990. Si vivi¨¦ramos en un mundo justo, esa ser¨ªa ma?ana la noticia. Y no que los ni?os birmanos, ruandeses o malau¨ªes precisen de un apellido c¨¦lebre para lograr sus derechos b¨¢sicos.