YPF: un hostigamiento por motivos pol¨ªticos, no t¨¦cnicos
El Gobierno de Argentina ha retirado licencias de explotacion a la petrolera YPF por no invertir suficiente, pero la ca¨ªda de la producci¨®n no se debe a razones t¨¦cnicas sino al declive natural de las reservas
La presi¨®n de las autoridades argentinas sobre la petrolera YPF, controlada en un 57,4% por Repsol, no remite. Como si de una reacci¨®n en cadena se tratara, la decisi¨®n de los gobernadores de las provincias de Chubut y Santa Cruz de retirar a YPF las licencias de explotaci¨®n petrolera en cuatro ¨¢reas ha sido imitada por los gobernadores de Neuqu¨¦n y Mendoza, con la revocaci¨®n de otros cuatro permisos, y todo parece indicar que la cosa no acabar¨¢ ah¨ª. Este proceso, que est¨¢ suscitando un gran revuelo medi¨¢tico en el pa¨ªs andino, es seguido con preocupaci¨®n en Repsol. B¨¢sicamente, porque bajo justificaciones de car¨¢cter t¨¦cnico se esconde una clara intencionalidad pol¨ªtica.
Los gobernadores provinciales, en sinton¨ªa con la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, mantienen que la compa?¨ªa hispano-argentina no ha cumplido con sus compromisos de inversi¨®n en producci¨®n. Una afirmaci¨®n rotundamente desmentida por YPF que aduce que, por ejemplo, en el caso de las provincias de Chubut y Santa Cruz, sus inversiones totalizaron 2.300 millones de d¨®lares durante el periodo 2007-2011, ajust¨¢ndose a los mejores practicas empresariales, tanto en exploraci¨®n como en explotaci¨®n.
Sin duda, desde una perspectiva t¨¦cnica, el contencioso suscitado en torno a YPF debe analizarse en el contexto de la metamorfosis energ¨¦tica acaecida en Argentina en los ¨²ltimos a?os. Entre 2002 y 2010 el pa¨ªs ha experimentado un crecimiento del PIB del 8% anual, favorecido por unos precios de los productos energ¨¦ticos en general, y de los productos petrol¨ªferos y del gas natural en particular, artificialmente bajos. En el transcurso del per¨ªodo citado, la tasa anual de crecimiento de la demanda de productos energ¨¦ticos ha sido muy alta: 5% para la electricidad, 4% para el gas oil, 7% para las gasolinas y 4% para el gas natural. Argentina es hoy en d¨ªa uno de los pa¨ªses con mayor dependencia de los hidrocarburos del mundo (particularmente del gas natural) de forma que en 2010 la participaci¨®n del petr¨®leo y gas en la oferta de energ¨ªa primaria fue del 84%. Con este grado de dependencia, el dato de que en los ¨²ltimos diez a?os la producci¨®n de petr¨®leo y gas en el pa¨ªs ha registrado una ca¨ªda cercana al 18% y 11%, respectivamente, ha activado todas las alarmas. Porque si a este hecho se le suma el del crecimiento de la demanda comentado, no resulta exagerado afirmar que el sector energ¨¦tico argentino se encuentra inmerso en un cambio sin precedentes. Cambio que puede ser visualizado mediante una simple constataci¨®n: en 2011 el balance comercial entre exportaciones e importaciones de productos energ¨¦ticos arroj¨®, por vez primera, un saldo negativo de unos 3.438 millones de d¨®lares, cuando tan solo unos pocos a?os atr¨¢s, en 2006, el balance era positivo y rondaba los 6.031 millones de d¨®lares.
El declive de los campos que han alcanzado su c¨¦nit productivo es de una media del 6,7% anual
Frente a esta realidad, da la impresi¨®n de que los gobernantes de Argentina, en vez de reconocer su parte de responsabilidad en lo que parece una inadecuada planificaci¨®n y gesti¨®n energ¨¦tica del pa¨ªs, pretenden atribuir todos los males a la ca¨ªda de la producci¨®n de petr¨®leo y gas, fruto, a su vez, de una supuesta negligencia de la industria petrolera y, mas concretamente, de YPF. Sin embargo, las autoridades argentinas tambi¨¦n deber¨ªan preguntarse si dicha ca¨ªda no obedece a un fen¨®meno, m¨¢s general e irreversible, ligado al envejecimiento de los campos en explotaci¨®n. En otras palabras ?se pretende buscar un culpable o entender las razones del declive de la producci¨®n para as¨ª gestionar mejor sus consecuencias? Muy probablemente, desde una aproximaci¨®n pol¨ªtica, cortoplacista por definici¨®n, lo prioritario haya sido buscar a quien cargar las culpas, en el sobreentendido de que apelar a un supuesto expolio o mala gesti¨®n de los recursos nacionales por una compa?¨ªa extranjera acostumbra a reportar buenos r¨¦ditos electorales. Sin embargo, desde una perspectiva t¨¦cnica, este veredicto de culpabilidad resulta injustificable. Veamos.
El problema del declive de la producci¨®n de petr¨®leo y gas convencional trasciende, con mucho, el caso concreto de Argentina. Se trata de un desaf¨ªo global. De hecho, en sus informes anuales de referencia (World Energy Outlook), la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) viene destacando desde hace a?os la importancia de estimar de forma precisa la tasa de declive de la producci¨®n de los campos de petr¨®leo y gas actualmente en explotaci¨®n en el mundo. Conocer dicha tasa -que mide la p¨¦rdida de producci¨®n anual de un yacimiento cuando ¨¦ste entra en fase de madurez- resulta cr¨ªtico para prever la nueva capacidad de producci¨®n y las inversiones necesarias para satisfacer la demanda global.
En el caso de petr¨®leo, tras proceder al an¨¢lisis detallado de las tendencias hist¨®ricas de producci¨®n de alrededor de ochocientos campos que en 2007 totalizaron m¨¢s del 60% de la producci¨®n mundial, la AIE calcula que la tasa de declive observada para los campos que han pasado su cenit productivo promedia a nivel global un 6,7% anual. Por otra parte, si definimos la tasa de declive natural (o tasa de declive subyacente) como la ca¨ªda de la producci¨®n anual que hubiera tenido lugar si no hubiera sido corregida mediante un programa adecuado de inversiones en tecnolog¨ªa, resulta que dicha tasa promediar¨ªa a escala mundial un 9% anual. En el caso del gas, tras el estudio de las pautas hist¨®ricas en la extracci¨®n de cerca de seiscientos campos que representan el 55% de la producci¨®n mundial, la AIE estima que la tasa promedio anual de declive de la producci¨®n global se sit¨²a en torno a un 7,5%. La importancia del fen¨®meno del declive a escala global es tan grande, que si a este le sumamos el previsible aumento de la demanda, resulta que la industria debe poner a punto en los pr¨®ximos ocho a?os una nueva capacidad productiva de petr¨®leo equivalente a cuatro veces la actual de Arabia Saud¨ª.
El agotamiento de las reservas de petr¨®leo al tiempo que crece la demanda es un desaf¨ªo de car¨¢cter global
La historia de la producci¨®n de hidrocarburos en Argentina comenz¨® hace mas de un siglo (el primer descubrimiento tuvo lugar en Comodoro Rivadavia en 1907) y, en la actualidad, el patr¨®n en la evoluci¨®n temporal de la producci¨®n de petr¨®leo y gas resulta similar a la de otras regiones consideradas maduras, como Estados Unidos, M¨¦xico y el Mar del Norte, entre otras. Y, contrariamente a lo que cabria esperar en el caso de una falta de inversi¨®n o a una mala gesti¨®n t¨¦cnica de los yacimientos en Argentina, los datos hist¨®ricos de producci¨®n de petr¨®leo y gas convencionales en el pa¨ªs muestran tendencias de declive similares a las de Estados Unidos, con valores que en 2011 se situaron en torno al 6,1% anual en el caso del crudo y del 3,1% anual en el caso del gas natural. Estamos, por tanto, hablando de porcentajes que quedan por debajo de los promedios mundiales y eso en un a?o en que la producci¨®n se vio especialmente afectada por los conflictos gremiales en el sur del pa¨ªs. Y si nos referimos a la evoluci¨®n hist¨®rica de las tasa de producci¨®n de petr¨®leo y gas en relaci¨®n a las reservas tambi¨¦n observamos como los valores de Argentina son comparables a los de Noruega y Estados Unidos, con la particularidad de que dentro de Argentina YPF presenta una tasa superior a la del resto de compa?¨ªas.
La opini¨®n mas generalizada en el seno de la industria petrolera internacional es que estamos asistiendo a un hostigamiento por razones pol¨ªticas, cuya finalidad ultima, tal y como ha recogido la prensa argentina, ser¨ªa la busqueda de una mayor participaci¨®n estatal en el control de YPF o incluso su nacionalizaci¨®n, para lo cual, como paso previo, se habr¨ªa dise?ado una campa?a conducente a provocar un descenso en la cotizaci¨®n burs¨¢til de YPF.
El gobierno argentino deber¨ªa comprender que el futuro energ¨¦tico del pa¨ªs pasa por desarrollar su vasto potencial en hidrocarburos no convencionales, empe?o que requerir¨¢ de una estrecha cooperaci¨®n, no solo con YPF, sino con otras petroleras internacionales. Y, en este sentido, la actual imagen ¡°petronacionalista¡± que esta proyectando el pa¨ªs no favorece en absoluto sus intereses.
La industria petrolera cree que el hostigamiento persigue una mayor participaci¨®n estatal en YPF
Mariano Marzo Carpio es catedr¨¢tico de Recursos Energ¨¦ticos en la Facultad de Geolog¨ªa de la Universidad de Barcelona.
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