El maestro de esgrima
El ol¨ªmpico presidente de Hungr¨ªa se ve obligado a dimitir por plagiar su t¨¦sis doctoral sobre los JJ OO
De continuar extendi¨¦ndose la moda de apuntarse tantos intelectuales a base de manejar con soltura las teclas de cortar y pegar en los ordenadores, que no entiende de rangos o clases sociales, puede hacer estragos en el mundo de la pol¨ªtica, al menos en Europa. Si hace un a?o el entonces ministro de Defensa alem¨¢n, el arist¨®crata Karl Theodor zu Guttenberg, estrella del Gabinete de Merkel, hubo de dimitir al descubrirse el plagio de su tesis de Derecho, ahora le ha llegado el turno al jefe del Estado h¨²ngaro. De Pal Schmitt se conoc¨ªa su habilidad con el florete, que le permiti¨® ganar por dos veces el oro ol¨ªmpico en esgrima. Pero no su maestr¨ªa para apropiarse del trabajo ajeno, como ha quedado demostrado tras el exhaustivo an¨¢lisis de la Universidad de Budapest ¡ªque le concedi¨® el doctorado y acaba de retir¨¢rselo¡ª, espoleada por denuncias period¨ªsticas, sobre su tesis sobre los Juegos Ol¨ªmpicos. Schmitt copi¨® crudamente ese trabajo de 1992 de un estudioso b¨²lgaro, muerto, y de otro alem¨¢n, vivo.
Como suele suceder, el presidente h¨²ngaro ha proclamado su inocencia durante meses y asegurado hasta el ¨²ltimo minuto que no dimitir¨ªa de su cargo, b¨¢sicamente ceremonial pero no del todo inofensivo en el caso del maestro de esgrima. La raz¨®n es que, como criatura pol¨ªtica del discutido primer ministro derechista V¨ªktor Orb¨¢n, con mayor¨ªa absoluta parlamentaria, Schmitt ha refrendado durante su corto mandato controvertidas reformas y leyes reaccionarias del Gobierno conservador, atentatorias contra la independencia de los medios y de las instituciones y la seguridad judicial de los ciudadanos. Medidas que han alarmado a la oposici¨®n h¨²ngara y tambi¨¦n a la Uni¨®n Europea, que ha puesto a Budapest bajo vigilancia por considerar amenazadas las libertades democr¨¢ticas.
Su abandono es solo un leve contratiempo para Orb¨¢n, que encontrar¨¢ inmediatamente otro ac¨®lito para el puesto. Pero representa un gran alivio para los h¨²ngaros de a pie, que en las ¨²ltimas semanas hab¨ªan llegado a una rara unanimidad sobre lo incompatible de la dignidad presidencial y la persona de Pal Schmitt.
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