La (des)protecci¨®n de Garz¨®n

Podr¨ªa ser una buena secuencia de una pel¨ªcula de Berlanga si no fuera porque resulta demasiado serio como para bromear con ello: un escolta se dispone a tomar el autob¨²s para dirigirse a la ciudad a la que va a desplazarse su protegido, que llegar¨¢ a destino, en este caso literalmente, por su cuenta y riesgo. El protegido estaba considerado hasta hace unas semanas una de las personas m¨¢s amenazadas de Espa?a y por eso se le hab¨ªan asignado dos escoltas y un coche blindado. Ahora, sin que hayan desaparecido esas amenazas, el Ministerio del Interior le ha retirado el coche y ha reducido el operativo de seguridad a un escolta que solo puede protegerle a medias.

Se da la circunstancia de que esa personalidad ahora tan poco protegida es el exjuez Baltasar Garz¨®n, que en los 23 a?os que ha ejercido como magistrado en la Audiencia Nacional ha perseguido entramados criminales de todo tipo, desde ETA y los GAL a las redes de narcotr¨¢fico o los cr¨ªmenes de diversas dictaduras. Y que tambi¨¦n es el juez que en su d¨ªa destap¨® el mayor caso de corrupci¨®n pol¨ªtica, el caso G¨¹rtel, una trama de saqueo de fondos p¨²blicos que ha echado de la pol¨ªtica a un buen n¨²mero de cargos del PP.

Una denuncia de los cabecillas de la trama G¨¹rtel contra Garz¨®n por haber ordenado grabar sus conversaciones con sus abogados es la que ha dado lugar a la inhabilitaci¨®n del juez, en una muy pol¨¦mica sentencia del Tribunal Supremo. El hecho de haber sido inhabilitado no ha reducido el peligro que corre y, sin embargo, Garz¨®n cuenta ahora con menos protecci¨®n que algunos de los personajes que se han visto implicados en esa trama. El expresidente valenciano Francisco Camps, por ejemplo, que dimiti¨® por este esc¨¢ndalo, dispone de escolta permanente y conductor para los desplazamientos con cargo al erario de la Comunidad Valenciana.

Lo mismo que otro alto cargo del PP, Eduardo Zaplana, cuyo riesgo tambi¨¦n parece muy inferior al que corre Garz¨®n. Dos escoltas se turnan para cubrir la seguridad del expresidente valenciano, incluidas dietas por su estancia en Madrid, pues Zaplana ocupa un alto y bien remunerado cargo en Telef¨®nica. Vistas estas llamativas diferencias, cabe preguntar: ?Qui¨¦n ha valorado el riesgo de Garz¨®n?