Hillary Clinton se suelta la melena

El fan¨¢tico reaccionario de derechas Rush Limbaugh ¡ªcualidades todas ellas que ejerce desde su programa de radio, seguido por 14,5 millones de oyentes¡ª dio una vez como argumento para no elegir nunca a Hillary Clinton como presidenta de Estados Unidos el siguiente: ¡°?Pero de verdad a alguien le apetece ver, cada d¨ªa, envejecer en directo a una mujer?¡±.

?A los 63 a?os, m¨¢s que envejecer parece vivir cada d¨ªa liberada de las ataduras a las que durante a?os le ha obligado el poder y el ejercicio de una ingrata profesi¨®n: ser la mujer del l¨ªder de Estados Unidos ¡ªy que ¨¦ste ¨²ltimo sea Bill Clinton y asegure humill¨¢ndote ante el mundo no haber tenido sexo con una becaria para tener que acabar admiti¨¦ndolo en el Congreso de EEUU tras aplic¨¢rsele el famoso impechment.

Todav¨ªa en el poder, el suyo propio, hoy la jefa de la diplomacia estadounidense parece sin embargo vivir una edad dorada, relajada y ajena a comentarios malintencionados, como aquellos que la machacaron cuando acudi¨® a una cumbre de Naciones Unidas con una diadema en el pelo sin haber pasado antes por la peluquer¨ªa.

Siempre dentro del protocolo, correcta, inteligente y diplom¨¢tica, Hillary es cada d¨ªa m¨¢s Hillary, m¨¢s natural, y parece encantada de haberse conocido. La prueba est¨¢ en la foto surgida de la Cumbre de las Am¨¦ricas de este pasado fin de semana en Cartagena de Indias (Colombia). Clinton baila salsa y se divierte junto a un grupo de mujeres de su equipo de trabajo.

The New York Post lo resume as¨ª: ¡°Clinton ha probado que se trata de uno m¨¢s en cuanto a beber¡±. ¡°Sin dudarlo, descorch¨® una cerveza ?guila y bebi¨® directamente de la botella¡±. Como dice Irin Carmon, de Salon, en Twitter: ¡°¡±Es la inspiraci¨®n para que esta semana vuelva a mis clases de salsa¡±. Durante poco m¨¢s de media hora, la secretaria de Estado ¡ªcuyas seguidores la reclaman en el cartel dem¨®crata de 2016¡ª se divirti¨® en el Caf¨¦ Havana y se solt¨® esa melena que pasados los 60 ha decidido dejarse largos, en contra de los usos y costumbres.

No es la primera vez que Clinton es, para los chicos, ¡°una de nosotros¡±, como la defini¨®, en t¨¦rminos paternalistas y machistas, un pol¨ªtico dem¨®crata de Nueva York. Durante su ¨¦poca en el Senado de Estados Unidos realiz¨® un viaje a Estonia con el que luego ser¨ªa candidato republicano a la Casa Blanca, el tambi¨¦n senador John McCain. Entonces, Clinton propuso una noche hacer lo que se hace por aquellos lares: una competici¨®n de beber chupitos de vodka. No hay prueba gr¨¢fica de ello y McCain confes¨® tener vagos recuerdos de la velada.