Populismo intimidatorio

El conflicto desatado por Cristina Fern¨¢ndez con su decisi¨®n de expropiar el 51% del capital de YPF, acciones todas ellas propiedad del grupo Repsol, entra en una fase muy delicada en t¨¦rminos pol¨ªticos y diplom¨¢ticos en la que, en todo caso, el Gobierno espa?ol deber¨ªa evitar una pol¨ªtica de cruda confrontaci¨®n nacionalista. En respuesta a las razones enunciadas, pero no demostradas, de la presidenta argentina para decidir la expropiaci¨®n, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, explic¨® ayer con detalle los movimientos inversores del grupo espa?ol en las concesiones de aquel pa¨ªs. Tales movimientos, ajustados mayoritariamente a las exigencias contractuales, ratifican que la expropiaci¨®n es un expolio, agravado adem¨¢s con una ocupaci¨®n inmediata de la sede de YPF en Buenos Aires, haciendo uso de recursos legales procedentes de la ¨¦poca de Videla, y la expulsi¨®n destemplada y descort¨¦s de los directivos espa?oles.

Los gestos del Gobierno argentino, calculados y hostiles, permiten deducir que la presidenta ha optado por una pol¨ªtica populista e intimidatoria contra las inversiones extranjeras en Argentina. En especial las espa?olas, porque Cristina Fern¨¢ndez no se priv¨® de amenazar veladamente a Telef¨®nica. Incluso su alusi¨®n a la "trompa del elefante" refuerza la opini¨®n de que su Gobierno busca desesperadamente un enemigo exterior al que culpar de sus fracasos energ¨¦ticos. La presidenta y sus ministros necesitan un instrumento empresarial para seguir subvencionando la energ¨ªa del pa¨ªs e YPF paga las consecuencias. En un reflejo propio de otra ¨¦poca, la presidenta argentina y la reducida camarilla que le asesora han confundido las reservas petroleras del pa¨ªs, que evidentemente son propiedad de los argentinos, con las acciones de una empresa que son propiedad de un grupo espa?ol. Su adquisici¨®n exig¨ªa la presentaci¨®n de una opa, pero Buenos Aires, con mucho desparpajo y pocos escr¨²pulos, se ha saltado el tr¨¢mite, es decir, la regla de juego.

Repsol recurrir¨¢ a los tribunales internacionales (Brufau anunci¨® una demanda ante el Banco Mundial), aunque la Argentina de la se?ora Fern¨¢ndez se caracteriza por perder pleitos y no pagar. Y hay que negociar luego un justiprecio, aunque los tres a?os de plazo fijado para calcularlo sugieren un segundo expolio.

No es f¨¢cil la posici¨®n del Gobierno espa?ol. De forma atropellada, varios ministros han amagado con medidas econ¨®micas y diplom¨¢ticas que ahora tienen que concretar. La intensidad de tales medidas no puede ser muy alta, porque perjudicar¨ªa a los inversores espa?oles en Argentina; pero si se quedan cortas provocar¨¢n el rechazo de la opini¨®n p¨²blica. La mejor opci¨®n es la ayuda institucional de la Comisi¨®n Europea. Bruselas ya ha suspendido un encuentro bilateral con Argentina; ser¨ªa bueno que a ese rechazo se sumaran otras instituciones. El Gobierno de la se?ora Fern¨¢ndez se ha ganado a pulso que su pa¨ªs sea apartado inmediatamente del G-20.