Refundar la pol¨ªtica de cooperaci¨®n
Con los presupuestos de la ayuda al desarrollo reducidos a la mitad es el momento de replantear estas acciones p¨²blicas
El pasado 30 de marzo el Consejo de Ministros aprob¨® el proyecto de presupuestos generales del Estado que supone, para los Ministerios, una reducci¨®n del 16,9% respecto del a?o pasado. El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperaci¨®n, Garc¨ªa-Margallo, defini¨® ese mismo d¨ªa estos presupuestos como de ¡°guerra¡±, una calificaci¨®n que se justifica porque los gastos del MAEC se reducen en 54,4%, lo que significa una ca¨ªda del 47,6% en los presupuestos de ayuda al desarrollo respecto de 2011. De este modo, se consolida el tradicional repliegue interno al que han recurrido hist¨®ricamente los pa¨ªses desarrollados en momentos de crisis econ¨®mica como el que vivimos.
Las declaraciones de los responsables de la pol¨ªtica de la cooperaci¨®n al desarrollo en las ¨²ltimas semanas ya nos hab¨ªan puesto sobre la pista: se avecinaba un gran recorte. ?ste es, sin duda, important¨ªsimo, al igual que lo es el coste de oportunidad en t¨¦rminos de impacto en el desarrollo y de proyecci¨®n internacional. Sorprende, no obstante, el tratamiento que se le ha dado a esta informaci¨®n en los medios de comunicaci¨®n, como si la relaci¨®n entre volumen de ayuda e impacto en el desarrollo fuera constante: si tanto das, tanto obtienes, independientemente de qui¨¦n sea el donante, qui¨¦n sea el receptor (y cu¨¢ntos sean) y cu¨¢l sea el sector y el canal de desembolso.
Pero sabemos bien que la ayuda no funciona as¨ª. Tomemos cualquier ¨ªndice de calidad de la ayuda, por ejemplo, el del Banco Mundial, que eval¨²a a los donantes mediante criterios de selectividad, especializaci¨®n, alineamiento con los sistemas nacionales y armonizaci¨®n en el pa¨ªs. Espa?a sale bastante mal parada: se sit¨²a en el puesto 25?, con registros muy bajos en especializaci¨®n ¨C26?, medida por los ¨ªndices de concentraci¨®n geogr¨¢fica y sectorial y tama?o medio de las actuaciones¨C, alineamiento (27?) y armonizaci¨®n (21?); y esto, en relaci¨®n a un a?o en el que se encontr¨® entre los 7 primeros puestos por volumen de ayuda. Conclusi¨®n: no s¨®lo importa cu¨¢nto se desembolsa, importa tambi¨¦n, y mucho, c¨®mo se hace.
Es cierto que los actuales responsables de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n al desarrollo estaban tomando posesi¨®n de sus cargos con las uvas y que el calendario pol¨ªtico les ha obligado a empezar la casa por el tejado: primero los presupuestos, retrasados para finales de marzo, y luego ya planificaremos la pol¨ªtica de desarrollo ¨Ctarea, ahora s¨ª, urgente, puesto que toca elaborar nuevo Plan Director de la Cooperaci¨®n Espa?ola 2013-2017¨C. Pero estos presupuestos implican ya una planificaci¨®n o, al menos, una reforma m¨¢s o menos impl¨ªcita. A partir del momento en que no son unos presupuestos de continuidad ¨Cresulta literalmente imposible, adem¨¢s de poco recomendable, hacer menos de lo mismo con una reducci¨®n del 50% en el volumen de ayuda¨C, y de que la reducci¨®n no es lineal, habemus reforma de la cooperaci¨®n espa?ola.
Aunque el conjunto de la ayuda cae a la mitad, el presupuesto de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) lo hace un 70%, diluy¨¦ndose a¨²n m¨¢s su papel en el sistema de cooperaci¨®n. Por otra parte, a pesar de que se trata de una herramienta de cooperaci¨®n reembolsable que, por tanto, no computa al d¨¦ficit, para la cooperaci¨®n financiera realizada a trav¨¦s del recientemente creado FONPRODE se presupuesta menos de la mitad que para el a?o pasado.
No se puede negar que la cooperaci¨®n espa?ola al desarrollo se encuentra en horas bajas; aunque tengamos claro que la pol¨ªtica de cooperaci¨®n al desarrollo es algo m¨¢s que la ayuda. Tambi¨¦n sabemos que, incluso en los a?os de grandes incrementos de la ayuda, atendiendo a los ¨ªndices de calidad de la ayuda, la espa?ola se ha encontrado lejos de su potencial en t¨¦rminos de impacto en el desarrollo ¨Cno sabemos si tambi¨¦n en t¨¦rminos de proyecci¨®n internacional¨C.
Con una reducci¨®n a la mitad en el volumen de la ayuda, es el momento de reflexionar, planificar y, por qu¨¦ no, refundar esta pol¨ªtica p¨²blica. La pregunta ya no es qu¨¦ se va a dejar de hacer como consecuencia de los recortes si no a qu¨¦ se va a destinar ahora lo que queda de la ayuda con los presupuestos resultantes. El Gobierno se encuentra ante una ventana de oportunidad para definir una estrategia clara de la pol¨ªtica de desarrollo internacional, que eleve los niveles de coherencia de pol¨ªticas para el desarrollo y con la mira puesta en los objetivos de m¨¢ximo impacto en el desarrollo y de proyecci¨®n internacional.
Iliana Olivi¨¦ es investigadora principal de cooperaci¨®n internacional y desarrollo del Real Instituto Elcano y profesora de la Universidad Complutense de Madrid
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