Disculpa cifrada
Los servicios prestados durante la II Guerra Mundial no han sido suficientes para que el Gobierno brit¨¢nico se disculpe por condenar la homosexualidad de Turing
Uno de los secretos mejor guardados del siglo XX acaba de ver la luz con ocasi¨®n del centenario del matem¨¢tico brit¨¢nico Alan Turing, pionero de las ciencias de la computaci¨®n y padre de la inteligencia artificial. Turing fue reclutado en la II Guerra Mundial por la escuela de Bletchey Park, el departamento del Gobierno brit¨¢nico dedicado a descifrar los mensajes secretos del Ej¨¦rcito alem¨¢n. Su genio matem¨¢tico fue clave para que los aliados conocieran los planes de Hitler y, en parte, para que desbarataran las operaciones de los submarinos alemanes. El matem¨¢tico escribi¨® en esos a?os dos art¨ªculos cient¨ªficos, donde detall¨® sus innovadores m¨¦todos de criptoan¨¢lisis, pero el Ej¨¦rcito brit¨¢nico no consider¨® conveniente su publicaci¨®n, ni durante la guerra ni tras ella. Solo ahora, 70 a?os despu¨¦s, los dos papers ultrasecretos han sido desclasificados y expuestos al p¨²blico. Los responsables de Bletchey Park se deshacen estos d¨ªas en elogios al gran matem¨¢tico, que habr¨ªa cumplido ahora 100 a?os.
El final de aquella historia, sin embargo, fue uno de los episodios m¨¢s parad¨®jicos y escandalosos de la posguerra mundial, y uno de los m¨¢s tristes de la historia de la ciencia.
En 1952, poco despu¨¦s de que el Gobierno le concediera la Orden del Imperio Brit¨¢nico y de ser elegido miembro de la Royal Society, Turing fue procesado por homosexualidad ¡ªtodav¨ªa un delito en la ¨¦poca¡ª y condenado a un a?o de ¡°terapia hormonal¡±. El Gobierno le declar¨® un riesgo para la seguridad nacional y le retir¨® el acceso a toda la informaci¨®n sensible. En 1954, poco despu¨¦s de terminar su ¡°terapia hormonal¡±, Turing fue hallado muerto en su habitaci¨®n; envenenado con cianuro. La investigaci¨®n lo consider¨® un suicidio.
Hasta 23.000 firmas se recogieron para exigir al Gobierno una disculpa oficial, lo que rechaz¨® en febrero. El ministro de Justicia, lord McNally, explic¨® que pedir perd¨®n no era adecuado porque el matem¨¢tico hab¨ªa sido condenado propiamente por homosexualidad; delito en la ¨¦poca. S¨ª reconoci¨® al menos que fue una historia tr¨¢gica, cruel y absurda, ¡°sobre todo si se tiene en cuenta su sobresaliente contribuci¨®n al esfuerzo de guerra¡±. Debe ser una disculpa cifrada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.