Cincuenta a?os de amor
"Que los Reyes sigan juntos es una demostraci¨®n de que el verdadero amor es invencible. Que lo celebren por todo lo alto y con toda la felicidad que merecen"
![El enlace entre don Juan Carlos y doña Sofía se produjo el 14 de mayo de 1962 en la iglesia de San Dionisiso, en Atenas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3KRIEMY3EPCN2C25M4UDD4SOHE.jpg?auth=f3882939a462fdf668288862040df34ea492d3a9e85bd4ffdf15517857cb8ff7&width=414)
Los Reyes de Espa?a cumplir¨¢n 50 a?os de matrimonio el pr¨®ximo 14 de mayo, pero los eventos derivados de la fastidiosa rotura de la real cadera podr¨ªan obligar a que esta celebraci¨®n o bien no se realice o, peor, se reserve al ¨¢mbito de la vida privada de la familia real. Pero ?con lo importantes que son 50 a?os de cualquier cosa, m¨¢s a¨²n de amor! No deber¨ªa permitirse su silencio. Deber¨ªamos manifestar nuestro deseo e inter¨¦s en que se celebren, por todo lo alto y con toda la felicidad que merecen.
En primer lugar, porque son 50 a?os y porque el hecho de que est¨¦n juntos es una demostraci¨®n de que el verdadero amor es invencible. No se termina, sino que se transforma con el paso del tiempo. El matrimonio no mata el amor, sino que el amor alimenta el matrimonio. Tambi¨¦n es cierto que una de las funciones de las monarqu¨ªas es protagonizar eventos que puedan servir de alivio a nuestros problemas sociales y personales. Y sabemos que no estamos bien, que encima se ha alejado quiz¨¢ por un lustro la oportunidad de una final de Champions Bar?a-Madrid ¡ªy Guardiola nos dice adi¨®s¡ª. Que es m¨¢s que probable que Merkel ya est¨¦ buscando un sustituto de Sarkozy y que este podr¨ªa ser f¨¢cilmente Monti, resucitando viejos fantasmas europeos del eje Berl¨ªn-Roma. No son tiempos buenos para casi nadie y por eso las monarqu¨ªas reinantes deben celebrar y ayudar. La inglesa dispone de los Juegos Ol¨ªmpicos y un jubileo real. Nosotros tendr¨ªamos estos 50 a?os de amor. Alguien dir¨¢: ¡°No estamos para este tipo de gastos¡±. Pero no es un gasto, es una inversi¨®n. Es una ocasi¨®n que el Gotha siempre aprovecha para reunirse y demostrar que es fundamental tenerlos como s¨ªmbolos. Necesitamos mensajes. Necesitamos creer. Y qu¨¦ mejor mensaje que creer en el amor.
Tampoco hace 50 a?os todo eran buenas noticias. En el mismo a?o en que nuestros Reyes se casaron, 1962, mor¨ªa Marilyn Monroe. A veces la historia tiene esas antipat¨ªas; mucha m¨¢s gente recuerda el d¨ªa que muri¨® Marilyn que el d¨ªa en que se casaron nuestros Reyes. Pero ?qu¨¦ mejor idea que record¨¢rselo ahora? Tambi¨¦n en 1962 se estren¨® La reina del Chantecler, quiz¨¢ la pel¨ªcula de Sara Montiel m¨¢s emocional. En ella, Sara es la bella Charito, la estrella del cabaret Chantecler, que en 1916 ve c¨®mo Madrid se convierte en una especie de Casablanca, pero en el ecuador de la I Guerra Mundial. Arist¨®cratas y millonarios de todo tipo se enamoran de ella, mientras que Madrid es un volc¨¢n de chismes y espionaje. La bella Charo sabe que el verdadero amor, ese con el que celebrar las bodas de oro que todo el mundo sue?a, es un periodista interpretado por Alberto de Mendoza. ?l es un donju¨¢n que no sabe ver en la reina del Chantecler que 50 a?os de amor consecutivos son oro, el mejor oro que pueda tenerse en la vida. Nunca llor¨® Sara m¨¢s en ninguna de sus pel¨ªculas, a la vez que se hace esp¨ªa, porque como en ese Madrid de 1916 confluyen las cabezas visibles de una Europa atormentada y en crisis, ser esp¨ªa y reina del Chantecler es lo que hay que ser. Metid¨ªsima en su papel, vive un convulso episodio, y ?qui¨¦n se cruza con ella? Mata-Hari. Es incre¨ªble que una trama as¨ª haya conseguido esta vigencia 50 a?os despu¨¦s. Una Europa en crisis y un Madrid convulso. Amor, Mata-Haris y reinas enamoradas.
Preocupa que el 50? aniversario del estreno de La reina del Chantecler pase tan discretamente como los 50 a?os de matrimonio de nuestra Reina. Amores de reinas en peligro de pasar desapercibidos. Sobre todo cuando la reina Sof¨ªa ha estado tan activa y profesional en estos ¨²ltimos d¨ªas. Cuando Froil¨¢n se autodispar¨®, marcando as¨ª el principio de la tormenta perfecta, all¨ª estaba la Reina explic¨¢ndonos que eran ¡°cosas de ni?os¡±. Cuando habl¨® despu¨¦s de su Pascua ortodoxa, no recordamos bien qu¨¦ dijo, algo de que el Rey se alimentaba bien, una especie de c¨®digo secreto, pero todos entendimos que de nuevo quien daba la cara y hablaba en la familia era ella. Y luego, cuando entendi¨® que ten¨ªa que permanecer m¨¢s tiempo al lado del monarca convaleciente, lleg¨® armada con la golosina favorita del Rey con forma de prisma de base triangular: un toblerone. Endulzando un momento de amargura con un tri¨¢ngulo de chocolate aunque eso supusiera un incremento cal¨®rico innecesario. Se la jugaba, y tambi¨¦n cuando pidi¨® merluza mientras el Rey insist¨ªa en comer solomillo. Pero mantuvieron el nexo de uni¨®n de las verduras al vapor. Eso, se?oras y se?ores, ?son 50 a?os de matrimonio!
No deber¨ªa quedarse ah¨ª la celebraci¨®n, en un men¨² tan cl¨ªnico, cuando se puede convocar un aut¨¦ntico banquete de cabezas reales que traigan a Madrid sus coronas, y con ellas, la financiaci¨®n que el pa¨ªs necesita. Esa podr¨ªa ser otra de la funciones de la Corona: atraer fuertes inversiones extranjeras gracias al savoir faire real y as¨ª ayudar al pa¨ªs con el est¨ªmulo econ¨®mico que tanto necesita. ?Que vengan cabezas coronadas de los cinco continentes! Una ciclog¨¦nesis mon¨¢rquica con la que acallar a los esc¨¦pticos, nuevos y viejos, por otros 50 a?os m¨¢s.
Y, al final, poder celebrar que el amor no solo contribuye a mejorar y a alargar nuestra vida, sino que, ayer y hoy, es el verdadero rey.
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