Una casta mimada

La verdad es que cada vez quedan menos motivos y menos posibles para ir a celebrar a un restaurante. Pero lo peor viene al final, cuando la familia de al lado, hasta entonces tan parecida a la tuya, va y pide una factura. ?Vaya suerte, tienen un CIF! Y por lo tanto un 30% de descuento y menos el IVA. Luego sales fuera y ves que tienen el coche que tu nunca podr¨¢s permitirte, y que lo tienen con un 30% de descuento y menos el IVA, como el gasoil que gastan.

Y piensas que en casa, el ordenador, la tele, los electrodom¨¦sticos y hasta las camas de los ni?os estar¨¢n compradas con cargo a la empresa por lo que rebajar¨¢ el 30% de beneficios y se deducir¨¢ el IVA. Y t¨² estos d¨ªas viendo que pagas el 24% de tus ingresos (no de los beneficios).

Creer¨¢n ustedes que esto es lo peor; pues no: el jefe de mi vecina adem¨¢s de ir por la vida tambi¨¦n pertrechado de un CIF para rebajar beneficios, se ha otorgado a s¨ª mismo un salario m¨ªnimo, con el cual adem¨¢s tienen becas sus hijos, becas que los m¨ªos nunca llegar¨¢n a tener.

Y ahora como premio, tambi¨¦n pagar¨¢n las medicinas m¨¢s baratas que los dem¨¢s.

Que podemos hacer con esta casta a la que el anterior Gobierno ya mimaba y los de ¨¦ste pretenden llevar a los altares como una nueva religi¨®n: los emprendedores, pueblo elegido por el dios del dinero; dios que tanto saca, pero que tanto maldice a los empleados por cuenta ajena, verdadera lacra de la sociedad actual, y que pronto estar¨¢n en peligro de extinci¨®n. A ver quien paga luego los impuestos.¡ª Francisco Ruedas Moreno.