Des-Gobierno

No es solamente la izquierda espa?ola la que espera como agua de mayo la victoria de Hollande en las presidenciales francesas de ma?ana. Tambi¨¦n una buena parte de la derecha espa?ola menos fan¨¢tica. No solo los sindicatos, que reclaman una mayor iniciativa p¨²blica, sino tambi¨¦n el mundo de la econom¨ªa productiva, con el consumo hundido por el p¨¢nico ciudadano. Algunos peri¨®dicos anclados en 1898, especialmente aguerridos cuando le tocan los repsoles, disfrutaron mucho con la campa?a espa?ola de Sarkozy, que agit¨® sin parar el pellejo de Zapatero. Pod¨ªa asustar a los franceses con Berlusconi, pero todav¨ªa hay clases en los espantajos. Nosotros somos europeos subsaharianos. Tal como est¨¢n las cosas, creo que hasta Rajoy prefiere que gane Hollande. El actual presidente espa?ol es taimado, pero no llega a prusiano. Lo que en el fondo le gustar¨ªa, como a la mayor¨ªa de los pol¨ªticos espa?oles, es ser presidente de una Diputaci¨®n, que consiste b¨¢sicamente en asfaltar carreteras secundarias, con el espacioso aplauso del paisano. Y tener un veraneo. Por eso se le ve compungido, porque la depredaci¨®n financiera amenaza por llevarse por delante hasta los veranos. En cambio, el equipo gubernamental est¨¢ que se sale: act¨²a como un des-Gobierno. L¨®gico. Si el ultraliberalismo consiste en desmantelar el Estado, lo procedente es que un gobierno de esa ideolog¨ªa se entusiasme con el desgobernar. Veamos. En lugar de finezza para afrontar los conflictos, una diplomacia di bravura que va camino de enemistarnos con toda Am¨¦rica Latina. Una pol¨ªtica cultural y educativa que tiene por primer punto pregonar ante el mundo la baja calidad de la cultura, los centros de ense?anza y las universidades espa?olas. Como la Sanidad p¨²blica era buena, de las mejores, se le retraen recursos para emplear esos recursos en su privatizaci¨®n. En cuanto a pol¨ªtica medioambiental, se ha alcanzado el ideal: ya no existe. Disculpen: voy a ver el Telediario antes de que se lo zampen como un brote verde.