Deuda peligrosa

Nada define mejor la peligrosa situaci¨®n financiera de las comunidades aut¨®nomas que la emisi¨®n a seis meses de 500 millones de la Comunidad de Valencia, forzada por vencimientos inmediatos, a un tipo de inter¨¦s del 7%, un coste superior al que pagan pa¨ªses intervenidos como Grecia o Portugal. La deuda valenciana cotiza al nivel de bono basura y eso explica las penosas caracter¨ªsticas de la emisi¨®n. La cuesti¨®n inmediata es por qu¨¦ el Tesoro espa?ol permite una emisi¨®n de tales caracter¨ªsticas, ya que, dada la pr¨¢ctica imposibilidad de devoluci¨®n de la deuda contra¨ªda con inversores institucionales, degradar¨¢ indirectamente la calidad crediticia del pa¨ªs.

La sensaci¨®n de descoordinaci¨®n se acent¨²a cuando se tiene en cuenta que la ¨²ltima emisi¨®n de deuda espa?ola se resolvi¨® con relativa normalidad. Quiz¨¢ era la oportunidad adecuada para que el Estado aportara dinero a Valencia a un coste inferior al 7% a cambio de un control estricto sobre las finanzas valencianas.

Si el Ministerio de Hacienda amenaza peri¨®dicamente con la intervenci¨®n de alguna comunidad aut¨®noma, Valencia es el candidato id¨®neo para iniciar la serie. Y, aunque no fuese necesaria una intervenci¨®n en todos sus t¨¦rminos, s¨ª que merece un control estricto de los ingresos (incluidos los financieros) y los gastos. El recurso a los llamados hispabonos, objeto en todo caso de debate, puede ser una soluci¨®n a corto plazo. Pero el saqueo econ¨®mico y financiero de la Comunidad Valenciana exige algo m¨¢s que parches para salir de la situaci¨®n angustiosa que viven los valencianos; pide tambi¨¦n responsabilidades a los gestores pol¨ªticos del desastre. Responsabilidades que, al menos, deber¨ªan sustanciarse en forma de conocimiento p¨²blico y preciso de los desmanes cometidos en las arcas de la comunidad y en los balances de las entidades bancarias arruinadas.

El caso de Valencia es la respuesta m¨¢s contundente a quienes se preguntan la causa de la desconfianza de los inversores sobre la econom¨ªa espa?ola. Las invocaciones a la disciplina fiscal en las autonom¨ªas se multiplican sin que se procure remedio alguno para aumentar los ingresos e imponer recortes del gasto con sentido. La pr¨®xima reuni¨®n del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, convocada para el 19 de mayo, ser¨¢ una oportunidad para aclarar ante los mercados hasta d¨®nde llega la capacidad del Gobierno para imponer esa disciplina que tanto reclama.