?Gracias!

Merced a la r¨¢pida y contundente actuaci¨®n del Gobierno de Rajoy, que en cuanto lleg¨® al poder nos despej¨® el horizonte europeo, ahora que se avecina la declaraci¨®n del IRPF podemos sentirnos orgullosos e ir con nuestros dineros a las arcas p¨²blicas con los intestinos muy altos.

Antes ten¨ªamos la relativa seguridad de que parte de nuestros impuestos ir¨ªan a parar a mimar a una pandilla de delincuentes: atenci¨®n a dependientes, ¨ªdem a mujeres maltratadas, guarder¨ªas gratuitas, seguimiento de pacientes aquejados de VIH/Sida, cuidados m¨¦dicos sin cargo a inmigrantes incluso en el caso de haberse quedado sin la documentaci¨®n pertinente, medicamentos con cargo a la Seguridad Social para los enfermos armados con la pertinente receta, y, lo que es el colmo, ?la Sanidad y la Educaci¨®n p¨²blica mismas!

Hoy podemos tener la rotunda convicci¨®n de que con nuestro IRPF estamos contribuyendo a sanear la Banca ¡ª¨²ltimamente, pron¨²nciese Bankia¡ª, apuntalando as¨ª, con un garbo y una gracia que nos desbordan, el Estado de Su Bienestar. Cuando pienso que con la pasta que soltar¨¦ en junio colaboro a la indemnizaci¨®n de Rodrigo Rato se me saltan las l¨¢grimas, y van a dar en el mar, que es el ahogarse. ?Qui¨¦n le hubiera dicho, hace una d¨¦cada, a esta hija del Barrio Chino, que acabar¨ªa cayendo tan alto?

Miras atr¨¢s y te das cuenta de que toda tu vida has estado haciendo el canelo, ayudando a cruzar la calle a viejecitas, cuando habr¨ªas podido hacer lo propio acompa?ando a los banqueros a pasar de una esquina de Serrano a otra. Qu¨¦ forma tan lamentable de perder el tiempo. Es de esperar que el funesto franc¨¦s que ha surgido de las urnas en las recientes elecciones ¡ªafortunadamente, s¨®lo en Francia¡ª no nos amargue este fant¨¢stico devenir en retroceso.

(En la declaraci¨®n, no olviden se?alar la casilla ¡°otros fines¡±).